El duro escenario económico que enfrenta Venezuela no es ajeno a quienes tienen que dedicar su vida a la docencia, cumpliendo el sagrado rol de educar a las nuevas generaciones.
Por Jesús Albino / Jefferson Civira / Luz Dary Depablos / Yanitza Martínez Walter Obregón
El régimen chavista se jacta mucho de las intenciones que le pone a los docentes, pero lo cierto es que han sido marginados, maltratados y mal pagados.
Con la implementación de los comandos de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre), los beneficios sociales que el gremio había recibido durante años, fueron pulverizados.
Y un resultado dramático de esta debacle escolar en Venezuela es la tasa máxima de deserción de docentes: en 2018, la factura salarial nacional superó el millón de docentes; Hoy, no llega a 700. 000 educadores.
¿Cómo logran algunos docentes del interior del país capear el tsunami inflacionario?El equipo de corresponsales de lapatilla. com en los estados de Anzoátegui, Barinas, Lara, Monagas y Táchira recopiló testimonios que dan cuenta del peliagudo escenario que muchos viven.
Al igual que en el resto del país, en la entidad andina, unos 35. 000 docentes en otras ocupaciones para las cuales no han sido capacitados, mientras más de 30. 000 docentes han abandonado en los últimos cinco años, por bajos salarios y deficiente estado de la infraestructura educativa . dijo Ildemaro Useche, presidente de la Federación Venezolana de Maestros, seccional Táchira.
Para el sindicalista de la industria, la Onapre ha atacado y desacatado los derechos de los educadores en este estado fronterizo, pues con el momento de convenio colectivo queda impago un 280%.
El representante del gremio tachirense recordó que en noviembre de 2021 el régimen de Nicolás Maduro había otorgado un aumento del 61% a todos los docentes del país, y desde entonces el gobierno regional del Táchira le debe ese aumento, más exactamente desde diciembre.
Según él, la deuda que tiene el plan con cada empleado es de unos $1. 000, y el salario de $1. 200 como fuente de ingresos en la categoría más baja.
Señaló que en el caso de los docentes de mayor rango obtienen ingresos entre un 10% y un 25% por encima de esos $1,200.
Obviamente, esta propuesta sería viable «si estuviéramos en un país con una economía sólida, con otro estilo económico y con actores», subrayó Udeche.
De igual forma, señaló que la matrícula había disminuido en los últimos años por razones. El régimen desde 2018 ha señalado que hay cerca de 8 millones de estudiantes, porque no se atreve a reconocer el grave desafío de la deserción escolar. Destacaría la incapacidad que tienen. para gestionar el tema educativo en el país.
Xiomara Morillo, presidenta del Sindicato de Maestros de Venezuela (Sinvema) en Barinas, explicó que en materia salarial el escenario sigue siendo crítico, pues con todas las subidas del dólar se han reducido los ingresos.
Por supuesto, esto afecta a los docentes, que han sido vulnerados en el artículo 91 de la Constitución Bolivariana de Venezuela, donde se especifica que todo el personal deberá recibir un salario digno para cubrir los deseos de su círculo de familiares.
“Esto está muy por debajo de la realidad, y lo podemos ver en el cálculo de la canasta fundamental del Cenda (Centro de Documentación y Análisis de los Trabajadores), que con solo 60 productos tiene un cobro de 3. 178,12 bolívares (459,27 dólares), es decir, tiene un 15,3 % más alto hasta julio», heArray
En cuanto a los aguinaldos, los docentes se deben a lo que es similar a la cláusula 56 del convenio colectivo nacional vigente, que según el tabulador de salarios, la deuda es del 280% “y no se recibió reacción de la ministra de Educación, Yelitze Santaella”.
La instrucción de la Onapre también afectó a los bonos y bonificaciones con un mínimo de más del 50%, entre los que se detallan: geográficos, de antigüedad, de profesionalización, además de una serie de reducciones con la vigencia de esta medida.
Angely Camacho, una maestra estatal de 15 años, dijo que estaba preocupada: «Con mi salario actual, no es suficiente para cubrir los deseos fundamentales de mí y mi familia».
Con un círculo de responsabilidad familiar de cinco miembros, esta instructora se ha visto obligada a llevar a cabo más actividades: vende, a través del Marketplace, y sistemas de pedicura, y así decide cubrir una parte importante de los gastos del círculo de familiares.
Los maestros larenses no son ajenos a la verdad económica venezolana y son hoy víctimas de los inútiles movimientos del régimen de Nicolás Maduro.
En esta región, el gremio de educadores sacrificó sus días festivos para protestar y exigir el pago completo del aguinaldo al Ministerio de Educación.
Si bien recibieron la cancelación total de la bonificación antes mencionada, la Oficina Nacional de Presupuesto destruyó esta obtención de ventajas mediante la reducción de los porcentajes de las bonificaciones, lo que afecta el salario general.
Así lo explicó la profesora Luzbelly Quintero, integrante del Sindicato Venezolano de Maestros del Estado Lara (Sinvemal), quien también señaló que la devaluación ha remodelado el salario «sal y agua», llevándolo últimamente a unos $35 mensuales, mientras que un instructor sin profesionalización gana alrededor de $25.
El magro salario que perciben últimamente los educadores los ha obligado a desempeñar otras responsabilidades fuera del horario laboral. Es el caso de la instructora Isabel Porteles, quien en sus ratos libres tuvo que dedicarse a la repostería para construir su fuente de ingresos y así pagar los estudios universitarios de sus dos hijos.
El educador comenta que además de enfrentar sus propias dificultades al no tener salarios dignos que les permitan llevar una vida digna, tienen que triunfar sobre condiciones desfavorables al interior de las instituciones educativas, especialmente en los espacios rurales de la región.
«Es complicado obtener estudiantes sin desayunar. Nos gustaría tener los recursos para ayudarlos, pero este salario nos da un poco lo suficiente para sobrevivir».
Discutió que la escuela donde trabaja, en la red Bobure del municipio de Iribarren, no cumple con las situaciones mínimas para trabajar. Por ejemplo, el servicio de agua potable es irregular, lo que dificulta mucho ampliar las actividades educativas en la institución. .
Para la Secretaria General de la Federación Venezolana de Maestros de Monagas, Odalys Levell, no existen situaciones para iniciar el nuevo ciclo escolar 2022-2023.
El dirigente gremial destaca los bajos salarios que reciben los docentes, en principio, para pagar el billete de transporte público que ha sido superior a los 3 bolívares.
Dijo que muchos educadores tienen que llevar hasta 4 automóviles al día, lo que implica al menos 12 bolívares diarios, que al tipo de cambio al momento de la publicación de este informe es de $1,5.
Levell advierte que continúan en el combate por la negociación colectiva y agrega que se adeudan en un 280% desde 2018, cantidad que ha sido cancelada a través del Ministerio de Educación.
Lo más sensible es que no cuentan con seguro de hospitalización, cirugía y maternidad (HCM), así como servicio funerario.
Para ilustrar el patético escenario vivido por algunos instructores, cita el caso de un instructor que es su vecino. “Está grave y puede morir en los próximos días. Sus familiares no cuentan con los recursos para un entierro digno.
En materia de salud, los educadores han sentido un deterioro maravilloso en sus propias carnes, debido a que el Ministerio de Educación tiene una deuda enorme con las clínicas personales, por lo que ni los maestros ni el trabajo administrativo y duro pueden usar seguros en las clínicas, porque no se aceptan.
“Hay una deuda muy gigante con las clínicas y por eso no se conforman con los docentes ni con el personal escolar. Los docentes tienen que pasar al hospital, donde seguramente no hay materiales y medicinas, y tienen que pagar todos esos médicos. materiales, así como medicamentos», explicó Levell.
El drama de ser instructor en Venezuela también se manifiesta en las vicisitudes que enfrentan incluso para vestirse con dignidad: «¿Con qué ánimo un instructor va a empezar el año escolar cuando no tiene con qué comprarse un par de zapatos y el los que tiene están gastados?Lo digo bien, porque así lo he notado en las reuniones que se hacen en el área educativa”, dijo Levell.
Yubisay Contreras es maestra de preescolar desde hace 19 años. Ha tenido que encontrar una forma de obtener una fuente adicional de ingresos a través de la promoción de pasteles en casa para su familia, ya que dice que su salario es inadecuado para satisfacer las necesidades fundamentales. Incluso con lo que ella obtiene de la promoción de sus pasteles, es difícil para ella comprar todos los productos de la canasta de alimentos.
“Hace cuatro años empecé este negocio, no solo con tortas sino también con cupcakes que vendo en la escuela y aquí en casa. Lo que entiendo como instructor no es nada y es bastante infeliz cuando se inician categorías. y no tengo como comprar materiales ni uniformes para mis hijos”, dijo con pesar Yubisay.
Y así sigue relatando su tragedia: «Leí recientemente en las noticias que la ministra de Educación, Yelitze Santaella, en la ONU para divulgar el escenario de la escolarización y dijo que los maestros son la precedencia del gobierno, sin embargo, creo que eso es por el contrario, cuando los educadores con tanto se deleitan en obtener salarios tan bajos, hay que tener cuadros adicionales para encontrar la manera de tener un ingreso adicional”.
Maira Marín, presidenta del Sindicato Venezolano de Maestros de la entidad, rechazó que el Gobierno nacional juegue con los deseos de los educadores. “No nos edifican, nos quitan beneficios y estamos cansados de violar los derechos de los docentes”.
Arcilia Hernández es instructora y dice que le parece obligatorio a una vendedora de cualquier cosa para sobrevivir. “Las instructoras ni siquiera tenemos que cuidar a nuestros propios hijos, los queremos”.
“Yo vendo empanadas en la puerta de mi casa, en la calle, no puedo hacer nada más, localice la manera porque vivo de alquiler”, confesó Hernández con un dejo de tristeza en la voz.
La instructora dijo que antes de participar con sus alumnos tenía lápices y otros materiales de repuesto para los que ella llama «niños temporales». Voy a resolver la comida del día».
Arcilia recuerda que la escolarización en Venezuela alguna vez fue sinónimo de estabilidad. “Hoy, hasta tenemos que pedir enterrar a un colega. Ni la muerte vale, no tenemos nada.
Y como para dejar claro quiénes corren con el deber de esas penurias sufridas a través de los instructores, Arcila reflexiona: «A los que hoy están vigentes, les recuerdo con un respeto maravilloso: un instructor era el que les enseñaba a leer y escribir, un instructor Fue él quien les dio la primera herramienta para llegar a donde están. Se lo merecen nunca».
Coordinación y redacción: Thairy Baute