SYa quedó claro este martes, pero más aún quedó este miércoles. Fernando Grande-Marlaska no dimitirá ni será cesado. Al menos, por ahora, porque en política todo está bañado por cierta provisionalidad. El ministro del Interior goza de toda la confianza del presidente y del Gobierno. «Está destapando la policía patriótica y por eso le atacan», defendió expresamente Pedro Sánchez en la tribuna del Congreso.
El jefe del Ejecutivo no aludió a Grande-Marlaska en su intervención inicial [aquí en PDF] en la defensa de la sexta y última solicitud de prórroga del estado de alarma, que finalmente salió adelante por mayoría absoluta (177 síes, 155 noes y 18 abstenciones). Pero, en la réplica, y tras los duros ataques de PP y Vox, sí quiso entrar en materia para que no quedaran dudas de su aval al ministro, ausente en su escaño durante la mañana, como la mayor parte de miembros del Gabinete. El debate, como se esperaba, se vio contaminado por la nota reservada que firmó la directora de la Guardia Civil, María Gámez, y que publicó en exclusiva este diario, por el que dejaba constancia de que proponía el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos por pérdida de confianza y por «no informar del desarrollo de investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil, en el marco operativo y de Policía Judicial, con fines de conocimiento».
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El documento sembraba las sospechas de una posible interferencia del Ejecutivo en la labor del instituto armado, que actúa como comisionado de la jueza de Madrid Carmen Rodríguez-Medel, a cargo de las investigaciones del 8-M. Causa que indaga si el Gobierno tenía información de los riesgos de la pandemia por covid-19 y pudo delinquir al autorizar las marchas feministas. Por ahora, está imputado el delegado del Ejecutivo en Madrid, el socialista José Manuel Franco.
Mientras gobiernen el PSOE y Unidas Podemos, no se va a producir nunca, nunca, nunca una mal llamada policía patriótica
La principal línea argumental del Gobierno, y del propio Marlaska, es que no hay injerencia en la Justicia. «Este es un Gobierno que respeta y ha respetado siempre la independencia judicial», proclamó, y se dirigió enseguida a Pablo Casado. «Se lo voy a decir de manera muy clara, para no dejar dudas. Con este Gobierno no ha habido, ni habrá nunca una intrusión política en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado».
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Sánchez siguió apelando a la bancada de la derecha y de Vox: «No, señor Casado, señor [Santiago] Abascal, no somos iguales, afortunadamente. Sí les puedo garantizar una cosa a los españoles: mientras gobierne el PSOE y Unidas Podemos en este Gobierno de coalición, no se va a producir nunca, nunca, nunca una mal llamada policía patriótica. Por más que busquen, no van a encontrar una mal llamada policía patriótica en este Gobierno, un destacamento de policías con equipos y sede propia consagrado a defender no el interés general, sino las actividades del PP, inclusive la persecución de adversarios políticos [Podemos y los independentistas] y el encubrimiento de corrupciones varias de su partido cuando gobernaba. ¿Sabe lo que pasa? Lo que ocurre es que el ministro del Interior, que está destapando toda esta mal llamada policía patriótica y colaborando con la Justicia, es el ministro Marlaska y por eso ustedes le atacan». Vuelven las alusiones a las cloacas de Interior.
El presidente reitera que Marlaska está «colaborando con la Justicia» para desmontar la policía patriótica que «puso en marcha» el PP
El jefe del Ejecutivo ironizó con que si al PP le parece «mal» que los ministros monten sus equipos en base a criterios de confianza, «se lo podía haber dicho al exministro Jorge Fernández Díaz», que «removió mandos como otros», y al que se acusó precisamente de haber montado esa ‘policía patriótica’. «Y sin embargo usted calló cuando era portavoz del PP», le dijo a Casado. «Y ya que manifiesta tanto interés por el Poder Judicial, podría empezar por desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Así demostraría cierto criterio y cierta utilidad como partido de la oposición», le lanzó, aludiendo al relevo atascado del órgano de gobierno de los jueces, paralizado como tantas otras instituciones.
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La presunta interferencia de Interior en la investigación del 8-M prosiguió en la sesión de control posterior. Casado exigió a Sánchez que no utilice a Marlaska de «escudo» porque la orden de cese de Pérez de los Cobos la dio él y porque las «cloacas» de Interior son santo y seña, vino a decir, de los gobiernos socialistas. «Ha agredido la independencia judicial», la ley de las Fuerzas de Seguridad, el artículo 117 de la Constitución, le espetó
Esa pregunta del líder del PP no es la que estaba prevista, sino otra registrada sobre empleo, de ahí que el presidente le recordara que «respetar las instituciones» es también «someterse al reglamento» de la Cámara. «No utilicen el Congreso como plató de televisión. Se lo vuelvo a repetir: no hay policía patriótica, parapolicías que se dedican a ocultar sus vergüenzas y manipular el buen nombre de la Guardia Civil y la Policía Nacional», lanzó Sánchez, para reiterar que la derecha ataca a Marlaska —ya sí presente en el hemiciclo— porque «colabora con la Justicia para acabar con la policía patriótica» que «puso en marcha el PP cuando gobernaba».
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La réplica a Casado y a Abascal en el debate de la alarma —Sánchez unió a ambos deliberadamente por su censura global al Gobierno: «Tanto monta, monta tanto»— se centró en ese punto, en la defensa de Marlaska… y también de las manifestaciones feministas. «¡Viva el 8 de marzo!», exclamó en su primera intervención. El 8-M es «la nueva conspiración para la derecha y la ultraderecha», pero sin embargo esas marchas por el Día de la Mujer, alegó, se celebraron en ciudades de todo el mundo. Multitudinarias. En Berlín, Nueva York, Santiago de Chile, París, Bombay…, enumeró. «¿De quién fue la culpa? ¿De [Angela Merkel] o de Fernando Simón? ¿De [Donald] Trump o de Marlaska? Nadie sabía lo que venía encima. Sucedió lo mismo en todas partes».
Sánchez defiende las marchas del 8-M, que se celebraron en todo el mundo porque «nadie sabía lo que venía encima». «Nunca les gustó la igualdad»
La diferencia, a juicio del presidente, «no está en lo que ocurrió entonces», sino en que en España están «quienes luchan contra el virus y quienes lo utilizan de mala fe para hacer política partidista, como hacen el PP y la ultraderecha de Vox». Sánchez subrayó que «el problema no es el feminismo, es la mentira y la provocación. No usen el covid como excusa. No les gustó nunca la igualdad de género, ni antes ni después del covid». «Tienen fijación con el feminismo y con el 8-M. ¿Pero por qué? ¿Por qué solo ustedes en todo el mundo, el PP y la ultraderecha, relacionan el feminismo con el covid?». «Ser feminista no es poner en riesgo a centenares de miles de mujeres» el 8-M, contestó Casado en su segundo turno.
Sánchez apoya a Marlaska: «Está destapando la policía patriótica y por eso le atacan»Sánchez: «Casado y Abascal, tanto monta, monta tanto»
Sánchez, como había hecho en su primera intervención, llamó a «romper la cadena del odio». «No rotundo al odio y al insulto cada vez que se produce». El presidente entonces advirtió a Casado de que está deslizándose por una pendiente muy peligrosa. «Está desnudo. No se sume al señor Abascal. Hace pequeño a su partido y grande a la ultraderecha», «no ganará nada utilizando este dolor». También le pidió «humildad» al jefe del PP al despreciar que esté en la Moncloa en virtud de una moción de censura, la que ganó a Mariano Rajoy hace dos años. Se olvida, le dijo, que el PSOE ganó cinco elecciones (dos generales, unas autonómicas, unas municipales y unas europeas) en 2019. «Ha perdido cinco elecciones en un año y parece tener mucha prisa por perder las sextas». «Tiempo habrá de elecciones y cuatro años va a estar esta izquierda gobernando», remachó, en un nuevo aviso de que el Ejecutivo de coalición no va a caer.
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La jornada estuvo marcada por Marlaska de principio a fin. El ministro, pieza que la oposición se quiere cobrar, reiteró que no dimitirá y aguantó la tanda de reproches de PP, Cs y Vox. Al final, fue arropado y ovacionado por la bancada socialista y la Unidas Podemos. Sánchez no piensa ceder a la derecha la cabeza de su titular de Interior.
Y se alienta la sospecha de una conspiración en contra del Gobierno, por Lo que se está haciendo, Señor Casado?»
El lance entre la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, y la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, dejó una respuesta que indicaba más que lo que expresaba. La líder popular se dirigía más al ministro Fernando Grande-Marlaska, al que le reclamó la dimisión.
Mas Calvo não respondeu diretamente a Alvarez de Toledo, mas a Pablo Casado, por causa da atitude «inadequada» de um «jovem líder de um partido europeu de direita e de uma grande democracia como o espanhol».
La número dos se refirió a unas palabras de Casado en el pleno de alarma, cuando dijo que ya había avisado a los socialistas de que «no podrían gobernar». «¿En qué anda cuando pierde las elecciones, cuando esta Cámara le otorga la confianza legal y legítima a un candidato y forma gobierno?», se preguntó. La dirigente socialista apuntaba, implícitamente, a una presunta conspiración para derrocar al Ejecutivo.
Carmen Calvo: «¿qué está haciendo usted, Señor Casado?» Carmen Calvo: «¿qué está haciendo usted, Señor Casado?»
Calvo recordó también que Casado avisó después a Pedro Sánchez de que «le acabarán pescando». «Teniendo en cuenta que ningún miembro del Gobierno somos pescados, ¿en qué anda usted, señor Casado, en qué andan contra el Gobierno constitucional de España en el peor momento trágico de este país? ¡Cuénteselo a los españoles!», replicó la vicepresidenta.
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