Santiago Abascal eleva el tiro y apunta directamente a Pedro Sánchez en plena polémica por los ceses y dimisiones en la Guardia Civil y las injerencias del Gobierno en la causa abierta por el 8-M. «Gritar ‘¡Viva el 8M!’, en este contexto, es como gritar ¡viva la enfermedad y viva la muerte!», le ha espetado el líder de Vox al presidente del Gobierno, ante el estupor y los murmullos de la bancada socialista, después de la provocación lanzada para respaldar a su ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska.
Con un discurso más duro, si cabe, que en anteriores ocasiones, Abascal ha aprovechado el debate sobre la sexta y última prórroga del estado de alarma para responder a las críticas que Sánchez ha lanzado contra su partido por la manifestación convocada en coche con banderas españolas, que el presidente ha interpretado como una incitación a la división y el odio.
«Aquí lo único que se arrebata es lo que ustedes han tirado al suelo», ha dicho Abascal que ha retado Sánchez a «exigir» a sus «cómplices de investidura» que no quemen la enseña nacional, ni la arríen de los edificios oficiales, y que pida a sus militantes que la enarbolen. «Quiero dirigirme a los españoles para pedirles que no caigan en sus provocaciones guerracivilistas y elijan el camino de la concordia, la de verdad, no la impostada», ha asegurado, empleando su misma táctica.
El líder de Vox ha reprochado al presidente haber apelado al consenso y criticar la crispación, reclamando que no se insulte ni se recurra a la violencia verbal, mientras su vicepresidente, Pablo Iglesias, califica a Vox de «parásitos», «inmundicia» o «golpistas». «Demonizan a Vox mientras glorifican el terrorismo», ha dicho Abascal comparando al Gobierno con las «peores dictaduras bolivarianas» que «tildan de golpismo» cualquier tipo de oposición.
Dirigiéndose directamente a Pablo Iglesias, ausente durante el discurso del líder de Vox, ha hecho suyas las acusaciones lanzadas contra el vicepresidente por la portavoz parlamentaria del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, que le llamó «hijo de un terrorista» por la pertenencia de su padre al FRAP. «Señor Iglesias, usted ha llamado terroristas a todo el mundo: Juan Roig, Rodrigo Rato, Felipe González, Amancio Ortega… y luego viene a rasgarse las vestiduras porque una diputada le recuerda el pasado terrorista de su padre».
Abascal también aprovechó la oportunidad para criticar la decisión del presidente del Congreso, Meritxel Batet, de «apoyo» y el vice-presidente del consejo de ministros, al retirarse de la sesión con las palabras de los Álvarez de Toledo. El líder de Vox, ha recordado que han sido las propias de las Iglesias a las que acusaron a su padre de ser parte de una organización criminal y terrorista llevado a cabo por decir en twitter que «es frapero». «Lo que tenemos que hacer es pedirle perdón a su padre, y que, dicho sea de paso, a los estudiantes, para que yo pueda querer impresionar, ya que tenemos un vice-presidente, que se trata de un pequeño acantilado», dijo.
Durante su discurso, el presidente de Vox ha evitado deliberadamente dirigirse a Fernando Grande Marlaska, admitiendo que no iba a pedir su dimisión porque su partido ya ha reclamado la de todo el Gobierno, contra el que se ha querellado por su gestión de la pandemia.
Un Ejecutivo consituido, ha dicho, por unos «jetas» que se ponen «sueldazos» y utilizan las «puertas giratorias» que antes criticaron. «Se comportan como una mafia», ha dicho después de calificarles de «sectarios» o «extremistas» y de advertirles de que «hay alternativa: nosotros, no les tenemos ningún miedo», ha rematado para concluir su primera intervención.
Durante el turno de réplica, Abascal ha seguido respondiendo a las provocaciones de Sánchez, que en su respuesta a los grupos ha insistido en dirigirse en reiteradas ocasiones, por igual, a «Casado y Abascal». «Señor Sánchez, señor Otegi, señor Otegi, señor Sánchez», ha repetido Abascal varias veces, empleando la misma táctica del presidente del Gobierno que, desde su escaño, intentaba disimular entre risas.