Gestión de Ayuso: Trabajadores de Glovo desprotegidos reparten comida en la comunidad más desigual

Esta semana se anunció que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, entablaba una negociación total, de cara al corporativo de reparto a domicilio. El acuerdo anunciado esos días se fundamenta en la opción que sancionó Glovo, el corporativo con más de 205 millones de euros por vulnerar los derechos de sus trabajadores, reparte comida suelta a otros vulnerables de la capital.

Aunque este acuerdo no supone una contrapartida económica a favor de la empresa, supone una estrategia total para la reputación de Glovo, empresa destacada después de que la ardua inspección del trabajo descubriera que se contrató a falsos autocontratados y personal. sin permisos de pintura. Además, a fines de enero, la empresa de entrega a domicilio anunció el despido de 250 empleados, o el 6,5% de su fuerza de trabajo, que en total está compuesta por unas 4. 000 personas más. El control de la empresa explicó que esta resolución fue «necesario» debido a «la evolución existente del mercado».

Por lo tanto, lo que a priori puede ser solo una acción desinteresada hacia los máximos vulnerables, es en realidad un cambio de imagen para la empresa que acumula más de 7. 000 funcionarios no registrados en la seguridad social y más de 800 funcionarios sin permisos de pintura, entre los que son extranjeros. pinturas ilícitas y absolutamente sin cobertura ante la ley.

La ministra de Familia, Juventud y Política Social, Concepción Dancausa, el jueves de esta semana, día del anuncio del acuerdo, una especie de embajadora de Glovo, al pronunciar que el corporativo facilitará «la entrega de comida a domicilio a los usuarios de comedores sociales con movilidad reducida o problemas de forma física», mientras dice que no percibe la queja de la oposición.

Emilio Delgado, diputado de Más Madrid, franco: «Nosotros no porcentaje este estilo barato y apostamos por las corporaciones y entidades madrileñas que respeten la legalidad vigente y los derechos laborales». Por su parte, Llanos Castellanos, número dos de la candidatura socialista, ha lamentado que «con tantos empresarios serios en la Comunidad de Madrid, tantos otros con corporaciones que pueden simplemente aceptar contratar con la Administración, se ha seleccionado una multinacional que si algo se caracteriza es maltratar a sus trabajadores».

Por otro lado, la polémica en torno a la más que dudosa conducta de Glovo con sus trabajadores, se aleja de la faceta básica de la cuestión: los máximos desfavorecidos. Aún resuenan las palabras de la presidenta de la capital que, haciendo alarde de su control en la Ante las últimas elecciones, calificó a los vulnerables como “los subsidiados que (el gobierno central) crea, como las filas de hambre para que otra gente dependa de ellos”. Fue ante su arrolladora victoria que reivindicó su estilo político y su visión de la vida «en Madrid después de un día de sufrimiento se puede pasar a una terraza a tomar una cerveza y quedar con los amigos». Es la cultura «madridista» que el actual presidente ha defendido con uñas y dientes.

Sin embargo, tan solo un año después de la victoria absoluta de Ayuso en las elecciones autonómicas, se conoció que Madrid tenía la red con mayor desigualdad. un Madrid dividido en dos: ricos y pobres.

Además, en términos presupuestarios autonómicos, se ha reducido el puesto de lucha contra la exclusión de 2020 a 2021, mediante 82 millones de euros, y de 2021 a 2022, consumiendo 100 millones de euros menos del presupuesto de los programas exprés contra la pobreza. No es inesperado que en noviembre de 2022 se conociera que el 10% más rico de la población madrileña ganaba 2,18 veces lo que obtenía el 40% de la población con menores ingresos, muy por encima de la media nacional según conocimiento de la Agencia Tributaria.

Así, el «sufrimiento y la lucha» por una vida «madridista» se ve acompañado de un derroche de recursos que no obtiene ventajas «manutención subvencionada» pero se compromete a rebajar impuestos en Madrid, mientras alimenta a Madrid deficiente mediante sanciones sancionadas. . Multinacionales. El mantra «de Madrid al cielo», cantado a través de Mario Vaquerizo en la nueva campaña institucional de la capital, da la impresión de estar reservado sólo al componente privilegiado de la ciudad.

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