El presidente francés, Emmanuel Macron, rechazó la dimisión de su primer ministro, Gabriel Attal, y le pidió que siguiera siendo temporalmente jefe de Gobierno. Ese es el resultado de las elecciones del domingo, donde el electorado dividió su legislatura entre izquierda, centro y derecha sin que ninguna facción política se acercara a la mayoría necesaria para dar forma al mando.
La coalición de izquierda Nuevo Frente Popular con Jean-Luc Mélenchon obtuvo más de 180 escaños, mientras que la alianza centrista de Macron controló para superar los 160 y la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen ganó 140.
Se necesitan 289 escaños para la Asamblea Nacional, que tiene 577. La Francia moderna nunca ha tenido un parlamento sin un partido dominante.
Una situación de parálisis se cierne sobre la segunda economía más grande de la Unión Europea.
El principal índice bursátil francés de referencia abrió a la baja pero se recuperó temporalmente, porque los mercados temían una clara victoria de la extrema derecha o de la coalición de izquierda.