¡Párate, párate! Hombres en una moto ordenaron a Tarek Fayad, de 32 años. El joven no le hizo caso y siguió caminando, la moto aceleró a la moto y cuando estaban a punto de arrancar le dispararon al menos siete veces.
Minutos antes, Tarek había salido de su casa rumbo al barrio Macuto, al sur de Barquisimeto, a comprar alimentos para sus hijos y fue entonces cuando los delincuentes le quitaron la vida. Los vecinos del Sector I del Seminario suponen que los malvivientes iban a robarle; sin embargo, no se le quitó nada.
Son las 2:40 p. m. el domingo 13, la calle desierta, otras personas estaban en las gradas de su espacio cuando las detonaciones hicieron saltar a más de uno de la silla.
Cuando se agacharon para ver qué pasaba, vieron a un niño gravemente herido que se encontraba entre la acera y la calle.
«Él es el hijo del árabe. Cuando lo hicimos de una vez por todas, ¡fuimos a avisarles!»comentó un vecino de la comunidad.
Cerca del marco una bolsa que contenía comida, agregando leche líquida y unas nuggets. El padre de la víctima fue el primero en llegar al lugar del crimen y lloró desconsoladamente confirmando lo que tanto temía, que su hijo había muerto.
La hermana de Tarek también llegó a la escena y buscaba calmar a su padre, pero con el corazón roto por el crimen.
“Él solo salía a comprar comida para los niños. Le dijimos que no se desmayara porque era domingo”, dijo un familiar.
Entre los que hablaron estaban otros dos sujetos que iban en una motocicleta y le dispararon a la víctima, otros dijeron que solo había uno. Una vez que los delincuentes vieron que el joven se había desplomado, se dieron a la fuga.
Los vecinos salieron de sus casas para reconocer a la víctima, mientras que otros llamaron a la policía para denunciar el homicidio.
El círculo de familiares no sabe qué pudo haber pasado. Lo único que saben es que salió de su espacio para pasar al almacén y al rato llamaron para decir que lo habían asesinado.
“Él no era mala persona, no tenía ningún desórden con nadie”, dijo entre lágrimas su hermana.
Al menos siete casquillos quedaron en la calle, a pocos metros del cuerpo.
Al lugar arribaron elementos de la Policía Estatal Lara, mientras que al lugar llegó el Cicpc.
Tarek tenía varias heridas de bala en la espalda, el pecho y los brazos.
Poco tiempo después, una comisión del Eje de Homicidios del Cicpc visitó la comunidad de Macuto para realizar peritajes y recabar pruebas con el fin de abrir investigaciones y el por qué del crimen.
El cuadro fue trasladado a la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, donde se le realizará una autopsia.
Se supo que la víctima residía en El Manzano y dejó huérfanos a 4 jóvenes.
El siglo