Junts y ERC están de acuerdo en que el común de las cuentas de la cola, lo que le abre el camino hacia el s nchez

Muy lentamente, la pol?tica catalana trata de recuperar una cierta normalidad institucional, tras años convulsos por el desafío independentista. Por primera vez desde el 2017, la Generalitat podrá aprobar sus presupuestos, igual que el Ayuntamiento de Barcelona, que no lo ha logrado desde el 2015. Un pacto a dos bandas entre los independentistas y los (la marca catalana en la que está Podemos) permitirá al Gobierno catalán, gobernado por JxCat y ERC, y al consistorio barcelonés, dirigido por los y el PSC, que las dos principales instituciones catalanas dispongan de un presupuesto actualizado este año. 

Se empiezan a romper los dos bloques monolíticos que han marcado la política catalana durante los años del desafío secesionista y, por primera vez en mucho tiempo, un proyecto relevante impulsado por el Ejecutivo autonómico obvia el factor identitario, se centra en el día a día y pone en el centro el debate izquierda-derecha.

El doble acuerdo en la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona entre los independentistas y los comunes podría tener una tercera pata, la de los Presupuestos Generales del Estado. 

La tabla de diálogo

Para que ERC acabe apoyando las cuentas de Pedro Sánchez, la mesa de negociación entre el Gobierno y el Ejecutivo autonómico tiene que avanzar. «El apoyo a los Presupuestos depende de los avances en la mesa de diálogo», afirmó Oriol Junqueras días atrás. El respaldo se irá decidiendo a medida que vaya «funcionando» la mesa de negociación, afirmó ayer la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta. El acuerdo entre PSOE y ERC solo incluía la investidura, recalcó.

Esquerra, de momento, evita presionar a Sánchez con la puesta en marcha de la mesa y admite, consciente de las discrepancias que hay en secesionismo, que el inicio podría demorarse en función de cuánto tarden Sánchez y Torra en cerrar una reunión previa. Además, el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, dejó caer ayer que el Gobierno central tendrá que negociar sus cuentas con fuerzas ajenas y avanzó que el Gobierno catalán pedirá al de Sánchez que flexibilice los objetivos de déficit para las autonomías. 

Aumento dos gastos públicos

La previsión de la Generalitat es que las cuentas sean aprobadas hoy en el Consejo Ejecutivo y lleguen al Parlamento catalán a final de mes. Los presupuestos catalanes contemplan un aumento del gasto público de más de 3.000 millones de euros respecto a los del 2017, las últimas que se aprobaron. Entre otras medidas, recogen la subida del IRPF a quienes cobren más de 90.000 euros al año y alzas en el impuesto de sucesiones. Según ERC, los presupuestos ponen fin a la época de recortes, que arrancaron en el 2012 con Artur Mas y se aplicaron en paralelo al desarrollo del desafío secesionista. Puigdemont y Junqueras bautizaron los Presupuestos del 2017 como los del referendo, lo que les permitió contar con el apoyo de la CUP.

JxCat, por su parte, hizo ayer una lectura en clave de continuidad. «Estos presupuestos son garantía de estabilidad de este Gobierno», afirmó la consejera de la Presidencia, Meritxell Budó, pese a que la posible inhabilitación deTorra está sobre la mesa, al igual que el adelanto electoral. Los comunes, de hecho, votarán a favor de los presupuestos aunque insisten, igual que el PSC, a Torra que convoque comicios. Los de Colau, además, creen que el pacto presupuestario sirve como «primera piedra» de un futuro tripartito de izquierdas en la Generalitat.

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