El Citroën Xsara WRC será perpetuamente recordado por aquellos que vivimos con fervor el rally de la década del 2000. Si la memoria no nos falla: gano los campeonatos de Monte-Carlo, en el de Argentina, Turquía o Alemania, y de la mano de Sebastian Loeb o Carlos Sainz, entre otros. A ojos de los más puristas supondrá una revolución, ¿verdad? Pues ahora lo es también su sistema de frenado, que pasó muy de puntillas por aquel entonces en mitad del escenario mediático.
El puente trasero del Xsara WRC montaba un equipo de frenos por cable (o lo que conocemos hoy por hoy como el brake by wire), pero solo era en el eje trasero porque el tren delantero seguía gobernado por el mecanismo tradicional. Por aquel entonces, esta tecnología iba en pañales.
Por si aún no te sitúas: el brake by wire es un sistema de freno electrónico y desacoplado que monitoriza las frenadas a través de sensores. Es decir, un conjunto de actuadores eléctricos controlados por el pedal permiten la activación de las pinzas sin existir conexión mecánica. Con esto, los elementos convencionales como el servofreno o las bombas de depresión quedan reemplazados por la electrónica de control. Te lo ampliamos todo más abajo.
El brake by wire ya no solo es el reclamo del coche de carreras. Si bien es cierto que se ha extendido en los circuitos, la verdad es que en el mercado del automóvil está viviendo un proceso de generalización del que no nos habíamos ni enterado. Lo vemos con marcas como Mercedes, Toyota, Alfa Romeo, Audi o Hiunday. Y es que este sistema ya no es solo seguridad y precisión, sino una mano tendida a la conducción autónoma.
Para explicar el freno por cable vamos a usar como base el de la marca Brembo. Los componentes con los que cuenta son:
El principio de funcionamiento del freno por cable es relativamente sencillo. Cuando el conductor acciona el pedal, este empuja el cilindro y el sensor interpreta la voluntad de frenar. El fluido hidráulico es conducido hasta el simulador de fuerza y los sensores reciben la presión del pedal.
El simulador se encarga de que el conductor reciba el tacto de freno adecuado. Para ello, este responde al pedal con un nivel de presión concorde a pulsación de frenada, así que el usuario puede hacerse una idea de cómo trabaja la reducción del vehículo.
Por otra parte, en el momento de frenada el sensor del pedal manda información a la unidad de control, de tal manera que esta interpreta la presión a ejercer en las pinzas. Ello dependerá de cuánto se pise el pedal de freno. Para que puedan morder el disco solo falta que las pastillas reciban el empuje adecuado. Es presión, aportada por el motor eléctrico, es la que dictamina la unidad de control.
A parte del ESP, ABS y el estabilizador de frenada, este sistema se combina también con otras funciones. De hecho, las ayudas a la conducción y muchos elementos de la seguridad ya son inconcebibles sin esta tecnología. Estamos hablando de sistemas de protección contra peatones, la frenada de emergencia o el control activo de crucero, por ejemplo.
Lo primero que anuncia el fabricante es que este sistema proporciona una mayor precisión de frenada. En resumidas cuentas, esto es: el freno por cable monitoriza la frenada en todo momento de tal forma que siempre cede a las voluntades del conductor, dando así una calidad de pisada óptima y segura.
El brake by wire nace para controlar mejor las frenadas, dejando que en los momentos de más fatiga e imprecisión el usuario pueda percibir un mejor comportamiento. Y no solo en fatiga, ya que en caso de llevar carga también mejora la estabilidad y disminuye la distancia de frenado.
Por otra parte, el freno desacoplado también permite una mejor ligereza del conjunto dado a que deja de contar con elementos del mecanismo tradicional. Los componentes electrónicos, por norma general, suelen presumir de tener un menor peso, así que esto se traduce en mejoras en consumo y dinamismo. Aun así, la complejidad del sistema y la electrónica de control no juegan un punto a favor en los arreglos de taller.
Y ya entrando en recta final, como todo en esta vida el freno por cable tiene un “pero”. A parte del precio, que es mucho mayor que el del freno de pistón, el brake by wire ha sido criticado por perder tacto de frenada. Digamos que aporta una sensación artificial que en contadas ocasiones puede que no sea concorde con el estado del freno. Así que si en un pedal tradicional notamos hundimiento por fatiga, este sistema trabajará mejor para que el conductor lo siga notando contundente.
Artigo de Joan Bassa Moragues
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