La economía española deja de desarrollarse cuando aún se encuentra un 2% por debajo del nivel previo a la pandemia

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La ralentización de la economía española -cuyo producto interior bruto (PIB) creció un 0,2% en el 3er trimestre del año (junio a septiembre)- dificulta que el país vuelva al punto de producción que tenía antes de la pandemia Según los datos de las cuentas nacionales trimestrales publicados este viernes por el INE, la economía española sigue un 2,02% por debajo de diciembre de 2019.

A pesar de que el resto de países europeos ya han controlado para cerrar el agujero de lo perdido covid, en España el punto de producción aún está lejos de este punto y mavens y establecimientos como el Banco de España advierten que tendremos esperar hasta finales de 2024 para lograrlo.

De hecho, el agujero con este punto de producción se ampliará durante los próximos dos trimestres, para los cuales se espera una expansión negativa de la producción. Esto significa que el PIB caerá y la distancia a los grados de 2019 se ampliará aún más, con el país entrando en una recesión técnica si atraviesa dos trimestres consecutivos de caída.

En estos momentos, lo que la economía española está experimentando es un estancamiento. En el 3er trimestre, la ingesta familiar mostró un gran dinamismo (creció hasta el 1,1% intertrimestral) por el clásico de las vacaciones; mientras que la inversión empresarial -medida a través de la formación bruta de capital- aumentó un 1,4%.

A pesar de esos crecimientos superiores al 1% de esas variables, el PIB creció sólo dos décimas, debido al efecto a la baja del sector exterior y, más concretamente, de las importaciones. Las exportaciones de bienes e instalaciones subieron un 1,3% en el trimestre Sin embargo, las importaciones aumentaron un 3,7%, lo que hace que el efecto general de la industria extranjera sea negativo.

“Lo que más pesó sobre el PIB en el tercer trimestre fueron las importaciones, que se recuperaron, por lo que el sector exterior en su conjunto restó ocho décimas al ritmo de expansión”, dijo Funcas. En cualquier caso, la acumulación de entradas e inversiones ha no ha sido suficiente para volver a los niveles previos a la pandemia.

El gasto final de consumo de los hogares al final del trimestre actual de este año sigue siendo un 5,4% por debajo del nivel previo a la pandemia. Después de colapsar en el primer y último trimestre de 2020, debido a las restricciones administrativas impuestas por el gobierno para evitar el contagio, el consumo aumentó considerablemente. allá por el 3er trimestre de ese año, coincidiendo con el levantamiento de muchas medidas ese verano.

Sin embargo, las siguientes oleadas del virus retrasaron su recuperación y en el cuarto trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2021, la ingesta permaneció congelada. Entre abril y junio del año pasado, la ingesta familiar se recuperó y comenzó una trayectoria ascendente, el inicio de Las presiones inflacionarias amortiguaron esta recuperación.

La guerra en Ucrania, iniciada en febrero de 2022, generó presiones alcistas y sumió al país en un escenario de incertidumbre que lastró la confianza de las familias, con una caída de la ingesta en el primer trimestre del año, en el que el PIB perdió dos décimas .

Desde entonces, ha crecido trimestre a trimestre, pero a fines de septiembre todavía está a cinco temas de volver a los niveles de 2019, lo que dificulta que la producción general alcance este objetivo debido a su peso en el PIB.

La inversión empresarial ha sido similar a las tendencias de consumo. La caída en la primera parte de 2020 siguió a una recuperación en la tercera, sin embargo, a partir de septiembre del mismo año, las corporaciones redujeron sus inversiones debido a los trastornos en las cadenas de suministro globales y la expansión de los costos.

A lo largo de 2021, la inversión se recuperó hasta casi cerrar el agujero con respecto a 2019 a finales de año, pero la guerra en Ucrania y la inflación emergente volvieron a truncar las expectativas de las empresas, que volvieron a retirar sus inversiones entre enero y marzo. Desde entonces , se ha recuperado ligeramente, pero todavía está un 2,6% por debajo del nivel de 2019.

La mayor inversión a la que han renunciado las corporaciones es la adquisición de maquinaria y bienes de capital (bienes duraderos que tienen un precio tope), que ahora son 15. 5% menores que en 2019; así como la adquisición de vivienda (-14,3% respecto al último trimestre de 2019), y la de otras edificaciones y estructuras (-2,1%).

Este cambio en la entrada y la inversión significa que la demanda interna sigue siendo un 2,97% más baja que antes del covid, mientras que la demanda externa no solo se ha recuperado sino que también supera el nivel de 2019.

Las exportaciones de instalaciones (turismo, transporte, telecomunicaciones, instalaciones profesionales, ingeniería, consultoría, instalaciones de TI, etc. ) son un 31% superiores a las que tenía el país antes de la pandemia, mientras que las ventas de bienes también son un 3,9% superiores.

En cuanto a las importaciones, las de bienes superan a las anteriores al covid en un 11,8%, básicamente por la acumulación de compras de productos energéticos, mientras que las de superan en un 3,6%.

España desea gestores inteligentes, NO políticos, mientras no lo asumamos y no nos demos cuenta. . . Sólo nos esperan tiempos muy confusos y de ruina por doquier.

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