En julio, el sitio de la estructura del monumento Tributo a la Libertad, situado en el parque provincial, en la esquina del Museo de Guerra Canadiense y el Monumento Nacional del Holocausto, pintado con spray con martillos y hoces y las palabras: «El comunismo ganará».
Muchos canadienses saben que el comunismo es la ideología política de algunos de los regímenes más sangrientos y atroces. Durante más de cien años o más de su existencia comunista liderada por Rusia, ha matado a más de 120 millones de personas en Afganistán, Camboya, China, Corea, Europa Central y del Este, el Caribe y más a medida que aumenta el número de muertos en el guerra en Ucrania, matanza en Siria y caos en Venezuela.
Unos 8 millones de canadienses, o sus antepasados, sufrían esta ideología inhumana. El Partido Comunista es un jugador menor aquí, entonces, ¿por qué alguien en Canadá los necesitaría para «ganar»?
Es el presidente ruso Vladimir Putin quien cuenta. Él desplegó su ambición de hacer de Rusia una «gran» Rusia sobre la base del estilo comunista de la Unión Soviética gobernada a través de una figura similar a Stalin que aplica la ley y el orden de un puño de hierro. El presidente proclamó que el liberalismo está muerto y que las instituciones democráticas, como las elecciones, son un «truco». Su reciente movimiento autocrático, un voto simulado que le permite conservar la presidencia hasta 2036, lo que significa que puede ser presidente de por vida, subraya que es serio.
This outdated but aggressive l’état c’est moi worldview and a return to the primitive might-is-right ideology moves him to break international law, wage illegal wars, employ destructive cyber warfare and – gravely dangerous – spread lies and hate against critics and opponents.
The defacement of the Tribute to Liberty is a case in point. It smacks of the Putin view that communism – read Russia – will triumph. The message challenges Canadian values of peace and respect for the law, all rights set out in the UN Declaration of Human Rights that Russia tramples. The spray-painted slogan represents war, concentration camps, arrests of “enemies of the people,” and dictatorship in which one man rules and elections are a “trick.” It’s indoctrination on a global scale, including through social media, where countless Sputnik-like troll factories infest hearts and minds.
La denigración de Tributo a la libertad significa burlarse de los canadienses que han sufrido el comunismo y que creen que están seguros en Canadá. En realidad, nadie es inmune a la guerra del espíritu de Putin.
Una de las principales herramientas de su plan es Russia Today, la voz principal de la propaganda extranjera del Kremlin, transmitida en Canadá desde 2009 a pesar de la evidencia de interferencia rusa en los Estados Unidos. elecciones y Brexit. A menudo, lleva a los clientes de Putin a través de personalidades occidentales como Nigel Farage de Gran Bretaña y el estadounidense Larry King para llegar, según él, a unos 700 millones de espectadores. Sin embargo, otros occidentales, como la periodista Sarah Firth, se han detenido después de tuitear: «Hacemos pinturas para Putin. Nos piden que, si no nos olvidamos por completo, es difícil entender la verdad.
Misha Glenny, the author of McMafiawrites: “The Russians have moved on since the days of Pravda, the Soviet Communist party newspaper, or Radio Moscow International during the cold war – at least then you knew it was all guff, coming out of the Ideological Secretariat. RT is designed to confuse and muddy the waters. That mixture of genuine and guff leaves you baffled and disoriented, which… is the point.”
La propaganda funciona. El objetivo de difuminar el eslogan de la victoria del comunismo en un homenaje a millones de sus víctimas tiene la intención de recordarnos que Putin necesita ganar la guerra ideológica global.
Es reconocer el riesgo cuando ocurre en nuestro propio país y contrarrestarlo.
Oksana Bashuk Hepburn es un ex gobierno federal y presidente de U-Can Ukraine Canada Relations Inc., una empresa de consultoría que negocia intereses entre los dos países.
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