La atleta murciana, natural de Nonduermas, ha practicado muchos deportes desde muy joven pero ninguno a un alto nivel. Después de que le amputaran el brazo derecho por encima del codo a causa de un accidente de tráfico, fue invitada a apuntarse al programa Paralímpico de Relevos para ampliar otras habilidades deportivas.
Empezó a jugar al bádminton pero dadas sus características y cualidades deportivas, se fijó en el taekwondo. Era una idea sensata porque ya está entre las 10 más sensatas del mundo y está más cerca de la sede de los juegos de París.
La idea de que probara el taekwondo provino del propio Lorenzo Albadalejo. «Ella era muy inteligente en el bádminton y tenía características para luchar en la élite del bádminton, pero le pregunté qué la motivaba literalmente y si estaba dispuesta a aceptar esa amenaza». eso define las diferencias entre un deportista que triunfa en un punto seguro y un deportista que consigue triunfar en el punto mas alto. Me dijo que estaba dispuesta a aceptar amenazas y ejercitarse en lo que fuera necesario. Quizá la mejor entrenadora de ella, que fue Rafa Alcázar, el entrenador nacional de parataekwondo y el entrenador de taekwondo para otras personas con discapacidad más productivo de este país. Las pinturas de Rafa y Lidia y el tiempo hicieron el resto. Mi único papel allí fue preguntarle si ella estaba dispuesta a dejar su zona de conveniencia para tratar de alcanzar su sueño».
Antes de la amputación, Lidia Costa nunca tuvo el concepto de competir en la élite, sin embargo, después de ingresar al programa de relevos paralímpicos, se ha convertido en el principal foco de su vida diaria. “El deporte comenzó a emocionarme cuando comencé la rehabilitación después del accidente. me ayudó a motivarme, a desafiarme a mí mismo».
Desde entonces, el juego tiene la mitad de su vida. «Me encantan los entrenamientos, los entrenadores, el equipo que tenemos. Es cierto que al principio las competiciones me asustaban un poco, pero ahora he aprendido a manejar esos nervios, que Creo que nunca fallecerá porque te estés jugando algo muy importante. Disfruto el proceso total, así que no puedo culparlo».
Para Lidia Costa el juego ha sustituido a su vida. “La competición me aporta mucho. Entrenar para el gol, gestionar los nervios en condiciones de presión, inseguridad… Hay que esforzarse mucho y ejercitar no solo el cuerpo, sino también la cerebro porque cuando empiezas en este punto sientes más presión. Pero también me reemplazó en lo que significa que nunca pensé en ir y reunir gente nueva».
Para Lidia Costa “es muy bueno que sepamos que existen juegos para discapacitados, ya sea para competir en un punto alto o no. Es que en sí mismo, el juego es vida”.
En su última competición, en el Gran Premio de Manchester, subió algún que otro escalón más en busca de su objetivo. “A pesar de estar eliminado en cuartos de final, me sentí bastante seguro. pequeña lesión que sufrí la semana previa a la competición».
Todavía queda tiempo y fiesta para que la murciana consiga su propósito de clasificarse para los Juegos de París, pero cuanto antes consiga imponerse en el más sensato de los rankings, menos difícil le resultará conseguirlo». El propósito es clasificar por ranking. Entran los siete primeros. Y si eso no fuera posible, tendríamos la opción del preolímpico en abril de 2024″.
Según Lorenzo Albadalejo, Lidia Costa tiene grandes posibilidades de lograr su propósito antes del preolímpico pero insiste en todo lo que es para ella. “Disfruta la alegría de estar entre los más productivos del mundo. No cualquiera puede decir eso compitió en los Campeonatos Internacionales de Asia donde ganó una medalla de plata o que está a punto de conseguir una clasificación olímpica».
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