Un grupo desconocido filtró cerca de 25 mil direcciones de correo electrónico con sus respectivas contraseñas, pertenecientes a varias instituciones que están luchando contra el coronavirus, informó el diario estadounidense The Washington Post este miércoles.
SITE Intelligence Group, una organización no gubernamental abocada a rastrear la actividad en internet de los grupos supremacistas blancos y yihadistas, informó que la información fue publicada el domingo y el lunes pasado, la cual fue rápidamente usada por grupos extremistas para acosar y chantajear a los dueños de estas direcciones de correo electrónico.
La correos pertenecerían a los empleados y a los altos directivos de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de ese país, de la Organización Mundial de la Salud, de la Fundación Gates (de Bill Gates), del Banco Mundial y del Instituto de Virología de Wuhan.
Rita Katz, directora ejecutiva de SITES, expresó que «neonazis y supremacistas blancos capitalizaron las listas y las publicaron agresivamente en sus páginas. Los extremistas de extrema derecha estaban pidiendo una campaña de acoso mientras compartían teorías de conspiración sobre la pandemia del coronavirus». Además, la ejecutiva agregó que lo ocurrido forma parte de una iniciativa que lleva meses por parte de estas organizaciones para usar la pandemia a su favor.
La información fue publicada en 4chan, un portal digital principalmente de imágenes en el que cualquiera puede publicar de manera anónima; en Pastebin, una aplicación web para subir textos a internet sin tener que revelar la identidad; en Twitter, la famosa red social; y, en Telegram, un servicio de mensajería instantánea como WhatsApp, pero que tiene grupos públicos y a los que también se puede acceder anónimamente.
De acuerdo con el experto en ciberseguridad, Robert Potter, las cuentas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son auténticas, según contó a SITE, ya que él mismo pudo ingresar con la información publicada en internet. Además, añadió que «su sistema de seguridad de contraseñas es pésimo» y que 48 miembros de la OMS tenían la palabra «contraseña» en inglés como contraseña.
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