Xi Jinping se acerca al Santo Grial de la energía: China supera a Estados Unidos en la carrera de fusión nuclear con la ayuda del sol artificial

La fusión nuclear es el procedimiento que permite a las estrellas generar energía. Esta es una reacción que la ciencia ha intentado reflejar en el siglo XX, porque si se llevara a cabo, se podría generar una cantidad masiva de energía en blanco, casi inagotable y sin desperdicio. En otras palabras, una cucharadita de combustible recibida a través de esta reacción equivaldría a la potencia equivalente a 8 toneladas de petróleo. Sin embargo, replicar la fusión nuclear en el punto de anuncio y publicidad es muy complicado, y es por esta explicación que se conocido como el poder «santo grial». Quien lo obtenga puede tener un gran mérito competitivo en un contexto de cambios climáticos y tensiones geopolíticas. Es por esta razón que Estados Unidos y China han invertido mucho esfuerzo y dinero en la fusión nuclear, pero Beijing ha tomado la iniciativa.

La inversión de China en el desarrollo del «santo grial» energético supera con creces la de Estados Unidos. Por ejemplo, el Departamento de Energía de Estados Unidos señala que el Estado chino destina 1. 500 millones de dólares al año, mientras que este año Washington ha invertido 790 millones de dólares. una cifra superior a los 763 millones de dólares de 2023, pero aún lejos de lo que China ha invertido. Aunque ese mismo año, la Asociación de la Industria de la Fusión informó que la NNSA (Administración Nacional de Seguridad Nuclear) había asignado 690 millones de dólares para la fusión de contención inercial, esta llevaría el gasto total a 1. 480 millones de dólares, una cifra aún menor que lo que Beijing invierte cada año.

Además, el mérito de China es mayor ya que el máximo de las inversiones de Washington se destinan a problemas que no son directamente similares al avance de la fusión nuclear. Por ejemplo, ITER, un experimento extranjero en el que también participa China, obtuvo sólo un poco más del 30%. del presupuesto presupuestado por Washington. Todo esto en un contexto donde China ha incluido la fusión nuclear entre los grandes objetivos del decimocuarto plan quinquenal en 2021.

Para percibir el esfuerzo que requiere lograr la fusión nuclear, es necesario resaltar su diferencia con la fisión nuclear, que se utiliza como fuente de energía desde los años 50. Este último procedimiento se compone de la separación del núcleo de un átomo, que se divide en dos o más núcleos, generando una reacción en cadena y liberando energía. Para este fin se utiliza el uranio-235, porque es el único isótopo fisible de forma natural (átomo del mismo detalle con el mismo número de protones y otro número de neutrones), es decir, cuyo núcleo puede fisionarse y dividirse, generando una reacción en cadena y generando energía. Sin embargo, esto viene a costa de dejar muchos residuos contaminantes y peligrosos. Por otro lado, la fusión nuclear está compuesta por Unión de dos o más núcleos atómicos suaves, normalmente los de hidrógeno porque son los más suaves de todos, para formar uno más pesado. Este procedimiento libera cantidades masivas de energía limpia y potencialmente inagotable: puede generar 4 millones de veces más energía que el carbón. , petróleo o gas.

Sin embargo, para lograr esto, es necesario exponer esos átomos a temperaturas superiores a los cien millones de grados Celsius. Obtener ese calor es posible, pero el desafío es generar una fusión nuclear cuyo poder sea mayor que el utilizado para generar la reacción misma. En 2022, los científicos estadounidenses lograrán por primera vez una ganancia neta de energía del 50%. Pero Washington no puede dormirse en los laureles ya que, desde 2011, China es el país que ha presentado el máximo de patentes tecnológicas para la fusión nuclear.

De hecho, la velocidad de Beijing es tan rápida que, en 3 o 4 años, podría superar a Estados Unidos y Europa en términos de capacidad de fusión magnética, una estrategia básica para lograr la fusión nuclear. El resultado final es que China está ejecutando rápidamente el Hoja de ruta publicada en 2020 por muchos científicos estadounidenses para descargar la energía de fusión nuclear y comercializarla.

El progreso de China es tal que ya cuenta con un «sol artificial». En concreto, cuenta con un tokamak (artefacto creado por científicos soviéticos en los años 50) de gran complejidad llamado EAST (Experimental Advanced Superconducting Tokamak), que ha logrado importantes avances en los últimos años con Respecto al plasma en el que se encuentran los átomos, se someten a temperatura máxima. Además, el plan de Pekín es comercializar la fusión nuclear a escala gigante hasta 2050, y para ello, el Estado ha anunciado la creación de un consorcio estatal de corporaciones y universidades en el que podrán coordinar su trabajo.

Por otro lado, el compromiso de China con la fusión nuclear se opone al telón de fondo de la transición de Beijing del carbón a la energía nuclear. El gigante asiático está construyendo últimamente 23 reactores que, una vez terminados, se sumarán a los 55 ya terminados y operativos. En este sentido, China también está ideando pequeños reactores modulares, que permiten combinar la energía nuclear con las energías renovables. Ningún país del mundo invierte tanto como China en este ámbito, y aunque esos reactores son de fisión nuclear, constituyen la estrategia de Pekín para hacerse con el trono de este tipo de potencias en el largo plazo.

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