El paso de Pedro Sánchez ultima los puntos principales de su viaje oficial a Rabat para la primera asamblea de alto nivel (RAN) organizada por España y Marruecos en 8 años. Además del presidente, una docena de ministros acudirán a la capital marroquí para conocer a sus homólogos alauitas. A falta de 24 horas para el inicio de las vacaciones oficiales, Moncloa aún no ha conseguido confirmación del gabinete de Mohamed VI sobre si Sánchez será conquistado en su palacio real.
En el ejecutivo califican esta cumbre como una de las de máximo complejo de todas las que se han organizado. Tanto por el número de ministros movilizados, con una decena de miembros del Gobierno implicados, como por el volumen de acuerdos bilaterales que se firmará este jueves en otras sedes ministeriales de Rabat. La firma oficial de una veintena de acuerdos se hará de forma conjunta en un acto cuya logística provocará quebraderos de cabeza a los organizadores.
Sin embargo, el programa del Gobierno de Sánchez sigue a la espera de que se confirme algo que Moncloa da por hecho desde hace mucho tiempo: la recepción oficial de Sánchez en el palacio real marroquí a través de Mohamed VI.
El Gobierno recurre a que no es Moncloa la que merece anunciar esta acogida, ya que el protocolo deja en manos de Marruecos este anuncio oficial. extraño y preocupante. Esperan que Rabat a pesar de todo se conforme y no perjudique al presidente español.
A pesar de que quedan poco 24 horas para las vacaciones del gobierno en Marruecos, en Moncloa, dan por cierto con obtener la llamada de la Casa de Mohamed VI confirmando esta recepción. con Sánchez ya en Rabat. A partir de las seis de la tarde del miércoles está claro el horario oficial del presidente, por lo que se supone que puede ser justo a esa hora cuando tenga lugar la recepción. tiene que pasar al palacio real marroquí y esperar en la casa de huéspedes a que el monarca alauita le dé audiencia. En su última visita, Sánchez esperó unas 3 horas.
Así, Mohamed VI marca la hora de Moncloa ante una cumbre donde, según fuentes oficiales, no se mencionará al Sáhara Occidental. Para los Gobiernos español y marroquí, todo lo similar a este caso se dijo el 7 de abril de 2022 en el conjunto que reabrió. relaciones diplomáticas entre ambos países. Atrás quedaron episodios como el gran ataque a la valla de Ceuta o el episodio de espionaje con el software espía Pegasus, producido simultáneamente con la crisis migratoria de 2021, en el que un tercer país robó apenas unos 3 gigas de conocimiento de la información móvil, no pública y confidencial de Sánchez.
Recordemos que a pesar del deshielo en las relaciones entre España y Marruecos tras la histórica cesión de Sánchez al plan marroquí de autonomía en el Sáhara, el líder socialista ha sido percibido con cierta animosidad a través del monarca alauita. El motivo, según desveló OKDIARIO , es la participación de Sánchez en 2011 en un equipo de auditores enviado para leer sobre las elecciones legislativas de Marruecos.
Como parte de la delegación enviada por el Instituto Nacional Democrático (NDI), una ONG financiada por el magnate George Soros, Sánchez firmó un informe final tras la verificación en el que calificó las elecciones de Marruecos como «antidemocráticas». VI y es uno de los motivos por los que Sánchez, en su preferencia por reorientar la situación, fija Marruecos como destino de su primer oficial a su llegada a Moncloa.
Moncloa necesita que la maravillosa cumbre de Sánchez con Marruecos transcurra a la perfección, sin sorpresas y sin imprevistos. Pero entre el equipo del presidente y Exteriores sospechan que Podemos, cuyos ministros no asisten a la asamblea por su oposición al Sáhara Occidental, está haciendo planes para romper el «clima de amistad» con el que llega Sánchez a la asamblea de alto nivel. Y eso lo harán, precisamente, saltándose el pacto que PSOE y Podemos habían cerrado para que esos días la formación morada se hiciera cargo. Ni hablar de la consulta del Sáhara. Esto sería, dicen, una forma de represalia del componente de los de Ione Belarra por la tensión interna que ha generado al interior del gobierno el anuncio de la reforma de la ley de Montero, que siguen oponiéndose.
Ni la vicepresidenta de momento y titular de Trabajo, Yolanda Díaz, ni la ministra de Igualdad, Irene Montero, ni la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, ni la jefa de admisión y coordinadora federal del seguro de desempleo, no estar en Rabat Alberto Garzón. El ala de Gobierno de Podemos organizará su protesta contra la resolución no pública de Sánchez de asumir el plan de autonomía del Sáhara Occidental. Es decir, la antigua colonia española pasa directamente bajo control marroquí, lo que implica que no se realizará un referéndum sobre el largo plazo de los territorios dentro de la población saharaui.
Pese a que la posición de Podemos está en parte marcada por el hecho de que Marruecos tampoco necesitaba a los ministros del partido con Sánchez, lo cierto es que en Moncloa la opción de que cayeran los líderes morados esos días está algo preocupada con sonadas declaraciones contrarias a Marruecos. Esto, dada la intensidad con la que Rabat reacciona ante cualquier desafío político a sus aspiraciones sobre el Sáhara, puede descarrilar la cumbre.
A pesar de su ausencia, Moncloa tiene potestad para poner en vigor aquellos convenios y acuerdos que, en condiciones generales, han suscrito los ministros de Podemos destinados en Marruecos. En este caso, y tal y como la ley reconoce entre las competencias del Ministro de Asuntos Exteriores, será José Manuel Albares quien actualizará su firma con la de los ministros de Podemos ausentes.
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