Si hay un PGE antes de fin de año, en febrero, Sánchez decidirá si despedir a Iglesias o avanzar hacia la liquidación del régimen de transición.
Las negociaciones que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está llevando a cabo con ERC y Cs, bien incompatibles entre sí, culminarán con la finalización del año «horr-bilis» de 2020, con las que habrá ganado Pedro Sánchez alguna otra victoria política vital que promete su presidencia por el resto del mandato.
Fue en este momento, y tras las elecciones catalanas del 14 de febrero de 2021, cuando el presidente Sánchez tendría que tomar la gran decisión: la ruptura del gobierno de coalición con Pablo Iglesias para gobernar a Sánchez en minoría con los 120 escaños del PSOE -como hizo con el movimiento de censura de junio de 2018 a enero de 2020-; o el gobierno de coalición del PSOE y Podemos para anunciar la sustitución del régimen de transición en el camino hacia la III República Española.
Los últimos enfrentamientos dentro del gobierno entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias -el más reciente sobre la enmienda al PGE anti-deportaciones que la UP presentó a ERC y Bild- y el insulto de la SECRETARIA de estado de la UP Ione Belarra al Ministro de Defensa Margarita Robles, acusándolo de estar en la órbita del PP y Vox, da testimonio de la ruptura interna al interior del gobierno.
La posición en la que Iglesias, sabiendo que Sánchez puede impedírselo si llega a la EMP a partir del 15 de febrero, es un cheque definitivo para Sánchez con el que Podemos llamará a una ruptura frontal con Cs y el pacto del PGE con ERC o, si no, , serán Iglesias y los 35 diputados de Nosotros Unidos los que rompan y abandonen el gobierno de coalición , dejando a Sánchez sin un PEM y al borde de unas elecciones generales anticipadas.
Estos escenarios indudablemente excesivos, que traen un «Duelo al Sol» a la manera de los clásicos occidentales del cine estadounidense, son imaginables a pesar del grave escenario económico y de adecuación en España y el largo plazo existente y político de España. eso.
Porque si el gobierno de coalición acepta las demandas y ultimátum de Iglesias y acepta la EMP con ERC y excluyendo a los C, a partir del 15 de febrero próximo, Sánchez va a seguir con Iglesias en la pista del cambio de régimen y república, o si rompe con Podemos para gobernar solo y ubicar el camino de regreso a la Constitución de 1978.
Esto hace que la guerra de la EMP 2021 sea más trascendente y decisiva que la EMP para las cuentas públicas del estado y la estabilidad misma del Gobierno hasta el final de la legislatura.
Sobre todo cuando Sánchez sabe que en la UE sus pactos con Iglesias, Otegi y Junqueras están muy preocupados y que en el PSOE las aguas están turbulentas por sus pactos con Bildu y ERC, así se demuestra a través de la guerra política y publicitaria de El País. y Cadena Ser, los principales medios de comunicación que influyen decisivamente en los líderes de la psEOE y sus electores.
Sánchez sabiendo que su talón de Aquiles, como ya lo sufrió el 1 de octubre de 2016, está en el PSOE y que esos medios, como sucedió entonces, pueden ser determinantes en la próxima de Sánchez.
Los que tienen a Iglesias de los nervios y en estado de alerta permanente. Y por eso se espera su ultimátum en Sánchez en los próximos días para romper con Cs y pactar con ERC y Bildu, sabiendo Iglesias que en este «Duelo al Sol «, quien dibuja y dispara primero tiene la ventaja.
Mientras tanto, Sánchez ha llegado a un acuerdo con el PNV, el «bisagra» del PGE, que está muy involucrado con el «blanqueo» de Bildu e insiste en mantener abierta la puerta del PGE con Cs e Inés Arrimadas. apostar por el pacto con Sánchez que Rivera impidió en abril de 2019 en la confianza de Arrimadas que la salvación de Cs pase a Sánchez.
Mientras que en el PP Pablo Casado, dadas las últimas encuestas que dan alza de Vox en España y las elecciones catalanas del 14-F, dicen que se van a comer al electorado centrista de Cs aún sin conseguir el límite de 120 escaños que es donde Se ubica la guerra electoral del PSOE y el PP.