Las tierras agrícolas en Nicaragua, sin presupuesto para las mujeres

Una ley que crearía un fondo para la compra de tierras con equidad de género en Nicaragua, un país mayoritariamente agrícola, sigue durmiendo en el sueño de los justos, 10 años después de haber sido aprobada.

Las campesinas nicaragüenses siguen esperando a que el Estado asigne una partida presupuestaria, como lo establece la Ley Creadora de un Fondo para la Compra de Tierras con Equidad de Género, aprobada hace 10 años, para tener acceso a parcelas propias.

Mientras llega ese día, las mujeres continúan trabajando en tierras alquiladas o prestadas para poder producir al menos para su autoconsumo.

Este es el caso de la Idania Maricela Moreno, con una producción de 26 años de edad participó en la lucha por el acceso a la tierra, a través de sus ocho años de edad.

Ella, que pertenece a una cooperativa, no cuenta con tierra propia para cultivar por lo que echa mano del patio de su casa para producir pipianes, yuca, plátanos, chile, limones y aguacates.

“Somos 19 mujeres (en la cooperativa). Vamos a empezar a cultivar en un huerto porque no tenemos tierra y en nuestras casas solamente cultivamos en el patio en pequeños huertos”, explicó Moreno a Efe.

Esa cooperativa renta propiedades para cultivar en la comunidad “Ojo de Agua”, departamento de Chinandega, 142 kilómetros al noroeste de Managua, que forma parte del “corredor seco”, por lo cual los productores enfrentan dificultades para regar sus cultivos.

Moreno dijo que el grupo de mujeres que ha logrado adquirir, con recursos propios, en medio de la hectárea de tierra, y van a empezar a trabajar de nuevo.

“Para nosotras las mujeres la tierra es algo que nos da poder, porque lo vemos como un activo (con el) que podemos decidir, y nos puede dar seguridad y con ella (tierra) podemos tener acceso a crédito, a recursos y a un crecimiento económico y, sobretodo, independencia”, argumentó Lisseth Escalante, otra productora.

Escalante, de 30 años, es vicepresidenta de la cooperativa “Mujeres en Acción” y desde los 13 años se involucró en labores del campo.

Ahora ella trabaja en una hectárea de tierra que le heredó su madre y no tiene que incurrir en gastos de alquiler, pero hasta hace algunos años debía rentar tierras para producir.

Escalante, que también es estudiante de ingeniería agronómica, es testigo de como el alquiler de una hectárea de tierra ha pasado de 18 dólares hasta 200 dólares por ciclo productivo (tres meses).

Una de las razones para el incremento en la renta de la tierra es que los grandes productores ofrecen más dinero por hectárea y saca a las campesinas de competencia, según dijo.

Escalante, que es mujer morena tostada por el sol y de vivaces ojos negros, se involucró en la lucha por el acceso a la tierra, la que define como “difícil porque venís rompiendo esquemas y venís tocando temas de derechos y sobretodo temas que reivindican un derecho para las mujeres“.

El cinco de mayo de 2010, la Asamblea Nacional de Nicaragua, luego de numerosas actividades impulsadas por la Coordinadora de Mujeres Rurales, la Asociación de Trabajadores del Campo y otras expresiones cooperativistas, aprobó la Ley Creadora del Fondo para Compra de Tierras con Equidad de Género para Mujeres Rurales.

En 2011, la Coordinadora de Mujeres Rurales, como parte de una campaña de justicia alimentaria, solicitó al Gobierno le asignara 50 millones de córdobas (unos 1,47 millones de dólares) del presupuesto para beneficiar a 300 campesinas de los departamentos de León y Chinandega por ser los más afectados por la sequía, explicó la presidenta de esa ONG, María Teresa Fernández.

Entre julio y octubre de 2015, 100 mujeres campesinas, designadas por sus organizaciones, enviaron igual número de cartas a la Presidencia de la República exponiendo su situación de pobreza y demandando el cumplimiento de la ley, sin respuesta alguna, contó Fernández, de 63 años y economista de profesión.

“Vamos a seguir trabajando porque esa ley se implemente. Le ha costado a las mujeres. Es una ley de la República y el Estado nicaragüense tiene que cumplir”, argumentó.

El Estado de Nicaragua ha guardado silencio sobre la demanda de las campesinas y no ha explicado el porqué no asigna los recursos para la compra de tierras agrícolas.

La agricultura es responsable de un 20 por ciento del producto interior bruto de la ciudad de méxico.

El empresario Marcelo Maia, designado este lunes como nuevo director ejecutivo de la red de supermercados DIA en Brasil, expresó su deseo de fortalecer la empresa en el país sudamericano y darle un “ADN brasileño” en los próximos meses.

El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) impulsarán un proyecto en el Corredor Seco Centroamericano para fortalecer la adaptación a la escasez hídrica y la sequía.

Nueve cooperativas de pescadores artesanales de Nicaragua están siendo formados para prevenir la mortandad de peces criados en esteros del extremo noroeste del país, con el apoyo de la cooperación española, según informa la organización Amigos de la Tierra España.

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