Código Penal: Sánchez alienta el golpismo

Con las ampliaciones y modificaciones propias del paso del tiempo, Francia mantuvo vigente el Código Penal napoleónico de 1810 hasta 1994, lo que da una idea de la calidad de ese texto y del cuidado con el que un país serio modifica una ley tan importante.

Es exactamente lo contrario de lo que pretende hacer el Gobierno de Pedro Sánchez, dispuesto a modificar el Código Penal para lograr un acuerdo cortoplacista que le permita aprobar unos Presupuestos con el apoyo de al menos uno de los partidos implicados en el golpe de Estado separatista.

El mensaje político aplastante y moralmente despreciable, como también reafirman el momento una y otra vez, que el pasado fin de semana en El País y abrillantador – de que no había sueños, en un intento de sedícia de 2017 y lo que van a hacer de nuevo, así que lo hicieran de nuevo, así que lo hicieran de nuevo, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan es así que, el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que el que lo hagan, que lo hagan, así que lo hicieran, así que el que lo hace, y tener la oportunidad de que el Gobierno les ofrece una reducción de las penas, de aclarar todas las dudas de lo que es el miedo a la Ley, puede causar los problemas, que no se detuvo por un momento.

Por desgracia, todos los Gobiernos de la democracia han hecho concesiones al nacionalismo, y eso es, precisamente, lo que nos ha llevado a esta situación. Sin embargo, Sánchez está yendo mucho más allá: en primer lugar, porque ya no se trata de partidos que iban de moderados y se movían dentro de la legalidad, sino con formaciones abiertamente separatistas cuyos líderes están condenados por delitos muy graves o huidos de la Justicia. Y, en segundo lugar, porque el del PSOE es el primer presidente del Gobierno que parece dispuesto a cambiar lo esencial para lograr lo circunstancial; a modificar –o más bien demoler– la arquitectura institucional de la Nación para lograr un acuerdo que le permita sobrevivir unos meses o como mucho unos años en la Moncloa.

El felón Sánchez y los que le aconsejan parecen creen que una voladura controlada del régimen del 78 les puede dejar en el poder de forma prácticamente indefinida; pero que se anden con cuidado, porque las revoluciones terminan por devorar a sus hijos y a sus instigadores, y esta no sería una excepción.

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