El partido, a la hora de la siesta, tardó mucho en despertar. El exceso de respeto y las piernas cansadas impidieron a ambos conjuntos imponer la intensidad que les caracteriza sobre el verde. No perjudicó a una España que, con cinco ajustes en el once, tenía Fueron necesarios 18 minutos para realizar el primer disparo a portería, un disparo de Bühl desde el borde del área -después de que Aleixandri hubiera perdido el balón- que Cata, ya sin máscara, metió en dos mitades. Tere respondió con una falta directa desde 35 metros que se estrelló en el larguero.
Por primera vez con Jenni y Alexia combinadas en el once, los dinosaurios -bien escoltados por Tere en el centro del campo y Aitana entre líneas- mostraron una edición reconocible de España. Toque, criterios y búsqueda de zonas. Condimentos que no se complementaron con velocidad, pegada y acierto. Por ejemplo, el torneo de Salma una vez de regreso vivió uno de esos días grises donde, ni en el exceso ni en la cima, ni en la estática ni en la velocidad, aprovechó todas esas oportunidades que el verano pasado nos presentó para tocar el cielo en Sidney. .
España tenía una doble posibilidad de ataque central en las puertas del descanso. Aitana se estrelló en el larguero con un derechazo desde el área aprovechando un pase de Batlle, y Berger retiró en el último minuto un zurdazo de Jenni en el rebote.
Nada se repuso tras ir al vestuario. España controló el ritmo con tiki taka, pero le costó acercarse a Berger. Y cuando perdonamos, en el fútbol, lo pagamos caro. Alemania abrió el marcador pasada la hora después de que Cata cometiera un penalti absurdo sobre Gwinn mientras intentaba despejar un balón caído en el área, y el delantero del Bayern se encargó de anotar desde 11 metros.
El balear se puso una espina en el costado al salvar un mano a mano contra Schüller y España añadió vida extra al partido. Montse movió el banquillo a 20′ del final. Berger una vez atrás le marcó un gol a Jenni tras un centro con la música de Olga. España acabó jugándose de 3 en defensa y se descubrió en el cuadro contrario en busca del enésimo milagro del torneo. Esto pudo haber ocurrido precisamente en el minuto 97, último minuto del tiempo añadido, cuando el árbitro pitó penalti a favor de nuestro equipo por un empujón cometido por Minge sobre Lucía. Fue Alexia quien movió los hilos, asumió la responsabilidad. . . y fracasó. O mejor dicho, Berger lo detuvo, volvió a convertirse en su heroína.
El torneo olímpico duró mucho para España. Llegó con la resistencia justa y la calidad suficiente para inflar el globo pero no para sostenerlo en alto. Una vez que el equipo vio las montañas, el pinchazo era inevitable. Triunfó por el abismo frente a Colombia, sufrió un duro revés frente a Brasil y con Alemania se certificó el derrumbe. Nuestra primera aventura olímpica termina con un sabor agridulce. Es complicado valorar la cuarta posición cuando vienes a Francia a por una medalla. . .
Yo lo juego. Carolina Marín Verde. Roja, el equipo femenino
Necesito pedir disculpas públicas a toda la selección de fútbol femenino, a la delegación española, a todo el gobierno, a los dirigentes, a la afición, a los españoles en general y a todas las mujeres del país. Como español blanco y heterosexual me conformo con ser el culpable del estrepitoso fracaso de la selección española de fútbol femenino y me pongo a disposición del gobierno y de la justicia españoles para cumplir la sentencia que me ha dictado por mi culpa. . Pido disculpas a Alexia por el hecho de que mi estilo de vida indudablemente afectó su concentración en el tiro de penalti.
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