«Puigdemont celebra su triunfo y prevé un chantaje permanente». Lucía Méndez afirma que, según la edición del Gobierno y sus medios, «las calles de Barcelona y de todos los pueblos de Cataluña merecen haberse llenado de alegría por el reencuentro, el reconciliación y fin del conflicto». Es tal cosa que, más allá de la cara radiante y satisfecha de Miriam Nogueras, no parece que los ciudadanos de Cataluña hayan descorchado el cava más productivo para celebrar una ley que -según Pedro Sánchez – representa la solución a un conflicto grave, el fin de un inmenso malestar social y el bálsamo para la depresión emocional que el Govern aprecia en la sociedad catalana. «No, resulta que no salió bien, pero vaya, Sánchez logró comprar los votos que necesitaba, sí.
Según el editorial, «el Gobierno socialista ha sellado su ruptura con el consenso constitucional y ha hecho efectiva la peor forma de corrupción: el intercambio de impunidad por poder». Un sinvergüenza corrupto, como todos sus electores y defensores mediáticos. ha obligado a Sánchez a su voluntad, y el presidente confirma que está en condiciones de hacer cualquier cosa para quedarse con sus siete diputados. «Y esa es la única verdad, por eso estaríamos agradecidos al ejército de socialités al servicio de Sánchez si no nos tomaran a nosotros, ciudadanos, por idiotas.
Federico Jiménez Losantos asevera que «sólo el dictador Sánchez es capaz de la torpeza totalitaria que presentó con una serie de mentiras argumentativas superadas sólo por su audacia». «Sánchez, sí, se proclamó dictador. Ahora hay que ver si lo somos». capaz de salvarle de construir su dictadura. » ¿Cómo?» Porque el golpe de Estado es un golpe de Estado, y si la oposición no es capaz de verlo así y denunciarlo alto y transparente ante los demás españoles y la Unión Europea, el golpe triunfará. «Quizás uno de ellos esté deprimido, pero ya triunfó. Triunfó el 23 de julio, cuando millones de estúpidos votaron por él.
«Sánchez considera que el Parlamento es transparente con el pacto de amnistía. Se agradece la sinceridad del diario del régimen. Los 7 votos de las Juntas al poder legislativo, no por la conciliación ni por los despropósitos que nos venden a través de la banda de deprimentes periodistas sanschistas . Es desternillante la historia del periodista Carlos Cué. «A pesar de que es un día decisivo para el Gobierno, Pedro Sánchez permitió a sus principales colaboradores, encabezados por Félix Bolaños, demostrar públicamente la euforia que domina la presidencia. equipo tras el acuerdo de amnistía que se está abriendo. Paso también a los presupuestos». El presidente es así, magnánimo, humilde, generoso. Son Sanchidad «no necesitaba mostrar al público su alegría por el acuerdo. Pero en privado, varios de sus colaboradores señalan que está tan eufórico como todos», babeó Cué. . Este chico ya no tiene el más mínimo ápice de dignidad. Sánchez huyó a Brasil por el caso Koldo.
«El president», subraya su entorno, «considera que este acuerdo no sólo consolida la fuerza legislativa y allana el camino a los Presupuestos, sino que también implica el cierre definitivo de la herida política abierta en 2017 con el procés». todo lo contrario, pero qué más dará el hecho». De vuelta, cuando se encontraba en un momento de máxima debilidad, Sánchez ha recibido un giro de ocasiones que le permite una vez más ofrecer un mensaje de resistencia y dar un horizonte de continuidad a su política», dice Cué arrodillándose ante Sánchez en una actividad que no mencionaré porque está en la mente de todos.
«Salvamento total para Puigdemont. » A pesar de todo sucedió. Incluso si fuera de esperarse, la concesión global que el Partido Socialista está haciendo al movimiento independentista catalán sigue siendo extremadamente grave», decía el editorial. «El procedimiento de amnistía consuma descaradamente su adaptación a los intereses privados de Puigdemont y Sánchez. «Nada nuevo. Esto es lo que viene haciendo Sánchez desde que entró en política.
«La amnistía nunca fue concebida como una herramienta de pacificación y armonía, como lo demuestra el hecho de que ningún político socialista la defendió hasta que fue imprescindible para permanecer en el poder. El contraste entre el contenido descaradamente injusto de la norma y «La hipérbole moral con la que Bolaños defendió esta medida del estado de derecho es que sólo alguien dispuesto a ajustar la verdad misma pueda conformarse con ella».
«Puigdemont se ríe, en Junts se ríe todo el mundo. Se ríen. Ganaron (de momento). Necesita volver en julio. Pedir disculpas. Quizás gobernar Cataluña y proclamar de nuevo la independencia, eso es lo que dicen. Y eso es lo que «El PSOE llama recuperación. Convivencia», dice Julián Quirós. No, lo llaman 7 votos para que Sánchez siga en el poder, el resto son historias que ni ellos ni ningún español se creen, y lo saben. Pero da igual, Sánchez. sigue en la Moncloa. Como dice Carlos Herrera, «es un delirante monumento a la corrupción y un insulto insolente a los españoles que todavía no tienen opción de cumplir la legislación porque no tienen la posibilidad de ser líderes del gobierno catalán». golpe de independencia». Visto desde esta perspectiva, lo máximo práctico sería dirigirse a un golpista catalán.
«Puigdemont consigue una amnistía completa y ya necesita más. «Novedad». Junts pretende adelantar a ERC en la carta de exigencias de los PGE y apuesta por el equilibrio presupuestario y fiscal. «De cualquier manera, los 7 votos de Junts son oro natural para Sánchez. Hoy, Carmen Morodo vuelve a darle vueltas a su cabeza sobre los acuerdos destinados a derrocar a Sánchez. «La tendencia de los componentes es mirar hacia otro lado para comprobar lo acordado en los acuerdos de investidura antes de la caída de Sánchez». Es significativo que un movimiento de censura no sea parte hoy de su hoja de ruta, ni estén a la caza del futuro, pero ya se espera que lo que suceda tras las próximas elecciones generales sea un gobierno de Feijóo. Carmen, quedan 4 largos años. Y saber.
Abel Hernández, eso sí, no tira la toalla. » Hay movimientos discretos dentro del Partido Socialista, con Felipe González como referente, para intentar desbancar a Pedro Sánchez de La Moncloa y de la dirección del partido antes de que el escenario se vuelva irreversible». «No es una operación innegable. » En las últimas horas se han multiplicado los contactos y proyectos entre las fuerzas protectoras de la Constitución en busca de un acuerdo histórico para continuar con el desalojo del inquilino de La Moncloa. «Eso espero, Abel Pero no es que no sea innegable. Y es que ya no hay Partido Socialista. Ningún diputado sanchista votaría por ella.
Sin embargo, soñar no cobra dinero y eso es lo que hace Abel. indiscutible casta socialista. Presidiría un gobierno de concentración dirigido exclusivamente a acabar con los compromisos y líneas del sanchismo y convocar nuevas elecciones de inmediato. La otra variante, más confusa, sería que Feijóo fuera el candidato del movimiento con la mismas situaciones y con los votos garantizados de los críticos. Sector PSOE. En estos momentos, el electorado multiplica los contactos con las bandas sin dar cuartel a los pregoneros que buscan la fórmula que saque a España del atolladero. Aquí estamos de vuelta Frente a los fantasmas de los socialistas inteligentes. No hay socialistas inteligentes, Abel, piensa en retrospectiva.
Marhuenda lanza varias cosas que son evidentes y conocidas por todos. «En medio del asqueroso escándalo protagonizado por Koldo y sus compinches, que confirma que la corrupción dentro del PSOE es sistémica, Sánchez ve en la amnistía una garantía de que Seguirá en la Moncloa. No le importan las mentiras, los engaños ni los traspasos que se seguirán haciendo, sino su propio interés. «Qué descubrimiento, Marhu.
Sandra Golpe está harta. » De la última noticia sobre la ley de amnistía, recién editada al gusto de Junts, adaptada a Carles Puigdemont, lo que quizás me irrita al máximo es la puesta en escena. «Pedro Sánchez abandonó el foro y se puso en camino a 9. 000 kilómetros. . » En su lugar, se postuló al Congreso un supuestamente entusiasta Félix Bolaños, hasta el punto de felicitarse por una ley que nos convierte, según él, en un referente mundial. Su discurso fue todo menos creíble. » Hizo lo que pudo, pero cuanto más explicaba, más sorprendían e incluso chirriaban sus palabras. Fue incluso más patético que cuando intentó colarse en el partido de Ayuso. «A estas alturas de la película, nada puede preocuparme más, como ciudadano». , que ser subestimado. Ser tomado por tonto. » Pues así andamos todos, niña. Pero el caso es que el 23 de julio muchos de los que Sánchez y sus sabuesos nos orinarían en la cara.