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Tormenta en un vaso de agua. El conato de crisis que se asomó esta mañana, en vísperas de la votación de la sexta prórroga del estado de alarma en el Congreso, tras el acuerdo alcanzado entre Pedro Sánchez y Cs, ha quedado resuelto apenas unas horas después. Tras expresar sus «dudas» ante la posibilidad de que el documento suscrito con los naranjas pudiera «chocar» con el alcanzado el fin de semana con el PNV –y con ERC–, Sabin Etxea ha dado por aclarado el malentendido. Los jeltzales han confirmado su voto favorable al constatar que el decreto aprobado hoy por el Consejo de Ministros cumple «íntegramente» lo pactado y, sobre todo, garantiza que en la fase 3 de la desescalada sean los presidentes autonómicos los que «ostenten el control absoluto» y tomen sus propias decisiones «de forma unilateral».
El primer punto del pacto firmado con Cs, y las declaraciones al respecto de su portavoz, Edmundo Bal, encendieron las alarmas en el PNV y en el Gobierno vasco en un primer momento. El texto hablaba de medidas «idénticas» en todas las comunidades autónomas y el diputado naranja, que se ha hecho cargo de la interlocución con el Gobierno central durante la baja de Inés Arrimadas, aseguraba que su partido impedía que PNV y ERC pudieran obtener «ventajas injustas» para sus respectivos territorios a cambio de su apoyo a Sánchez.
Eso hizo temer a los jeltzales que el acercamiento a Cs dejara en papel mojado su acuerdo, pero finalmente el PNV acaba de informar de que ha podido comprobar que se cumple «letra por letra» el pacto suscrito el sábado por su partido. En virtud de ese acuerdo, ha aclarado Sabin Etxea en una nota, «se restauran las competencias plenas de las comunidades autónomas y son sus máximos representantes políticos, las y los presidentes autonómicos, quienes ostenten el control absoluto y tomen las decisiones de manera unilateral».