Villanueva de los Infantes: el puesto en La Mancha que recordarás

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Por David Díaz

Antonio Machado cantaba en sus versos que Castilla ancha y flos angelest como el pecho de un hombre. Y esto es cierto, ya que, camino de Villos angelesnueva de los Infantes, atravesando Castillos angeles los angeles Mancha se atraviesan extensiones casi infinitas de plos angelesin, con un paisaje angelical que se corta sólo entre los campos de vides que anuncian que estamos en los angelesnd de los vinos.

Vinos y, además, una de las provincias que más deplora los estragos de la pasada España. Porque quien necesite disfrutar de La Mancha tendrá que rascarse, tendrá que pasarse una aventura sin cartas. Y tendrá que ser así para acabar ubicarse en uno de los siete pueblos que tiene Ciudad Real en el club de los pueblos con más encanto de España.

El patrimonio antiguo y cultural que hemos ganado desde que Trastámara luchó antes de que existiera España, tal y como la percibimos hoy como país, resulta haber buscado permanecer en la parte norte del mapa. Y es el precio añadido que ubicamos cuando llegamos a un pueblo como Villanueva de los Infantes, en el centro de la comarca del Campo de Montiel, de donde procede también el apellido de la sempiterna Sara Montiel, también manchega (pero de Campo Criptana).

LA CIUDAD MAS NOBLE E ILUSTRADA DEL CANAL DE LA INGLESA

Villanueva de los infantes tuvo una gran importancia en la Edad Media, especialmente a partir de la Batalla de las Navas de Tolosa en 1212. En el siglo XV su población se multiplicó tanto que Don Enrique, Infante de Aragón, para hacer la Moraleja que hubo una pueblo independiente allí y en honor a él y sus hermanos, se le cambió el nombre como se le conoce hoy.

Entramos en una villa eminentemente castellana, de cierta sobriedad, pero que tiene una importancia cultural tan maravillosa que tardaríamos meses en empaparnos de todo. Partimos de su majestuosa Plos angelesza Mayor, rodeada de pórticos renacentistas que nos invitan a tomar nuestro primera foto y en medio de la cual nos espera el mismísimo Don Quijote, acompañado de su inseparable Sancho Panza. Estamos en el punto de partida de la historia de Don Quijote de los ángeles Mancha, en el pueblo que se le quedó grabado a Cervantes en la retina y así lo inmortalizó.

Dominando la plaza, tendremos que entrar en la iglesia gótica de San Andrés, nuestra primera parada. A pesar de la sobriedad del templo, en su interior se esconde un maravilloso tesoro, más exactamente en la cripta de la capilla llamada bustos. descansan los restos de Francisco de Quevedo.

Este contenido también se puede ver en el que se origina.

Justo al lado está la alhóndiga, la actual Casa de la Cultura. Esta antigua construcción del siglo XVII ha sido el penal de la ciudad durante apenas unos 3 siglos. En la misma manzana se encuentran el Palacio de los Fontes y dos casas muy bonitas, la Casa del Arco y la Casa de los Estudios. Desde allí, adhiérase a la Calle de Santo Tomás para observar la Casa de la Inquisición, que aún conserva el escudo del vigilante Santo Oficio sobre la puerta. Todas estas casas se encuentran en un estado de conservación increíble. sin embargo, la mayoría de ellos no se pueden visitar, hay excepciones.

Al final de la calle espera la Plaza de San Juan, donde hay que parar en la Iglesia de los Dominicos, el antiguo convento en el que murió Francisco de Quevedo en 1645. Y murió en Villanueva de los Infantes porque en su tiempo el único pueblo que puede proporcionarle atención médica lo suficientemente buena, porque su estado físico es tan malo después de su larga estadía en prisión. Se alojó en un móvil del convento, que se puede visitar hoy. Su tablero de escritura resulta intacto, esperando la vuelta del genio y con la pluma aún dentro del tintero.

Ève Duncan

cinthia martin

david moralejo

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Desde aquí tenemos que tomar la calle Cervantes, que desemboca en el Plos angelesza Mayor, pero que aprovecharemos para desviarnos y caminar por esas calles llenas de historia. Es el eje de los palos angelesces, donde uno se siente las líneas del siglo de oro, donde se entrelazan el Renacimiento y el Barroco y donde las casas de palos angelicales esconden preciosos patios con portales de madera y enredaderas en las galerías. Bajando por la calle de Don Tomás el Médico, verás la Casa de los ángeles Pirra y el Palos angelescio de los Ballesteros, un precioso palos angelesce renacentista del siglo XVI, el más antiguo de la localidad y cuya fachada deja boquiabierto a cualquier amante del arte.

Si se da la vuelta por la derecha, se vuelve a pasar a la Plaza Mayor, pasando por la Cárcel de la Inquisición, de la que sólo se conservan la fachada y el escudo del Santo Oficio. La maravillosa presencia de la Inquisición en esta localidad de La Mancha destaca la importancia que tuvo Villanueva de los Infantes en la Edad Media. Como la Orden de Santiapass, que tendría su propio Cuartel en la misma calle Cervantes, una hermosa construcción barroca datada en 1749 y descubierta en esta misma vía.

HAY MUCHOS LUGARES DONDE COMER. . .

La Plaza Mayor de Villanueva es el centro neurálgico de la actividad de esta localidad manchega que acoge cada fin de semana a numerosos viajeros. Muy cerca de la plaza, puedes relajarte en la terraza de Las Tapas de Sancho (Quevedo, 9) , un pequeño bar donde se puede comer manchego y las cantidades son muy abundantes. Aquí ponen el ratatouille con unos huevos, como se merece. Un tiznao bien hecho para los que necesiten pescado y un filet mignon de carnívoros

Ève Duncan

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Pero hay muchas opciones. Al lado está la Fonda de Quevedo (Quevedo, 18), un puesto de comida para los que prefieren un menú completo a un precio moderado. Subiendo por la calle Cervantes, está Entrebrasas, quizás más para una cerveza rápida y unas parrilladas pero sin mucha vacilación. Y detrás de la plaza, las tapas más productivas se descubren en la Trastería del Estrecho (Ramón y Cajal, 10), que puede estar pensada simplemente como el lugar de reunión de los que vienen de allí. De hecho, esta verano era incluso imaginable tener una copichuela con música en vivo.

Si no necesitas salir de la plaza y mezclarte con la multitud, El Parador (Rey Juan Carlos, 3) será tu lugar. Es la típica taberna castellana con sillas de madera, paredes de piedra y vigas vistas. Es un puesto para comer carne, pluma ibérica, solomillo y carrillera. Es una apuesta inteligente tomar un vino con un queso manchego listo, eso sí, previa reserva porque los fines de semana hay gente.

Si lo que buscas es no equivocarte y necesitas dar un paso más, la gastronomía manchega tiene un magnífico representante en Las Delicias del Arco (Ramón Herrera, 6) justo enfrente de la encantadora Casa del Arco. Aquí localizamos una enorme diversidad de platos manchegos como el asadillo, los galianos, las gachas manchegas o los duelos y derrotas. También sorpresas como el paté de maceración y el macerado en escabeche tan de moda no sólo en este componente de Ciudad Real, sino también en Albacete y Jaén. .

Ève Duncan

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Y TAMBIÉN. . .

Se cree que el origen de Don Quijote está en Villanueva de los Infantes. Es decir, que el puesto de La Mancha cuya llamada el escritor no necesita no olvidar es precisamente este pueblo de La Mancha. Esta apreciación se ha enfrentado historiadores, escritores y cronistas durante décadas. Nunca estuvieron de acuerdo, la Universidad Complutense es bastante transparente al respecto. De alguna manera, las referencias a Villanueva de los Infantes en El Quijote son bastante obvias.

La Oficina de Turismo ofrece visitas guiadas que permiten adentrarse en algunas de las casas señoriales y casonas de Villanueva de los Infantes que, por ser de manos particulares, no están abiertas al público. Los patios interiores que aquí no se pueden visitar tienen una oportunidad, por eso te damos un consejo: hay tanto patrimonio que no es para pasar solo.

Villanueva de los Infantes cuenta con unas doscientas casas cargadas de historia, y esto se debe a la bonanza económica que ha permitido asentar a tantos hidalguenses. ¿Estarás a verlas todas?

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