El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, rechazó los ataques a la Corona que tomaron posición luego de que el rey emérito anunció su salida del país. «Los establecimientos no son juzgados, otras personas son juzgadas», dijo el socialista, recordando también los casos de corrupción que se han extendido en los partidos políticos y el personal social y que, sin embargo, «no han cuestionado el sistema». Además, señaló que Don Juan Carlos, a pesar de su partida de España, fue enviado al poder judicial para todo lo necesario. De este modo, mostró su «absoluto respeto» por una resolución que, en su opinión, muestra que Felipe VI buscó «distanciarse» del «comportamiento sospechoso y censurable» de su padre. En caso de que su defensa del establecimiento no hubiera quedado clara, especialmente después de los ataques de su socio ejecutivo, Unidas Podemos, en respaldo de este establecimiento, el líder del personal definió sin rodeos el pacto constitucional que tiene a la monarquía parlamentaria como una forma de estado, excluyendo así cualquier opción para permitir que la ciudadanía se pronuncie sobre el factor en un referfinishum Array como lo exigen Pablo Iglesias y sus otras personas. Sánchez hizo esas declaraciones durante una comparecencia ante los medios después del último Consejo de Ministros, que no se reunirá hasta finales de agosto. El socialista ha recuperado así el equilibrio clásico del rastro político antes de las vacaciones. Una apariencia discutible, ya que los cazadores de noticias fueron convocados al mediodía, pero, una vez en Moncloa, les dio forma de que el presidente no apareciera hasta las 3 de la tarde, curiosamente, el momento de inicio de los noticieros nacionales máximos. Además, según varios reporteros, el turno de preguntas no tuvo la duración acordada y no todos pueden lidiar con el Jefe Ejecutivo, ya que el Secretario de Estado de Comunicación, Miguel Angel Oliver, dio paso a los redactores que consideraba. A partir de esta controversia y la partida del rey, el presidente fiel a gran parte de su discurso para analizar el control de su gobierno durante la pandemia de coronavirus de siete meses. El líder socialista destacó entre los logros de sus acuerdos ejecutivos como el Ingreso Mínimo Vital o el ímpetu para la discusión y la cohesión territorial, que se manifestó con la celebración de 15 reuniones de presidentes y 87 reuniones sectoriales entre Moncloa y comunidades autónomas. Además de alabar las pinturas de su gobierno, sin la más mínima autocrítica como ha sido la tradición en este sentido, también quería terminar las pinturas del personal de fitness «que nos defraudó durante esos largos e intensos meses de pandemia».
Altura de miras.
El preaspectivo, por otro lado, no perdió la oportunidad de confiar responsabilidades a los equipos políticos este verano. Por lo tanto, pidió al resto de las formaciones que tengan «un maravilloso punto de vista» antes de la inminente negociación de los presupuestos generales del Estado para que sean ellos quienes descubran si están en condiciones de «acercarse». En este sentido, colocó el dilema de si la recuperación económica merece ser abordada con cuentas diseñadas a través de Cristobal Montoro en 2018, o si la reconstrucción del país se está abordando después de la pandemia con nuevas figuras públicas que también serán apoyadas a través del Fondo Europeo de Recuperación. «La consulta es: ¿en qué aspecto necesitas estar?» Dijo que «si el estado de alarma es inconsistente para enfrentar la crisis de aptitud física, es inconsistente tener nuevos presupuestos» para enfrentar esta crisis económica. Por esta razón, ha argumentado que hablará con «todas» las fuerzas políticas: «Aquí no hay restricción de capacidad, todos son bienvenidos». Del mismo modo, el Director General recordó, hasta 4 veces, que «hay meses muy difíciles» por delante, incluso si estaba convencido de que la legislatura del gobierno de coalición, de la que estaba «francamente satisfecho», sería «larga y fructífera». . En este sentido, confió en que este infrecuente año de vida, el ejecutivo «ha activado una posición» 55 en consonancia con el centavo de los 428 compromisos legislativos registrados en el acuerdo con Podemos, y argumentó que hasta el final del año, un quinto de ellos se completarían. Matriz que sirvió para reclasificar su gobierno como «activo, ejecutivo y decisivo».