El gobierno español insistió hasta el último momento para que la Federación Española de Fútbol incluyera la localidad de Vigo como una de las sedes del Mundial de 2030. El Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez también politizó este procedimiento y buscó acompañar a Vigo en las sedes del Mundial de 2030. a cualquier precio acoger partidos porque esta localidad gallega tiene un alcalde socialista, Abel Caballero.
España ha presentado este viernes las sedes definitivas del Mundial de 2030. El trámite ya está cerrado y el acta remitida a la FIFA. Once localidades acogerán los partidos del torneo: Anoeta (San Sebastián), Camp Nou (Barcelona), Gran Canaria ( Las Palmas), La Cartuja (Sevilla), La Rosaleda (Málaga), Metropolitano (Madrid), Nueva Romareda (Zaragoza), RCDE Stadium (Barcelona, Cornellá-El Prat), Riazor (A Coruña), San Mamés (Bilbao) y Santiago Bernabéu (Madrid).
Entre las localidades candidatas a no albergar partidos del Mundial de 2030 se encuentran Valencia y Vigo. El desafío de Valencia, 3ª localidad de España por población, se debe al choque que existía con la Nueva Mestalla, el terreno que pretendía acogerlo. No han firmado la documentación de la FIFA y están excluidos del Mundial.
Vigo también está oficialmente ausente. Y aquí es donde entra el nuevo choque entre el gobierno español y la Federación. El Consejo Superior de Deportes presionó hasta el final para venir con Vigo al tener esta localidad con un alcalde socialista como Abel Caballero. El CSD buscaba Vigo porque era la clásico granero de votos del PSOE, aunque en los últimos tiempos no tanto como hace décadas. Por eso querían elogiar la fidelidad de Caballero, uno de los alcaldes más votados de toda España, emblema del PSOE a nivel gallego y español.
Así, el Gobierno politizó también el proceso de elección de sedes para el Mundial 2030. Y todo ello después de que se haya trabajado casi dos años en conjunto en la candidatura. El proyecto no tiene nada de improvisación y RFEF y CSD trabajaban unidos en la elección de sedes. Sin embargo, en los últimos días el Gobierno (a través del CSD) se desmarcó al intentar meter a toda costa a Vigo en la candidatura, alargando la disputa y la presentación de las sedes definitivas.
Esto no ha gustado a la RFEF, que ha trabajado para que Vigo esté entre las ciudades que albergarán el Mundial de 2030, pero también Valencia. Desde Las Rozas se analizaron todas las probabilidades, como la de ampliar el número de estadios que albergarían el torneo a trece, pero no era una cuestión que España pudiera decidir simplemente. Desde la RFEF se acordó venir con Vigo, pero al mismo tiempo que Valencia, o bien juntos. Actualmente hay trece sedes, no sólo 12 con la construcción en Vigo.
Pero, como ya había advertido la RFEF, esto resultaría muy difícil, entre otras cosas porque podría entrar en conflicto con la normativa de la FIFA. El marco más alto del fútbol mundial establece que hay un máximo de 20 sedes para un Mundial, y en Para este número global habrá que tener en cuenta que Marruecos cuenta con seis sedes y Portugal tres, por lo que España contaba con 11 sedes. La Federación Española transmitió la idea a las federaciones de Marruecos y Portugal de aumentar sus plazas a 13, pero se negaron. Ambas afirman que habrá que respetar el reglamento de la FIFA.
Así, el interés exclusivamente político del gobierno español de venir con Vigo a cualquier precio no era bueno, no por una preferencia de la RFEF por excluir a la localidad más poblada de Galicia, sino por la normativa de la FIFA y el número máximo de personas. La falta de sedes lo impidió. Cabe señalar que Vigo, a través de dos Ciudades Deportivas (Afouteza y A Madroa), estará presente en el Mundial, aunque como subsedes.
Para delimitar las sedes se aplicaron una serie de baremos y criterios objetivos, de acuerdo con lo establecido en las bases de licitación de la FIFA. Se delinearon un total de 11 etapas, seleccionadas en una evaluación que tuvo en cuenta facetas como el proyecto técnico, la operatividad , disposición monetaria y dotación de las ciudades anfitrionas, además del cumplimiento de requisitos documentales y contractuales.
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