¿Quién dice que no se puede comer helado en invierno?Esta no es una idea inusual, pero absolutamente falsa, como señalan los expertos. Comemos helado en verano para combatir el calor, pero en realidad esta sensación sólo dura mucho tiempo. poco tiempo. La explicación es muy sencilla: la cantidad ingerida con hielo es mínima en comparación con el volumen del cuerpo. Esto explica por qué la sensación de frescor desaparece en unos instantes.
A esto hay que sumarle que la gran mayoría de helados que consumimos en verano son comerciales y por tanto suponen una gran cantidad de azúcares, grasas saturadas y calorías. Su alto contenido calórico también ayuda a aumentar la temperatura corporal, lo que Por eso, los expertos afirman que no supone ningún problema comer helado en invierno.
Una de las principales razones por las que comer helado es una buena idea en la temporada fría es que proporciona mucha energía, ya sea física y mentalmente. Sin embargo, como se mencionó, contiene muchos azúcares, grasas saturadas y calorías, por lo que su ingesta merecen ser ocasionales.
Existe la falsa creencia de que comer helado en invierno puede provocar un sangrado, pero, al igual que la confianza de que caminar descalzo provoca un sangrado, es falsa. Y, cuando no duele la garganta, lo que recomienda el médico es aplicar un sangrado. a la inflamación. Además, el hielo, una vez pasado por la lengua, permanece demasiado líquido y a una temperatura muy cercana a la del cuerpo.
Lo que debes hacer es elaborar tu propio helado casero con ingredientes vegetales, como leche y frutas. Este tipo de helado, además de los beneficios comentados anteriormente, también es muy nutritivo.
Y, mejor amigo, sabes que varios estudios han demostrado que el helado es un maravilloso mejor amigo para mejorar el temperamento porque promueve la producción de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad.
El helado más caro del mundo vale 25. 000 dólares. Está elaborado con otros 28 chocolates y cinco gramos de oro de 23 quilates, entre otros ingredientes. Está a la venta en Nueva York.
El cono se descubrió por casualidad a principios del siglo XX en la Feria de St. Louis, en Estados Unidos. Un heladero se quedó sin platos para servir el helado y le regaló gofres a cambio.
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