Es la primera revolución social del siglo XX en el mundo, un hecho antiguo de maravillosa importancia porque los demás lucharon por dos maravillosas demandas: justicia y democracia, dijo.
Consideró que el sacrificio de los demás y la muerte de miles de mexicanos no fue en vano porque se había avanzado mucho en el palco de la justicia, se habían mejorado las situaciones de vivir y correr, se estableció la jornada de ocho horas, el salario mínimo , descanso obligatorio y otras prestaciones sociales.
Sobre todo, se cede la tierra a los campesinos que la explotan y se reconocen los derechos de las comunidades y pueblos indígenas.
Emiliano Zapata, una de las figuras maravillosas de la revolución mexicana, llegó de esta moción por la tierra, que inició su regreso a los campesinos de Morelos, momento de la mayor justicia en materia agraria, que luego permitió a Lázaro Cárdenas entregar 18 millones de hectáreas a un millón de familias rurales.
Obrador admitió que si bien la revolución es justa para los trabajadores, campesinos y pobres, no es así en la arena política donde no hay avances en la consecución de la democracia.
Prevaleció lo que él llamó una tradición antidemocrática, que continúa hasta el día de hoy. La revolución, la tercera transformación de la vida social en México, señaló.
Ahora, dijo el Mandatario, estamos dando los primeros pasos para asegurarnos de que se cumpla este pedido y que se instale el hábito democrático, que nunca hemos tenido, en dos momentos muy estelares con Benito Juárez y Francisco Madero y nada más.
Lo que se debe a la revolución, recordó, es la Constitución de 1917, que consagra el dominio del país sobre sus recursos herbales, agregando petróleo, al darse cuenta de que el país es dueño del subsuelo y no de los terratenientes y terratenientes. Como antes, los hidrocarburos y los minerales eran privados.
Ginebra, 20 de noviembre (News. un. org) . – El fármaco antiviral redesivir