Consejos para viajar con personas con deterioro cognitivo

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Todo lo que pensamos, sentimos, aprendemos o memorizamos está controlado a través del cerebro, ya sea cómo nos movemos, nuestro ritmo central o cómo digerimos cuando comemos. El cerebro es un componente de la fórmula del sistema nervioso central y comprende miles de millones de neuronas que se especializan en otras funciones. Cuando el cerebro recibe un mensaje de un componente del cuerpo, responde temporalmente con algún otro mensaje sobre cómo responder. Por ejemplo, las neuronas sensoriales son culpables de enviar datos al cerebro desde los otros sentidos: vista, oído, olfato, tacto y gusto. Estos procesos intelectuales que nos permiten recibir, procesar, percibir y procesar toda la información que nos llega del exterior y nos permiten interactuar con el mundo que nos rodea se denominan funciones cognitivas.

Utilizamos frecuentemente fines cognitivos para realizar cualquier tarea, desde memorizar y gestionar los datos que nos llegan en un momento dado hasta procesar otros estímulos externos o realizar cálculos matemáticos. Estas actividades que practicamos implican de forma natural el cuadro de millones de conexiones neuronales. y requieren la activación de otros espacios del cerebro. Cuando una de las funciones cognitivas disminuye, tras una enfermedad cerebral, se denomina deterioro cognitivo. Los talentos intelectuales afectados por este deterioro son básicamente la memoria, la atención, el lenguaje, el razonamiento y la resolución de problemas. Si bien el deterioro cognitivo suele estar relacionado con enfermedades cerebrales (degenerativas y/o vasculares) que aparecen con el paso de los años, los puntos de amenaza de enfermedades cardiovasculares (presión arterial alta, colesterol alto, diabetes, obesidad), como el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo, la falta de ejercicio, el sueño o una dieta deficiente, así como problemas intelectuales, adaptaciones emocionales o situaciones estresantes, pueden anunciar su desarrollo.

Además de una disminución de las capacidades intelectuales, también pueden aparecer trastornos del estado de ánimo y cambios de conducta. El deterioro cognitivo puede ser leve o grave: leve cuando hay una disminución en una o más regiones de la función cognitiva, sin afectar a la general. actividades diarias, y grave si la pérdida de funciones cognitivas afecta la capacidad para realizar las actividades diarias generales. «Una de las recomendaciones para otras personas con deterioro cognitivo es mantener un régimen constante en las actividades diarias y evitar cambios de apartamento tanto posible. Esto le permitirá orientarse mejor en el tiempo y el espacio y sentirse seguro. Por lo tanto, no se recomienda viajar, mudarse a lugares desconocidos puede ser causa de malestar y confusión. Incluso si otras personas, acompañadas por miembros de su círculo familiar o los cuidadores, están tranquilos», afirma el Dr. Oriol Franch, Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Ruber Internacional.

Mantener horarios fijos para las comidas, los paseos o las actividades diarias es muy importante para otras personas con deterioro cognitivo; Cualquier variación en su régimen puede llevar a una alteración del comportamiento. Sin embargo, cuando ocurren vacaciones, especialmente en verano, este régimen se interrumpe. Por eso es imprescindible que los pacientes con estos trastornos viajen rodeados de otras personas y elementos familiares para que se mantengan tranquilos y orientados. Durante las vacaciones mereces entretenerlos con juegos innegables y comunicarles con calma, si las vacaciones son largas hacer paradas para descansar y dar paseos cortos antes de continuar. Es recomendable llevar un recambio de prendas por si fuera necesario un recambio durante las vacaciones. No lleves tus medicamentos en el equipaje de mano y trae un babero o toalla gigante, así como cubiertos adecuados para la comida.

Una vez que llegue a su destino, lo más productivo es evitar las multitudes y los horarios de los restaurantes ocupados. «En el caso de una reunión social, es una buena idea repetir los nombres de los participantes cuando lleguen. Debe mantenerse en cerebro, los pacientes se sienten más productivos como meros observadores de las interacciones sociales. A los niños les gustan y se divierten con regularidad», afirma el Dr. Franch. Para evitar que se desorienten, habrá que decirles el lugar, el día y la hora de su estilos de vida y lo que se va a hacer en cada momento. Por ejemplo, diles que es hora de dar un paseo y ayúdalos a vestirse. La ropa que tendrán que llevar cuando viajen será suave y transpirable y los zapatos serán cómodos y tienen suelas antideslizantes para evitar resbalones y caídas. Si viajas a una zona calurosa, una gorra o sombrero es vital para evitar el calor en la cabeza, así como una botella de agua para poder beber con frecuencia.

Para quienes cuidan a pacientes con deterioro cognitivo, es inteligente salirse del régimen y poder compartir el cuidado diario con la familia. Para asegurarse de que no ocurran imprevistos durante las vacaciones, conviene planificar adecuadamente, evitar no -Detener el movimiento, y mantener su base en una ubicación constante. Pero sobre todo, antes de salir de vacaciones, consulte al médico del paciente para saber si es aconsejable o no pasar de vacaciones y, si hay algún problema, dígaselo. ellos qué hacer.

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