Primera prueba internacional de Pedro Sánchez, superada

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Sánchez vuelve satisfecho de Davos. Su misión en la cuna del capitalismo era convencer de que su coalición con Podemos no es el Anticristo.

Y según cuentan fuentes de la reunión, los inversores de Morgan Stanley le han asegurado que el mercado «ha comprado bien» su promesa de que va a tener una política seria.

Están tranquilos y van a seguir comprando bono español. Prueba superada. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, aseguraba a primera hora de la mañana que no se ha percibido «preocupación» por la coalición de PSOE y Unidas Podemos. En todo caso, lo que hay es «curiosidad», ha dicho.

Pedro Sánchez se siente cómodo entre la élite financiera habitual en Davos. Su dominio de idiomas le permite moverse como pez en el agua por los pasillos del foro. El exvicepresidente de EE.UU, Al Gore, se le ha acercado en una esquina para saludarle mientras le pide disculpas por interrumpirle.

Grandes empresarios españoles le escuchan atentos en busca de pistas

El presidente ha aprovechado para reunirse bilateralmente con directivos de empresas de todo el mundo. Apple, Google, Amazon… en Moncloa venden la idea de que Sánchez desprende interés, pero lo cierto es que su intervención en el foro solo ha conseguido llenar una cuarta parte del plenario.

En ese discurso ha asegurado que España va a cumplir con los objetivos de déficit que marca Bruselas. Una de cal. Pero también ha abogado por conseguir una fiscalidad más justa. Una de arena. Grandes empresarios españoles de la talla de Ana Botín, del Santander, o José Manuel Entrecanales, de Acciona, le escuchaban entre el público pendientes de conseguir pistas sobre las líneas económicas que va a seguir el nuevo gobierno. Y Sánchez ha sido claro: «el nuevo Gobierno no será un gobierno que se quede de brazos cruzados, ni un mero observador, sino que va a actuar».

Los pendientes se verán a continuación.

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, confirma que están ya estudiando una reforma del Código Penal que incluya cambios en los delitos de rebelión y sedición, aunque dice que eso no lo negociarán con los independentistas.

España ocupa el puesto 19 entre los países con más calidad democrática. Mejora un puesto en el índice de ‘The Economist’, por delante, por ejemplo, de Francia o Italia. España es una de las 22 «democracias plenas» en un mundo en el que solo poco más de 400 millones de personas la disfrutan.

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