Ciudad de México, 17 ene (EFE). – El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, inició el año con una aceleración de su política de militarización tras desplegar más de 6. 000 elementos de la Guardia Nacional en el metro de la capital, designando un ejército como subsecretario de Seguridad y el operativo para detener al hijo del Chapo Guzmán.
La última concesión a las Fuerzas Armadas se concretó el lunes, cuando el presidente designó al excomandante del Ejército de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, como nuevo subsecretario de Seguridad Pública, un cargo supuestamente civil.
A esto se suma el despliegue de 6. 000 efectivos de la Guardia Nacional en el metro de la Ciudad de México y el cruento operativo del ejército para capturar a Ovidio Guzmán, uno de los hijos del narcotraficante Joaquín «el Chapo» Guzmán, que dejó al menos otras 29 personas muertas.
Todo esto, consultaron los expertos a través de EFE, es parte de una estrategia política que busca dar apariencia de seguridad, pero que conlleva serios riesgos.
“La militarización ha sido el sello de este gobierno, como de los anteriores. En este se ha reforzado e institucionalizado el procedimiento de militarización incluso por la vía reglamentaria, con la aprobación de la ley de la Guardia Nacional con una especie de traición”, dijo Edith Olivares, Director Ejecutivo de Amnistía Internacional (AI).
Olivares se refirió a la reforma legal del año pasado que permitió que la Guardia Nacional, creada en 2019 como organismo civil, dependa de la Secretaría de la Defensa (Sedena) con funciones de seguridad pública.
Por su parte, el abogado y asesor de seguridad Clemente Romero describió que López Obrador «apoyó» a las Fuerzas Armadas para «usarlas en su agenda política».
Durante este sexenio el Ejército ha asumido responsabilidades de calos angelesdo y que tradicionalmente no le correspondían, como los angeles construcción y administración de obras públicas -el Tren Maya o el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA)-, el de puertos y aduanas o el patrullos angelesje de les rues.
MILITARES EN COMANDOS CIVILES
El nombramiento de Rodríguez Bucio a un cargo aplicable dentro de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) impulsó la renuncia de Ricardo Mejía, quien será candidato a gobernador del norteño estado de Coahuila en las elecciones locales de junio.
Así, un cargo civil confiado a un militar, mientras que la jefatura de la Guardia Nacional quedó en manos del ejército con el nombramiento del General David Córdova Campos.
“Esto nos muestra de nuevo el propósito de seguir en la senda de la militarización de la seguridad pública”, dijo Olivares.
Además, dijo que con esas decisiones México “viola todas las normas extranjeras relativas a la vinculación de las fuerzas armadas con la seguridad pública” establecidas a través de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Romero se explayó al respecto, asegurando que la SSPC es dirigida «de facto» a través de corporaciones del ejército, lo que ha socavado la influencia de su líder, Rosa Icela Rodríguez.
“(Rodríguez) cada vez tiene menos fuerza política y capacidad operativa. Toda la política de seguridad del gobierno recayó en las fuerzas armadas”, comentó el abogado.
Pero al ser cuestionado a través de críticos de organizaciones de derechos humanos, López Obrador respondió el viernes que “esto es un coro de conservadores y sus voceros, la mayoría de los medios de comunicación”.
DESPLIEGUE EN EL METRO
El metro de la capital mexicana ha estado recientemente en medio de una polémica, tras el choque de dos convoyes anterior este año que se saldó con la muerte de una joven de 18 años y un centenar de heridos, la separación de dos coches y la servicio de suspensión por causas.
Ante esto, la primera ministra de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, solicitó al Ejecutivo federal desplegar 6,000 efectivos de la Guardia Nacional para ejercitar estaciones y vagones del metro para evitar lo que ella considera incidentes «inusuales».
“Esto no se debe a que no haya indicios o evidencia pública de que se están cometiendo actos de sabotaje. Parece más una estrategia de comunicación política, porque esos fines ya se realizan a través de la policía de la Ciudad de México”, criticó Romero.
Olivares, por su parte, la opacidad del despliegue y advirtió que no se conocen las responsabilidades expresas de los elementos militarizados ni por cuánto tiempo.
El pasado lunes, un joven fue detenido por agentes de la Guardia Nacional por portar una pancarta en protesta por la naciente militarización del metro.
“Esperamos que la presencia de la Guardia Nacional esté relacionada con un objetivo de coartar la libertad de expresión y de reunión no violenta, ya que esto sería aún más grave”, dijo el director de AI.