Las protestas en Chile, que ya cumplen casi 2 meses, comenzaron el 18 de octubre debido a la subida de las tarifas del metro en Santiago, pero luego se convirtieron en un estallido social que al unísono exigía la salida del mandatario chileno, Sebastián Piñera, y una nueva Constitución que cambie la redactada en la época dictatorial de Augusto Pinochet (1973-1990).
Piñera reconoció el 18 de noviembre los abusos y el uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes de seguridad, y se comprometió a penalizarlos.
Acabar con la corrupción gubernamental es uno de los asuntos que ha impulsado el estallido social en Chile, donde las protestas no paran desde el 18 de octubre y ahora exigen el fin del mandato del presidente Sebastián Piñera.
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