López, o mestre dos distradores

La transparencia es un elemento fundamental de cualquier país democrático, pues denota la intención de un gobierno para que los ciudadanos ejerzan su derecho a la información de forma libre y fácil; pero López Obrador no tiene empacho en mostrar su desprecio al acceso de los ciudadanos a la información pública gubernamental.

Si bien las llamadas mañaneras simulan ser un ejercicio de rendición de cuentas, distan mucho de transparentar las acciones del gobierno, porque se repite el discurso político de campaña, se ignoran los datos duros, personajes que pretenden ser periodistas hacen preguntas complacientes y, por si fuera poco, se captura la agenda informativa.

Pero lo más peligroso es que desde la Presidencia se lanzan temas a los medios de comunicación para quitar el foco de las noticias realmente importantes. A esto se le conoce como “cortinas de humo” que son una distracción para encubrir acciones específicas con el objetivo de engañar y confundir a la opinión pública.

Ejemplos hay muchos: cuando López fue abucheado en la inauguración del estadio de beisbol de los Diablos Rojos, tres días después se filtró una carta dirigida al gobierno de España y a la Santa Sede para que pidieran perdón por los “agravios contra los pueblos originarios”, un tema que se instaló en los medios y del que se siguió discutiendo.

El fallido operativo en Culiacán para detener a uno de los hijos de El Chapo Guzmán dejó de manifiesto el fracaso de la “estrategia” de seguridad de la 4T, pero poco despué, el Presidente tuiteó acerca de un supuesto golpe de Estado en contra de su gobierno, lo que nuevamente incidió en que la conversación pública cambiara; aunque la herida del llamado “culiacanazo” es difícil de sanar.

La terrible masacre en el límite de los estados de Sonora y Chihuahua que cobró la vida de tres mujeres y seis niños en manos del crimen organizado intentó ser nublada con el “rescate” de Evo Morales, quien renunció a la Presidencia de Bolivia, tras un fraude electoral operado por sus cercanos, que supuso poner fin a su postura de no intervención en asuntos de otros países.

Por si fuera poco, la masacre de Uruapan de hace unos días en la que cuatro de las nueve víctimas eran menores, vino acompañada de la ocurrencia de eliminar los fines de semana largos que el Presidente confunde con puentes; el daño al turismo sería tal que la opinión pública cambió el tema. No olvidemos la supuesta rifa del avión presidencial que intenta ocultar la grave crisis de salud generada por la desaparición del Seguro Popular que aqueja a los mexicanos más vulnerables.

Es fundamental que no nos distraigamos con las cortinas de humo que tienen su origen en Palacio Nacional, sino que sigamos poniendo el foco en los problemas del país. Nada destruye más la democracia que las distracciones y el Presidente ha demostrado ser un maestro para cambiar el tema en discusión de la opinión pública a su conveniencia.

POR MARIANA GÓMEZ DEL CAMPOSECRETARIA DE ASUNTOS INTERNACIONALES DEL CEN DEL PAN @MARIANAGC

Abril

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