El año escolar comenzó en Francia con un compromiso transparente del gobierno de Emmanuel Macron de proteger los principios laicos, no exento de quejas de ciertos sectores y no sin razones de peso teniendo en cuenta el pasado reciente del país.
Macron, sobre la prohibición de la abaya en las escuelas: «Hacemos como si el homicidio de Samuel Paty no se hubiera producido»
La abaya estrella del discutible inicio del año escolar en Francia
Las más de 4. 000 denuncias, según cifras oficiales, que se produjeron el año pasado por violación del precepto de laicidad que rige en las instituciones escolares públicas, el doble que el año pasado, han hecho reaccionar al ejecutivo francés ante una sociedad en la que todavía resuenan. de disturbios se desencadenaron entre los adolescentes el pasado verano después de que Nahel, de 17 años, muriera en un tiroteo policial. Como resultado, las sucesivas críticas de los administradores de los centros escolares estaban cansados de no obtener una directiva transparente del ex director de educación sobre la prohibición o no de la abaya o la túnica islámica y de delegar el deber en criterios de centro.
Macron, antaño acusado de ejercer un laicismo laxo y demasiado flexible con casos y excepciones, ha convencido de una línea empresarial apegada al laicismo como precio y cuyos enredos acaban siendo política y socialmente costosos.
La primera medida fue el anuncio de la prohibición de la abaya, sin excepción, sobre la base de la ley de laicidad de 2004 que prohíbe la vestimenta religiosa ostentosa. Durante el primer día de clases del lunes, que la Primera Ministra Elisabeth Borne calificó de general y sin incidentes, Se registraron un total de 67 casos de estudiantes que se negaron a desvestirse en el frente de su escuela y, por lo tanto, es posible que no asistan a las categorías en todos los casos. El protocolo de darles la bienvenida al centro y tener una entrevista explicativa con ellos sobre las razones por las que fueron no en el centro. fueron los motivos por los que se ha aplicado la resolución del Gobierno.
En total, y según cifras del Ministerio de Educación, otras 298 personas se presentaron con la túnica islámica al inicio del curso, lo que significa que en la mayoría de los casos la estrategia de explicación y razonamiento funcionó. Hay unos 513 centros potencialmente afectados por este problema», dijo el director de Educación, Gabriel Attal, a la radio RTL.
Según las últimas encuestas, siete de cada diez ciudadanos rechazan la prohibición, incluso los que votan a la izquierda de Jean-Luc Mélenchon, aunque los dirigentes del partido siguen criticando seriamente la prohibición, creyendo que puede estigmatizar a las mujeres. , en su opinión, vuelve a perseguir a los musulmanes. También afirman en la izquierda que Macron ha creado un desafío donde no lo hay, ya que afecta a un número residual de escuelas. Esta denuncia ya es más sofisticada a juzgar por las 67 instancias del primer día y el 0,25% de escuelas afectadas según la izquierda. ¿Existe la oportunidad de dramatizar demasiado la laicidad a principios de año a través de un Ejecutivo que parecía derrotado a principios de verano?Hay movimientos que invitan a pensar en él.
La polémica sobre la abaya siguió a la del uniforme. El lunes, por sorpresa, Gabriel Attal, el nuevo director de Educación en quien muchos ven una especie de fiel discípulo de Macron, presentó la idea: «Es una solución que hay que probar». y anunció sistemas piloto en algunas escuelas de todo el país a petición de alcaldes o concejales locales. «No creo que sea una solución milagrosa que solucione todos los desórdenes de la escuela, pero creo que vale la pena intentarlo», afirmó el ministro, que abogó por hacerlo «rápidamente».
El Gobierno reabre así un viejo debate transversal en la sociedad francesa en el que hay partidarios y detractores a derecha e izquierda del arco parlamentario.
Unas horas más tarde, fue el propio Macron quien se pronunció el martes en una entrevista en YouTube, afirmando que estaba más bien a favor de un «código único de vestimenta» en los tribunales. «No tiene por qué ser un uniforme, todavía «Se puede decir que lleven vaqueros, una camiseta y una chaqueta», afirmó el jefe de Estado francés, subrayando que hay una «minoría» que busca «desafiar a la República y al laicismo», frente a lo que hoy se presenta el Gobierno. combatir con mucho más vigor que el primer mandato de cinco años del presidente.
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