Aragonés pide «valentía» a Sánchez y Junts para pactar el valor de la investidura

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El «presidente» de la Generalitat, Pere Aragonès, afirmó que los efectos de ERC y la independentista en conjunto en las elecciones del 23-J fueron «malos». Sin embargo, el foco estaba en el «y ahora qué» que todos tendrán que enfrentarse los actores implicados en las negociaciones por una imaginable investidura de Pedro Sánchez. Una discusión entre socialistas, republicanos y posconvergentes ante la que pidió «valentía» para banda y cinta. Al PSOE, para hacer frente a un propuesta para la solución del conflicto catalán. Y a las Junts, para aparcar los «reproches» y pactar un precio nada raro.

«La confianza ganada en las urnas tendrá que servir para salvar a la derecha y a la extrema derecha de formar gobierno, pero también para que Cataluña avance en términos de resolución de conflictos, democracia», defendió el ‘president’ en la consulta de control en el Pleno del Parlamento, primera valoración que hizo de lo condenado en las urnas el pasado domingo y que supuso una pérdida de 400. 000 votos para su partido.

Pero a pesar de este susto, el «presidente» ha recordado que los 14 escaños independentistas del nuevo Congreso (7 de ERC y 7 de Junts) son «decisivos» para la toma de posesión de Sánchez y que habrá que utilizar para echar un vistazo al conflicto político. Así, ha llamado a la moción independentista a «aprovechar la oportunidad» y localizar un «acuerdo» para pactar un precio de soltería, al tiempo que ha recordado a los socialistas la «gran responsabilidad» que tienen en sus manos .

“Lo haremos más grande si lo hacemos juntos”, advirtió el ‘president’ en el cara a cara con el presidente de Junts en la Cámara Catalana, Albert Batet. Una localización que no ha estado exenta de reproches. Pese al inicio de contactos entre Jordi Turull y Marta Rovira para explorar un frente independentista nada habitual, el líder posconvergente aprovechó la consulta parlamentaria de este miércoles para censurar el acuerdo entre ERC y el PSC que permite a los republicanos entrar en el Gobierno de la Diputación de Barcelona.

En este sentido, Batet confía en que los líderes de las Junts sean «fieles» a los «compromisos» asumidos durante la cruzada y advierte que no realizarán «tratos extraños, ocultos y antinaturales», porque advierten que el ente supramunicipal Aragonés lamentó esas críticas y pidió apartarlas para no hacer «más difícil» el nada insólito frente de la movida independentista en Madrid. Republicano.

Más allá de la bancada separatista, y consciente de que habrá que actuar con cautela, el líder del PSC, Salvador Illa, abogó por la «política de acuerdos en una sociedad plural» y el respeto de los compromisos asumidos en los presupuestos, una forma de recordar a ERC sus cuentas seguras con las que ha podido dar continuidad a la legislatura a pesar de su minoría. Por su parte, Aragonés respondió que el momento exige una «gran responsabilidad» que exige situaciones a los socialistas sobre todo. Los efectos del domingo constituyen oportunidades y riesgos, tendremos que responder a ellos”, dijo como una advertencia de que la toma de posesión puede perderse si no se avanza en la solución del conflicto.

La preaspectante de En Comú Podem en el Parlamento, Jéssica Albiach, también defendió que no se puede «dar una posibilidad momentánea» a los que necesitan «barrer» Cataluña con una repetición electoral. Está convencida de que las fuerzas catalanas demostrarán su «compromiso antifascista» y estarán en el «lado correcto» de la historia. El «preaspecto» levantó el guante, pero bajo la presión de que el aspecto estatal también tendrá que arremangarse para «acabar con la represión» y «abrir caminos» para deshacer el maravilloso nudo gordiano a través de un referéndum. «Calma, discreción y exigencia recíproca», prescribió Aragonés.

El intercambio con la CUP aún más duro a pesar de que el «presidente» tendió la mano por enésima vez para reconstruir la alianza independentista. «¿Usted percibe la pérdida de votos sufrida como una enmienda a lo que está haciendo ERC?». preguntó Laia Estrada, cuyo partido ya ha anunciado que tendrá que afrontar una «refundación» a partir del otoño. La anticapitalista acusó a Aragonés de gobernar «con el programa del PSC» y de no asumir que el camino es «mantenerse arriba» a un estado que calificó de «irreformable». El «presidente» saldó el canje mediante una nueva negativa a intervenir en los «reproches».

Finalmente, el líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, se mostró en el pecho de que su partido había obtenido más votos -aún más escaños- que ERC y Junts y se había acercado al primer secretario del PSC para sacar mérito de la «historia de oportunidad» para acabar con el movimiento independentista. En este sentido, pidió a Salvador Illa que se abstuviera de la investidura de Alberto Nuñez Feijóo en el Congreso y, en Cataluña, de pintar para «terminar» a los separatistas en la oposición y crear un no -La «alternativa» nacionalista a la Generalitat. «Por primera vez dan los números», advirtió el popular.

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