Vamos a proteger a las personas y no a los puestos de trabajo.

Tener una buena red de seguridad social es indispensable para que todos podamos aprovechar las ventajas de una economía de mercado. Actualmente, cuando las medidas sanitarias implementadas a raíz del coronavirus tienen un efecto negativo sobre las condiciones económicas de muchas familias, es aún más notoria la ausencia de una red de seguridad social sólida en Colombia, a pesar de que esta fue complementada con medidas de emergencia que lograron un alcance considerable en poco tiempo. Complementar esta red para que sea realmente un sistema de seguridad social implica cambiar el foco. En palabras de Emmanuel Macron, presidente de Francia, un buen sistema de protección social no debería proteger trabajos, sino personas.

Proteger personas en vez de empleos implica facilitar que trabajadores puedan encontrar trabajo en nuevos sectores. En una columna anterior mencionaba algunas propuestas que van en la dirección de disminuir los costos laborales sin reducir las protecciones asociadas a un trabajo formal, con el fin de aumentar el empleo y disminuir la informalidad. Eso puede ser un comienzo, pero se puede hacer más. Por ejemplo, al empezar la cuarentena una política de subsidiar salarios tenía mucho sentido: evitar romper relaciones laborales permite que una recuperación sea más rápida. Pero, como menciona The Economist en uno de sus leaders, es insostenible mantener subsidios a la nómina.

Adicionalmente, el mundo de los próximos meses o años no va a ser igual al mundo pre-Covid. Forzar a que las relaciones económicas lo sean se interpone en el camino de un reacomodo de la fuerza laboral en sectores que serán más demandados. Es mejor facilitar que más personas puedan encontrar trabajo en nuevos sectores. Además de disminuir impuestos a la nómina, quitar certificaciones innecesarias podría facilitar esto. Por ejemplo, pedir una tarjeta profesional cuando se tiene un diploma de una institución de educación acreditada por el Ministerio de Educación es un requisito que impide que más personas puedan cambiar de trabajo.

Otro ejemplo para proteger personas en vez de trabajos está relacionado con las empresas en problemas por la coyuntura. Argumentando que buscan proteger empleos, varias empresas han buscado ayudas de diferentes maneras por parte del gobierno, pero rescatar compañías con este criterio es abrir la puerta al lobby y clientelismo. No obstante, hay buenas razones por las que el gobierno debería invertir en ciertas organizaciones: si una empresa productiva está pasando por un mal momento a causa del coronavirus, pero cuando se recupere puede ser rentable, el gobierno debería inyectarle recursos. Pero esto no sería un rescate sino una inversión para un naciente fondo soberano, cuyos dividendos se puedan usar para consolidar una red de seguridad social. Idealmente, se podría financiar un ingreso básico universal con los dividendos de ese fondo.

Aunque una pandemia es una prueba de fuego, que esperemos que no nos toque volver a vivir, es indispensable seguir desarrollando un mejor sistema de seguridad social para que cada persona que enfrente alguna calamidad no quede descubierta. Solo así todos vamos a poder aprovechar las ventajas de la economía de mercado.

Por: David Pérez-Reyna

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