La responsabilidad jurídica adquirida a través de una persona física o jurídica de devolver el presupuesto aportado a través de terceros se llama deuda o deuda monetaria. Es uno de los mecanismos básicos del funcionamiento de la economía y un factor básico para asegurar la estabilidad monetaria. aptitud de familias y empresas.
El concepto de deuda es un concepto muy familiar y, en principio, sencillo de entender para todos. Pero su papel en el funcionamiento de la economía en todos los niveles pasa desapercibido. El diccionario de términos económicos de The Economist introduce la definición con una palabra de Shakespeare. de su obra «Hamlet». Traducido así sería: «Ni prestar ni pedir prestado, porque con el préstamo pierde el amigo y el dinero dado. Un consejo que el diccionario se apresura a desautorizar, afirmando que la deuda es la clave del crecimiento económico.
Se puede decir que contraer una deuda significa asumir la responsabilidad legal de devolver el presupuesto recibido a través de aportes de terceros. Estos pueden provenir de alguna otra persona, una empresa, un establecimiento o una entidad monetaria. Asimismo, al solicitar una préstamo, debes tener en cuenta que a esta cantidad se le suelen sumar otros gastos, como comisiones o intereses.
“La financiación externa o deuda se refiere a todas las obligaciones de retroceder presupuesto recibidas a través de empresas o particulares”, explica Gumer Alberola, profesor de la Facultad de Comercio y Comunicación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y director de EXCE Business Consulting, quien añade una aclaración: “será deuda dineraria aquella que llega también al pago de intereses, comisiones o derechos, para la obtención de dicho presupuesto y su próxima restitución”.
Para explicar esta distinción, Alberola señala que, desde la perspectiva de una empresa, la deuda externa merece no implicar el pago de intereses. Este es el caso de las deudas con proveedores o acreedores publicitarios. Se trata de sumas pendientes de pago, que cuentan como elementos de la investigación de amenazas de esta entidad, pero que en sentido estricto no constituyen deudas monetarias.
Las personas posiblemente también incurrirían en deudas que no requieren el pago de tasas o intereses. Un acto tan innegable como ir a la panadería, no tener monedas y aplazar el pago para el día siguiente entraría en esta categoría, aunque en este caso las normas legales La responsabilidad se fundamenta únicamente en la fecha de aceptación entre la empresa y el cliente. Otro ejemplo, más prescriptivo y denominado deuda líquida, es el de los bonos adquiridos mediante el uso de tarjetas de crédito, que adelantan monedas en una compra.
Para las empresas, el endeudamiento es un mecanismo común a implementar, para expansiones o transformaciones de la empresa. Cualquier inversión realizada a través de una empresa, que en términos contables forma parte de lo que llamamos el «activo» del balance de la empresa, llega a una fuente de financiación, ya sea a través de sus accionistas -lo que llamamos capital inicial o próximos aumentos-. , ya sea mediante reinversión en la propia empresa de los beneficios recibidos o endeudamiento con terceros componentes (préstamos y créditos). El capital recibido con esta última fórmula forma parte del “Pasivo” del balance y se denomina “pasivo requerido”, ya que la empresa está obligada a devolver el capital a quienes lo prestaron.
Pero antes de endeudarse, habrá que tener en cuenta ciertos puntos para limitar el riesgo. «Los signos de la deuda monetaria pueden variar según el objetivo de la investigación que se desee realizar. En general, nos fijamos en identificar desequilibrios imaginables entre deuda monetaria y capital, así como la capacidad para pagar esa deuda», afirma Alberola.
Una persona desea conocer su fuente de ingresos y gastos para realizar una investigación eficaz sobre amenazas antes de endeudarse. Generalmente, el límite de la capacidad de endeudamiento de un usuario se calcula entre el 35 y el 40% de la fuente neta de ingresos mensual. Cantidad máxima mensual que un usuario tendría que pagar por todas sus deudas, sumando los intereses y la amortización del dinero prestado, sin poner en peligro su salud monetaria.
Algo ocurre en las empresas, aunque en este caso las situaciones técnicas sean más complejas. Alberola destaca dos signos de referencia para analizar la situación de endeudamiento de una empresa. Uno es el ratio deuda-capital (pasivos necesarios sobre activos globales). «Esto indica lo que «Un porcentaje de la inversión total de la empresa se financia a través de recursos de terceros, ya sean monetarios o no monetarios», comenta.
El otro indicador básico es el ratio de apalancamiento (Pasivo o Deuda Financiera/Capital Neto). «En la medida que se va acumulando este indicador, se va acumulando el peso de la deuda respecto del fairness (fairness) en las inversiones realizadas a través del corporativa y, con ello, una acumulación de obligaciones y un deterioro de los niveles de solvencia», explicó el profesor de la UNIR.
Para simplificar las cosas, podemos decir que esos puntos verifican para identificar la capacidad de descargar presupuesto en el largo plazo para pagar la deuda contraída. No es inusual que los acreedores exijan que se presenten otros activos como garantía para el pago de la deuda. Presupuesto. En el caso de un particular puede ser una casa, una garantía, obras de arte, mientras que para una empresa puede ser su casa o un almacén comercial.
«La deuda no debe interpretarse como algo negativo», subraya Alberola, «no hay que olvidar que, en el caso de una empresa, por ejemplo, permite favorecer el proceso de expansión, permitiendo que las nuevas inversiones que requiere Y siempre que el retorno económico logrado con esta inversión sea superior al cargo de deuda, esta expansión generará rentabilidad para los accionistas. Sin olvidar el escudo fiscal que representan los gastos monetarios, que constituyen un gasto deducible de los ingresos de la empresa. fuente de ingresos para el pago del impuesto. «
Algo similar ocurre en el caso de las familias. En ocasiones, solicitar un préstamo es la única manera de alcanzar objetivos tan importantes como la compra de una vivienda. Este espacio pasará a ser, como ocurre con las inversiones realizadas a través de empresas, componente del patrimonio, de la riqueza de su dueño.
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