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Pedro Sánchez está convencido de que sólo un pacto nacional a gran escala alejado de intereses partidistas, corporativistas y autonómicos permitirá a España salir airosa de los devastadores efectos vitales, sanitarios, sociales y económicos de la pandemia del coronavirus. Lo defendió anoche en su discurso con una vehemencia inusual en él, consciente de que sólo la comunión de partidos, instituciones, administraciones y agentes sociales sostendrá los cimientos de un país golpeado por «los estragos de una guerra sin bombas». «Reconstrucción es la palabra que debe unirnos a todos», proclamó el presidente del Gobierno.
En un principio el jefe del Ejecutivo defendió la reedición de los Pactos de La Moncloa de 1977 como fórmula para renacer tras la crisis, una propuesta acogida con frialdad por la mayoría del arco parlamentario. Pero ha centrado más su planteamiento hasta encaminarlo a unos postulados sociales y económicos que, en su opinión, pueden suscitar un amplio consenso no sólo entre las formaciones políticas, sino también en las administraciones autonómicas y locales, la patronal y los sindicatos. Así lo defenderá este domingo en su sexta reunión telemática con los presidentes regionales desde que se decretó el estado de alarma y volverá a hacerlo la próxima la semana en la mesa de partidos de nueva creación, a la que espera que también se incorpore el PP a pesar de sus importantes reticencias.
Hasta la fecha los llamamientos de Sánchez a la necesidad de un acuerdo para impulsar la reconstrucción habían sido vagos y vacíos de contenido, más allá de que pretendía incluir en el eventual pacto los Presupuestos de 2021. Ayer entró a lo concreto, tras advertir de que los ciudadanos se van a encontrar un país diferente cuando se recupere la normalidad tras padecer «una situación que nadie con menos de 90 años ha conocido». Citó como ejemplo un reciente informe del FMI que dibuja un «sombrío» panorama mundial con los mayores retrocesos del PIB desde la Gran Depresión. En el caso de España, la caída más pronunciada de crecimiento desde la Guerra Civil.
Cuatro son los ejes sobre los que Sánchez quiere articular la reedificación: reconstruir y reforzar el sistema sanitario; implementación de acciones financieras, fiscales y administrativas para relanzar el tejido empresarial y los sectores más afectados por la pandemia (la industria, el turismo, la hostelería y la cultura), así como la creación de empleo; articulación de medidas de protección social; y la adopción de un posicionamiento conjunto de país ante la negociación en la Unión Europea.
El presidente considera que únicamente existen dos caminos para afrontar un desafío de tal magnitud y que la elección de uno u otro -o división y desánimo o unir fuerzas para «acometer unidos el esfuerzo de la reconstrucción»- definirá para bien o para mal la España de los próximos años o incluso décadas.
«Me voy a esforzar de corazón para impulsar la unión eonómica y social de nuestro país. El virus se combate con unión y sacrificio, por eso hace días propuse unos pactos para la reconstrucción social y eonómica. Deberían sumarse todas las fuerzas, pero también comunidades autónomas, ayuntamientos y otras administraciones, y extenderse a un acuerdo con los agentes sociales», incidió.