Pedro Sánchez comparece este miércoles en el Congreso para lograr por tercera vez el apoyo de la Cámara a la declaración del estado de alarma para hacer frente a la pandemia del coronavirus. Justo el día en que el Gobierno de coalición cumple 100 días.
De nuevo tendrá el apoyo de la mayoría y volverá a escuchar críticas de todos los grupos, salvo los que forman el Gobierno de coalición, por su gestión de la crisis.Comparecerá con la circunstancia excepcional de un hipotético intento de acuerdo de Estado con todos los grupos, rodeado de reticencias y caminos tortuosos. Pero, a la vez sometido a las críticas por el último enredo en la gestión del Gobierno: la decisión de permitir que los niños vayan sólo a supermercados, farmacias y bancos, rectificada a las pocas horas como consecuencia de las críticas internas y externas.
Sánchez anunció el sábado que se permitiría salir a los niños menores de 12 años, sin ofrecer más detalles. Lo hizo horas después de recibir un informe de la Dirección General de Infancia que recomendaba esa salida con muchos menos límites de los establecidos este martes. Se recomendaba que los niños pudieran dar paseos cortos.
El informe hablaba de niños menores de 12 años y de paseos de una hora diaria como máximo, entre las 8 y las 10 horas, a menos de un kilómetro de su casa y sin entrar en zonas de juego.
Añadía que debían ir con un adulto (tres menores como máximo por cada uno) y se abrí la posibilidad de que en futuro puedan salir menores de 18 que están en circunstancias especiales, como casas de acogida o determinadas discapacidades.
El presidente del Gobierno hizo el anuncio el sábado sin tener el ok de los expertos sanitarios a la salida sólo para los niños.
Hasta el martes, el presidente empezó a ver necesario matizarlo porque los expertos de Sanidad no avalaban la salida sólo para los niños. Por eso, La Moncloa optó este martes por una fórmula para que los niños fueran solo a establecimientos comerciales y, además, subía la edad a los 14 años. Es decir, el sábado y el martes La Moncloa se precipitó en la comunicación.
Fuentes del Gobierno explican que había gran presión para hacer algún gesto que aligerara el confinamiento de los niños y por eso se optó este martes por esa vía tan restringida. En la práctica ya hay niños que pueden ir a esos establecimientos si están a cargo de una sola persona.
Ese informe de la Dirección General de Infancia, dependiente de la Vicepresidencia de Pablo Iglesias, debía ser contrastado y consensuado este martes por la tarde con los responsables de Sanidad y con los miembros de la comisión de desescalamiento, pero La Moncloa, tras el Consejo de Ministros, remitió un texto al Congreso, sin esperar a esa reunión en la que se establecía la autorización para que los niños puedan ir a los citados establecimientos.
La reunión se celebró y de ahí salió la rectificación. Las tres partes llegaron a la conclusión de que es posible estudiar esa salida para paseos cortos, que será concretada en los próximos días.
En el Consejo de Ministros no se habló de los detalles y en la presentación del texto ante los miembros del Gobierno, el ministro de Sanidad se remitió a la reunión que poco después iba a celebrarse. El aluvión de críticas de todos los partidos, de colectivos médicos y de asociaciones de pediatras llevó a la rectificación a las 20,15 horas en una comparecencia del ministro de Sanidad, Salvador Illa. También el profundo malestar de algunos ministros. La propuesta duró menos de cinco horas.
Antes que Illa, la rectificación la avanzó el portavoz de Unidas Podemos,
Este miércoles se votará en el Congreso la prórroga hasta el 11 de mayo y el viernes se aprobará definitivamente en el Consejo de Ministros.
El episodio se une a otros que han servido de munición a la oposición, especialmente el PP, como la encuesta del CIS, el material defectuoso comprado, el caos por el decreto nocturno de hibernación, las rectificaciones sobre la renta mínima y el supuesto lapsus del jefe de Estado Mayor de la Guardia Civil. Entre otros.
Todos esos temas saldrán hoy de nuevo a relucir en el pleno y lo llamativo es que en la mayoría de esos asuntos también han formulado críticas partidos que como PNV y ERC apoyaron la investidura de Sánchez y estaban llamados a ser socios de legislatura del Gobierno. Y opacan el anuncio de medidas del llamado escudo social que ha ido sacando adelante el Gobierno para hacer frente a los efectos de la pandemia.
Todos los partidos, salvo PSOE y Unidas Podemos, siguen lamentando que no son consultados previamente sobre los temas que luego deben apoyar en el Congreso para no crear una situación política e institucional delicada.
El último episodio es el de los niños, porque el presidente del Gobierno ha hablado en los últimos días con todos los portavoces para pedirles que se sumen al Acuerdo sobre la Reconstrucción sin mencionarles los detalles de las nuevas medidas sobre el confinamiento. Incluso, con Casado habló el lunes durante más de una hora sin decirle nada.
El Acuerdo para la Reconstrucción ya decayó el lunes cuando Sánchez pactó con el líder del PP llevarlo a una comisión del Congreso, pese a que con el resto de partidos había pactado otra cosa.
Su arranque está ahora pendiente de la creación de dicha comisión en el Congreso. No está definida la forma en que se hará. Este martes se ha hablado de ello en la Mesa y la Junta de Portavoces, pero se retrasa su creación y arranque porque no hay acuerdo sobre su diseño.
El PP ha pedido presidirla, aunque es más que probable que no lo logre, y quiere que se hable de economía, sanidad y libertades públicas. En teoría la comisión servirá para negociar medidas concretas (no un pacto global), pero en la práctica servirá para fiscalizar la gestión del Gobierno porque habrá comparecencias de ministros, altos cargos y expertos y se pedirá documentación sobre la gestión del Ejecutivo.
De cualquier forma, lo más probable es que no se haya constituido, hasta la semana que viene, por decisión expresa por parte de los promotores.
El debate sobre la prórroga de la alarma se unirá al de la comparecencia de Sánchez para dar cuenta de las dos últimas cumbres europeas, la de febrero y la de marzo. Este debate es trascendente porque el presidente del Gobierno ha basado parte de su estrategia en la necesidad de lograr apoyo de la UE para la reconstrucción y para hacer frente a los efectos económicos y sociales de la pandemia.
El jueves habrá otra cumbre europea de vital importancia que España está de nuevo jugando a gran parte de su futuro, más allá de la resistencia de Alemania y los Países Bajos, en la aceptación de propuestas como la eurobonds y la mutualización de la deuda.
Sanchez precisa de algum apoio da Assembleia antes de enfrentar esse importante evento europeu.
Con estas coordenadas, nada permite suponer que no vaya a producirse un debate duro en el Pleno. Pablo Casado, líder del PP, mantiene un duro discurso de oposición, a pesar de aceptar buscar ese pacto en el Congreso.
La voz hasta que se llevó el presidente del consejo de ministros, y en su tono se vuelve en su registro.
Y los partidos nacionalistas e independentistas mantienen discrepancias sobre las formas y el fondo de las decisiones del Gobierno y añaden las reticencias por supuestas invasiones de competencias.
Ciudadanos es quien más ha propuesto acuerdos, a través de su líder Inés Arrimadas, sin dejar de criticar la actuación del Gobierno.
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