En la era moderna, la búsqueda de riqueza y éxito empresarial tiene el objetivo número uno para muchas personas. Sin embargo, para algunos, los estudios pueden aumentar y cuidar su dinero puede ser una molestia. Este fenómeno se conoce como dismorfia monetaria: un trastorno mental. eso afecta a los estadounidenses que tienen una creencia distorsionada sobre su situación monetaria.
Actualmente, los más afectados son los jóvenes de la Generación Z que, bombardeados por influencers, intentan imitar su estilo de vida: gasto constante, compras de marcas que superan sus capacidades económicas reales y ganas de lucirse en sus viajes.
Aunque los expertos señalan a la Generación Z como la más afectada, los Millennials y la Generación X también sufren este trastorno que los lleva a gastar de más y reconocer sus verdaderas condiciones económicas.
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La dismorfia monetaria se caracteriza por una serie de comportamientos irracionales y una mente similar al dinero y la riqueza. Las personas que padecen este trastorno posiblemente sufrirían de ansiedad excesiva, depresión y baja autoestima si sienten que no están acumulando suficiente riqueza o si entienden que están desperdiciando dinero de alguna manera.
Además, tienden a compararse constantemente con los demás en términos de éxito monetario, lo que puede generar resentimiento y envidia.
Esta obsesión por el dinero en efectivo puede consumir todas y cada una de las facetas de la vida de una persona, obstaculizando sus relaciones interpersonales, su capacidad para disfrutar de la vida y su bienestar general. Además, puede conducir a conductas compulsivas, como buscar constantemente oportunidades lucrativas, exceso de trabajo, o gastar fuera de control.
La dismorfia financiera lleva a otras personas a tomar decisiones impulsivas e irracionales sobre su dinero, como invertir en planes fraudulentos, endeudarse más allá de sus posibilidades o rechazar oportunidades de inversión por temor a desperdiciar el dinero.
Los expertos señalan que la dismorfia económica es necesariamente similar a la cantidad de efectivo que tiene un usuario. Un usuario puede sufrir este trastorno independientemente de si tiene una gran fortuna o está sufriendo para llegar a fin de mes. Lo que define la dismorfia económica es la obsesión y la distorsión. de la creencia en el efectivo, la cantidad real de riqueza.
Aunque la dismorfia monetaria no se identifica oficialmente como un trastorno intelectual en los manuales de diagnóstico como el DSM-5, muchas personas la consideran un desafío genuino y en desarrollo en la nueva sociedad.
La cultura del consumismo, la presión social y la exposición constante a fotografías de buena fortuna y riqueza a través de los medios y las redes sociales pueden contribuir a la progresión de este trastorno.
El tratamiento para la dismorfia monetaria llega a la terapia mental, cuyo objetivo es identificar y reemplazar patrones de pensamiento y hábitos similares al dinero en efectivo. Además, puede ser útil adoptar métodos de control de la tensión y la ansiedad, así como técnicas de atención plena para domesticar una relación más saludable con el dinero en efectivo y éxito.
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Los especialistas piden detectar los síntomas de este trastorno y, si es necesario, brindar asistencia para saber cómo gestionar sus citas con dinero de forma más saludable.
Con información de AFP.
ORP