Llevamos algún tiempo hablando de esto. La moneda digital está llegando para actualizar el efectivo, con el pretexto de que pondrá fin al cibercrimen y al dinero B, entre otros males populares. La noticia se convierte hoy en noticia porque fue anunciada en Davos, sede del Foro Económico Mundial (FEM), una entidad de debate personal nacida bajo los auspicios del Club de Roma y apoyada a través de las élites económicas del mundo. Cada año, Davos anticipa el futuro, por lo que los temas centrales han sido sucesivamente la pandemia, la emergencia climática, la inteligencia sintética y ahora la desinformación y la CBDC (Moneda Digital del Banco Central). Sus portavoces afirman que el mérito que presenta es la comodidad y la rapidez, además de servir a delincuentes, narcotraficantes, estafadores y dinero negro. En definitiva, “un mundo más grande”, ya que no podremos comprar ni vender armas, drogas, prostitución, pornografía, ni ingestas exageradas de contaminantes, CO2, carne o lo que ellos decidan. Luego, en segundo lugar, está el combate contra la desinformación, anunciado a través de Ursula Von der Leyen. Todo se reduce a que sólo aquellos legales (presumiblemente a través de políticos) podrán distribuir contenidos, impidiendo así el anonimato virtual y el acceso a sitios de Internet que «desinforman». En la época de Franco, esto se llamaba “censura”. Estas son ahora medidas que se tomarán “por nuestro bien”. Ya lo dice Miley, protagonista de Davos 24: “Viva la libertad, carajo”. Todo muy coherente. Merece también no perderse el informe del New York Post sobre la vida nocturna de los “cerebros” globales del FEM. Top Secret, no: lo que sigue.
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