Uno de los aspirantes a la candidatura oficialista para las elecciones presidenciales del próximo año propuso este lunes darle a uno de los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador un puesto simbólico en el próximo gobierno.
El candidato Marcelo Ebrard planteó la propuesta que daría nacimiento a una dinastía política en México donde este tipo de proyectos son mal vistos.
Ebrard dijo que si ganaba la nominación del partido Morena de López Obrador y era elegido presidente, nombraría al hijo del presidente, Andrés Manuel López Beltrán, más conocido como Andy, en un puesto de gabinete de nueva creación, al que llamó «secretaría». de la cuarta transformación», para cerciorarse del legado del político.
Aunque López Beltrán ha comentado públicamente la propuesta, parecería ser una forma de resolver un desafío central en Morena.
La joven organización política creada hace 12 años en gran parte en torno a la popularidad y el aire de misterio de López Obrador, del que carecen sus sucesores de larga data.
Además de Ebrard, otros cinco precandidatos están en el proceso interno de Morena, que será en septiembre a través de cinco urnas. Los aspirantes también vienen con Adán Augusto López, exsecretario de Gobernación; la ex alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el senador oficialista Ricardo Monreal, el senador Manuel Velasco y el diputado Gerardo Fernández Noroña. Estos dos últimos son miembros de los partidos Verde y Laborista de Morena.
La inclusión del hijo de López Obrador es una aparente apuesta por parte de Ebrard, exsecretario de Relaciones Exteriores, para garantizar cierta continuidad y tal vez atraer a algunos de los más fieles seguidores del presidente cuando finalice su mandato de seis años el próximo año. Ebrard dijo que el hijo sería en tasa de la nueva secretaría comprometida con «construir sobre el legado» dejado a través de López Obrador.
En un acto en la capital mexicana, el candidato oficialista dijo que el proyecto político de López Obrador, conocido como la «cuarta transformación», «no soportará toda su culminación como en apenas seis años, por lo menos más de 10 años serán necesario. «
López Beltrán no ocupó ningún cargo oficial en la administración de su padre, pero se informó ampliamente que era un negociador tras bambalinas e influyente en cuestiones políticas y económicas.
Si en algunas partes de México han reinado dinastías familiares a nivel municipal o incluso estatal, desde hace apenas unos cien años rige a nivel federal una regla: el presidente saliente retirarse de toda actividad política, al igual que su círculo inmediato. de parientes. A cambio, los nuevos presidentes rara vez han investigado a sus predecesores por corrupción.
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