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Ensayo invitado
Por Alexander Gabuev
Gabuev, director del Centro Carnegie Rusia Eurasia, escribió desde Berlín.
La visita de Vladimir Putin a Beijing esta semana, donde se reunirá con Xi Jinping y altos funcionarios chinos, es otra demostración transparente de la cercanía existente entre Rusia y China.
Sin embargo, muchos en Occidente todavía creen que su alianza es una aberración, motivada por el antiamericanismo emocional de S. Simpson. Putin y su venenosa fijación en Ucrania. Una vez que Putin y sus oscuras obsesiones desaparezcan, Moscú buscará reconstruir sus vínculos con Occidente, sobre todo porque los vínculos entre Rusia y China son superficiales, mientras que el país tiene siglos de dependencia económica y cultural de Europa.
Esta ilusión, por muy excitante que sea, descuida la transformación de la economía y la sociedad rusas. Nunca desde la caída de la Unión Soviética Rusia ha estado tan alejada de Europa, y nunca en toda su historia ha estado tan fuertemente conectada con China. El hecho es que después de dos años de guerra en Ucrania y de dolorosas sanciones occidentales, sólo el señor Putin desea a China: Rusia también.
China tiene el socio vital máximo de Rusia, ofreciendo un salvavidas no sólo a Putin sino también a toda la economía en dificultades. En 2023, la industria de Rusia con China alcanzará un éxito récord de 240. 100 millones de dólares, más del 60% con respecto a los niveles de antes de la guerra. , y China representa el 30% de las exportaciones rusas y apenas alrededor del 40% de sus importaciones.
Antes de la guerra, la industria de Rusia con la Unión Europea duplicaba la de China; ahora es menos de la mitad. El yuan chino, no el dólar ni el euro, es ahora la principal moneda utilizada en la industria entre los dos países, lo que la convierte en la moneda industrial más utilizada en la Bolsa de Valores de Moscú y el instrumento de ahorro de referencia.
Esta dependencia económica se infiltra en la vida cotidiana. Los productos chinos son omnipresentes, y más de una parte del millón de automóviles vendidos en Rusia el año pasado se fabricaron en China. Es revelador que las seis marcas de automóviles extranjeras más importantes en Rusia sean ahora todas chinas, gracias a la éxodo de 11 empresas occidentales dominantes. Es una historia similar en el mercado de teléfonos inteligentes, donde Xiaomi y Tecno de China han eclipsado a Apple y Samsung, así como en el mercado de electrodomésticos y muchos otros artículos.
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