El líder del PP, Pablo Casado, no ha rechazado llegar a acuerdos con el Gobierno para afrontar la reconstrucción tras la epidemia del coronavirus pero utilizando los distintos foros sectoriales que ya existen, no tratando de reeditar los Pactos de la Moncloa de 1977 como han propuesto varios ministros y el propio presidente, Pedro Sánchez. El Congreso de los Diputados acoge este miércoles la primera sesión de control al Gobierno desde que se declaró el estado de alarma el pasado 14 de marzo y en medio de un ambiente de crispación, agravado por la desconfianza hacia ese intento de forjar unos nuevos Pactos de la Moncloa.
Casado ha puesto en duda que el presidente del Gobierno quiera realmente pactar con los partidos de la oposición la reconstrucción de España. “Los acuerdos se basan en la confianza, y de usted no se fía nadie, no le creen ni sus compañeros. Usted no es el Rey (en alusión a la ronda de contactos que Sánchez quiere abrir este jueves). Si quiere pactar algo, cosa que dudo, hagámoslo con luz y taquígrafos. No nos venda su teatro de guiñoles, solo le importa el poder, y a nosotros, los españoles”, le ha espetado a Sánchez. El líder del PP ha rechazado reiteradamente los nuevos Pactos de la Moncloa que persigue el Ejecutivo, entre otros motivos porque no le va a regalar al presidente esa medalla. Pero no descarta de forma rotunda acuerdos para los que propone otros foros menos vistosos y trascendentes para el relato histórico: la Comisión de Comunidades Autónomas, la del Pacto de Toledo, la de Educación…
Casado ha recriminado que Sánchez “impone lealtad y unidad con una mano mientras con otra suelta el doberman clásico del PSOE” y ha vuelto a lamentar algunos de los calificativos que le ha dedicado el PSOE en respuesta, por cierto, a los ataques que también el PP ha lanzado contra el Gobierno de coalición entre los socialistas y Unidas Podemos. “Inútil, indigno, indecente, desleal… Son los piropos que me dedicaron por apoyar el estado de alarma”, ha recordado.
Sánchez ha replicado que siente todos los fallecidos “como propios” y ha comprometido que tendrán su “merecido reconocimiento” cuando se logre la “victoria total” contra la pandemia del coronavirus, ante la que considera que las medidas de confinamiento están funcionando como lo demuestra que los contagios hayan pasado de crecer a un ritmo del 35 al 3 por ciento actual. A su juicio, los españoles recuperarán “dentro de poco” una “nueva normalidad”. Para esta victoria sobre el COVID-19 ha situado como imprescindible la “unidad” entre la política y la ciencia, entre el Gobierno, las autonomías y los ayuntamientos, pero también con el conjunto de partidos para un acuerdo por la reconstrucción social y económica y ha deseado que “ojalá” se encuentren, en este sentido, en los próximos días. Esta ha sido su única referencia al eventual pacto para ‘el día después’.
El presidente del Gobierno y el líder del PP se ven las caras en el hemiciclo después de que la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, concretara la fecha del comienzo de los contactos que perseguirán un pacto para superar la devastación causada por la pandemia: el jueves que viene. La llamada del gabinete de Sánchez al de Casado se produjo después y eso no gustó al PP, que ha protestado por haberse enterado de la fecha por la prensa. La portavoz del grupo popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, censuró el martes que Sánchez ni siquiera muestre educación en su pretensión de buscar con Casado un Acuerdo Nacional para la Reconstrucción, como lo ha llamado el jefe del Ejecutivo.
Sánchez también ha tenido que defender las medidas adoptadas por su Ejecutivo para paliar los efectos sociales y económicos derivados de la crisis sanitaria del coronavirus ante EH Bildu y la CUP. Ante las críticas que le han dedicado ambas formaciones, ha negado haber antepuesto los intereses del capital a la salud de los trabajadores al haber permitido la vuelta al trabajo de quienes desarrollan actividades no esenciales. La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurúa, ha mostrado su temor a que esa vuelta a la actividad tras la Semana Santa se traduzca en un rebrote de la enfermedad la semana que viene. Por su parte, la portavoz de la CUP, Mireia Vehí, ha avisado al jefe del Ejecutivo de que su formación no le va a “perdonar” la gestión que está haciendo de esta crisis y también ha puesto en duda que las personas que han tenido que regresar estos días al trabajo lo estén haciendo con las condiciones de seguridad que deberían. Vehí ha hecho hincapié en los beneficios empresariales durante la crisis del Covid-19 en contraposición a la precariedad de millones de trabajadores.
Estos argumentos no los comparte el presidente, quien ha destacado que para recuperar la actividad no esencial “nos hemos corresponsabilizado todos”, tanto empresarios como sindicatos, y con medidas de apoyo a familias, trabajadores y al tejido productivo mediante una política de rentas “que está beneficiando a un conjunto del 25 por ciento de la población activa”. Un “esfuerzo enorme” y “sin precedentes”, ha remarcado Sánchez, que ha recordado que ya cuando anunció la aplicación del estado de alarma se comprometió a que las consecuencias de la pandemia no iban a significar “dejar a nadie atrás”. “Hoy es lo que está haciendo el Gobierno en todos los Consejos de Ministros, tratar de dar un enfoque social y no dejar a nadie atrás en esta enorme crisis que desgraciadamente está afectando al conjunto del planeta”, ha subrayado.
Ha coincidido Sánchez con su interlocutora de EH Bildu, eso sí, en que “no hay que contraponer la economía a la salud” y ha subrayado que el porcentaje de aumento de contagios ha pasado del 35 por ciento al 3 por ciento gracias a las medidas de confinamiento al amparo del estado de alarma. También ha apuntado que España, con más de 20.000 test diarios, es uno de los países que más pruebas de la COVID-19 realiza. En todo caso, ha asegurado a Aizpurua que todas las medidas que adopta son “consecuencia” del asesoramiento del Comité Científico que está ayudando al Gobierno en esta crisis.
En respuesta a Vehí, el jefe del Ejecutivo ha subrayado que la actual “injusticia fiscal” debe resolverse a nivel nacional y europeo y ha subrayo que España está a la vanguardia de la nueva fiscalidad que se necesita en Europa y en el mundo. “Hemos sido los primeros en plantear una tasa a las grandes corporaciones digitales del mundo y la aprobación de un impuesto de transacciones financieras”, ha afirmado Sánchez.
Por otra parte, ha asegurado que durante el mes de decreto de alarma por el coronavirus, el Gobierno ha hecho “muchas cosas en favor de las familias, trabajadores y autónomos”. En este sentido, ha recordado que casi 1 millón de autónomos ha solicitado la prestación por cese de actividad, que 3.889.000 trabajadores se están viendo beneficiados por ERTE y que se han puesto en marcha líneas de financiación por hasta un tope de 100.000 millones “para garantiza la liquidez y en consecuencia la subsistencia del tejido productivo en nuestro país”.
Un hemiciclo casi vacío, como ha venido sucediendo desde que se decretó el estado de alarma, acoge este pleno después de otros tres: uno para informar sobre dicho estado de alarma y dos para la autorización de otras tantas prórrogas. Habrá más sesiones de control, al menos una vez a la semana mientras dure la crisis de la COVID-19, tal y como han demandado algunos grupos y formaciones, como el PP o Más País, de Íñigo Errejón, entre otras.