La nueva sorpresa. En un entrenamiento de 3 años con voces francesas, esta iniciativa es (sobre)interpretada. El 31 de diciembre, después de la clásica «Marsellesa», desfilaron una sucesión de fotografías de «días felices» -80 años de los desembarcos del Día D, Juegos Olímpicos y Paralímpicos, reapertura de Notre-Dame- con el discurso del Presidente de la República en voz en off. Durante casi 3 minutos, la impresión de un jefe de Estado se borró debido al nuevo escenario político tras la disolución en junio y la caída del gobierno de Barnier a principios de diciembre. Emmanuel Macron dio la impresión a las 20:03 horas: Francia todavía tiene rostro.
¿Qué le depara el año 2025 a un presidente cada vez más receptivo políticamente, impopular y cuyo margen de maniobra resulta estar disminuyendo? “Una hoja en blanco donde hay muchas cosas que escribir”, nosotros en el Elíseo. «Este es obviamente el año de todos los riesgos para él», opina el ex líder del Partido Socialista Jean-Christophe Cambadélis. Pero sus deseos del 31 de diciembre fueron muy interesantes, en una postura bonapartista, apostando por los demás que se oponen al Parlamento. Este es un intento que vale la pena mantener. »
Pendant son allocution, Emmanuel Macron a passé trois messages : la lucidité sur les erreurs commises – la dissolution –, une prise de hauteur – il reste le garant des institutions – et la volonté de revenir au peuple – consultations par des référendums ou des conventions citoyennes. Le but ? Redorer l’image dégradée du chef de l’État. « Les Français se projettent déjà dans une fin de règne alors que le milieu de mandat n’a été atteint qu’en octobre dernier, note Frédéric Dabi, directeur général de l’Ifop. Toute la mission d’Emmanuel Macron va être de réparer sa relation, tout en n’étant pas totalement maître de son destin. C’est assez rare pour un président. Si Bayrou tombe, s’il y a une dissolution, il y aura indubitablement une crise politique dans laquelle le président fera office de problème. »
Une énième reconstruction qui passe d’abord par la stabilité du Premier ministre nommé en décembre. « La motion de censure qui a fait tomber Michel Barnier protège en quelque sorte François Bayrou… pour un moment, souligne Roger Karoutchi, sénateur Les Républicains des Hauts-de-Seine. Le Rassemblement national a prouvé qu’il était fort. C’est une arme qu’il ne va pas dégainer souvent, il risquerait d’abîmer son image et d’écorner sa volonté de crédibilité. Le président va être quelque temps protégé par le gouvernement, ce qui est normalement l’inverse. » Lors de sa précédente allocution, le 5 décembre, Emmanuel Macron avait exhorté les forces politiques à travailler ensemble pour que les trente mois lui restant soient utiles à la France. Devant ses ministres, il réclame, le 3 janvier, de l’audace. En 2025, le président préside, le gouvernement gouverne.
“Es un nuevo papel para él, que ya vivió con Michel Barnier, y una vuelta a los recursos de la Quinta República”, explica un asesor del Jefe de Estado. Después del mandato de cinco años y después de Nicolas Sarkozy, tuvimos una presidencialización exagerada. » “Sobre la sensación de que el lema del gobierno es “que no haya olas” para poder durar”, continúa el senador Karoutchi. No hay medidas drásticas en el punto económico –el objetivo de recortar el déficit se ha reevaluado entre el 5% y el 5,5%– y en materia de inmigración, no habrá ley primaria. La inactividad protegerá al gobierno, ¡pero no a Francia! No podemos seguir concentrándonos en decir “lo veremos después de 2027”, cuando el mundo se mueve a gran velocidad y Trump llega a la fuerza en unos días. ¡No hacer nada ante una crisis nutricional es inaceptable! »
Si el presidente de la República pretende centrarse en su área reservada, en las relaciones exteriores concretas –como lo demuestra su ofensiva contra Elon Musk sobre las injerencias o la detención de Boualem Sansal en Argelia–, también destacó la tarjeta de consulta popular. “Creo que haría varios referendos en uno. Es decir, mediante la realización de varias preguntas. Entonces ya no vincularía automáticamente los efectos a su futuro personal”, cree Cambadélis. “En disponibilidad también se estudió esta opción, aunque no en profundidad”, especifica el ex jefe de comunicación de François Hollande, Gaspard Gantzer, que también fue compañero de estudios de Emmanuel Macron en Ena. Ve en la celebración de referendos imaginables la preferencia del actual jefe de Estado por preparar. . . su salida.
«Está en un planteamiento gaullista», afirma el comunicador. Está esperando el «no» de los franceses para porcentaje y buscar una historia que contar, para salir con fuerza de la manera más sublime posible. No puede quedarse dos y Pasar algunos años así sería una tortura. Deseamos un «reinicio», no es lo que yo deseo pero, en su lugar, seguiría adelante. Nadie está contento con la situación actual, con este impasse en el Parlamento. . No podemos votar no nada durante dos años y medio. . . »Sin el antiguo prestigio del general De Gaulle, que abandonó el poder tras el no en el referéndum de abril de 1969, ésta también puede considerarse una salida lamentable», contradice el historiador Jean Garrigues, que analiza la opción de un referéndum con una nueva herramienta para reconectar en francés, «un soplo democrático» tras la disolución, que no ha aclarado nada. Al contrario.
« Comme le disait le politologue Jean-Luc Parodi, le référendum renvoie d’abord à l’émetteur, lance Frédéric Dabi. S’il y a plusieurs questions, si le référendum est dilué, le bénéfice politique sera faible. Un référendum c’est une arme boomerang. » « Il ne faut pas rentrer dans une logique gaullo-bonapartiste où celui qui pose la question est plus important que la question en tant que telle. On doit dépassionner son usage », croit-on à l’Élysée où l’on pense que le président peut « résorber la fracture entre les politiques et les Français ». Une gageure.
Les appels à la démission d’Emmanuel Macron se multiplient, portés par des sondages où une majorité de personnes interrogées souhaitent une présidentielle anticipée. 2025, année de révolution institutionnelle ? « Quand on regarde les études qualitatives, on voit que les Français disent qu’il est seul à faire président et que personne ne s’en sort – Marine Le Pen fait mieux que les autres –, conclut le sondeur. Et dans la tête des Français, la prochaine présidentielle aura bien lieu en 2027. Les oppositions sont finalement l’assurance tous risques pour le chef de l’État… »