Muy castigado desde el punto de vista político tras su brusca rectificación sobre la forma en que los menores volverán a salir a la calle, Pedro Sánchez dibujó ayer en el Congreso un escenario de moderado optimismo. Durante el áspero debate para solicitar al Parlamento la autorización para prorrogar 15 días más el estado de alarma frente al coronavirus, el presidente del Gobierno, que abogó por extender el pacto nacional a comunidades y ciudades, anunció que la salida del confinamiento, cuyo primer paso será que los niños vuelvan a la calle con restricciones, será lenta.A tenor de la evolución de los datos de la pandemia puede haber «pasos atrás», anticipa el líder socialista y la «nueva normalidad» no empezará a verse hasta la segunda mitad de mayo. Como en la ocasión anterior, el PP apoyó esta tercera prórroga del estado de alarma, hasta el 9 de mayo, pero con críticas a la gestión del Ejecutivo ante «lo que no es una guerra sino una hecatombe», afirmó Casado. Los votos del PNV, con aviso a Sánchez de una futura retirada de su apoyo, completaron la mayoría necesaria para que la prórroga saliera adelante.
«Es la primera vez que pido la prórroga del estado de alarma con un escenario prudentemente optimista, vislumbrando cómo podría ser la vida una vez superada la fase aguda de la crisis. Podemos empezar a diseñar la desescalada. Tenemos que ser extremadamente cautelosos en esta fase. Cualquier optimismo debe ir acompañado de la imprescindible prudencia. Las reglas del confinamiento variarán para ajustarse a los nuevos escenarios. La desescalada será lenta y gradual», dijo en su discurso inicial el jefe del Ejecutivo.
Sánchez se refirió a las salidas de los menores como un «pequeño alivio», que «no altera lo más importante: la regla del confinamiento general, que continúa en vigor». Después, en el turno de réplica, el presidente atribuyó los cambios de criterio sobre la salida de los niños no a la presión de la oposición, ni a la división en el Gobierno, sino a los mensajes de las organizaciones que se dedican a los menores. «Lo que el Gobierno quiere es que los niños salgan cuanto antes, pero hacerlo con las máximas garantías. Pecamos de prudencia, sí, lo reconozco. Pero escuchamos y acordamos», se defendió el líder socialista. En un contexto tan cambiante como el actual, sin ningún precedente al que agarrarse, «vamos a rectificar en muchas decisiones a lo largo de los próximos meses», anticipó el presidente del Gobierno.
El PP volvió a apoyar la prórroga, como todas las anteriores, pero su líder, Pablo Casado, se mostró muy duro. Primero, pidió un minuto de silencio «en honor de las 22.000 víctimas mortales por el coronavirus en España». «¿Cómo es posible que haya 700 víctimas mortales en Portugal y nosotros tengamos 22.000?», se preguntó el líder conservador, antes de argumentar que si se hubieran tomado las medidas de confinamiento «una semana antes», se hubieran evitado más del 60% de los contagios. «No diga que han pecado de prudencia, han pecado de incompetencia. Con nuestros hijos no se juega. Con nuestra salud, tampoco», enfatizó el líder conservador.
Más duro fue Santiago Abascal. «Paguen las nóminas y váyanse», instó el líder de Vox, formación que se alineó con los soberanistas catalanes en el rechazo a la nueva prórroga. «Sin test, ya nadie se cree los datos del Gobierno. Los fallecimientos son muchos más», argumentó el dirigente ultra, quien acusó al Gobierno de ser «incapaz de acabar con este masivo arresto domiciliario» .
Los socios tradicionales del Gobierno tampoco le dieron ayer un respiro en el Congreso. «Nos volvemos a abstener. Una abstención más cercana al ‘no’ que nunca», anticipó el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, quien detalló lo que considera los «tres errores» del Ejecutivo frente al virus. Primero, no mantener la paralización de los sectores no esenciales de la economía, porque «no se entiende que no se pueda ir a un velatorio pero sí se pueda ir en metro a trabajar». Segundo, el «oportunismo recentralizador», dado que el estado de alarma conlleva el mando único del Ministerio de Sanidad. Y tercero, los errores de comunicación, con especial incidencia en las polémicas palabras del general Santiago. «Dan pavor», afirmó Rufián.
Catalunha
JxCat, el socio de ERC en el Govern catalán, votó en contra de la prórroga del estado de alarma. Su portavoz, Laura Borràs, desplegó en el hemiciclo un discurso de ataque al Gobierno con una severidad similar a la del PP y sin mano tendida ni autocrítica por la gestión de la Generalitat, informa Fidel Masreal. «Se les ha acabado el crédito, otro estado de alarma es posible, con coordinación, descentralización, devolviendo las competencias y con un plan de desconfinamiento elaborado por expertos, necesitamos ofrecer garantías», sostuvo Borràs.
«Lo han hecho bastante mal. Se niegan a admitir ningún error. Pero estamos a su lado, para ayudarle a que no los vuelva a cometer», expuso Ciudadanos antes de dar su apoyo al Ejecutivo. El PNV también votó a favor de la prórroga de la alarma, pero su portavoz, Aitor Esteban, advirtió de que si no se permite que las autonomías puedan aplicar sus propias decisiones frente a la pandemia no habrá más respaldo al Ejecutivo de Sánchez.
El BNG, Más País-Equo y Compromís, que comparten con Junts el Grupo Plural del Congreso, confrimaron su respaldo a la prórroga del estado de alarma decretado por la pandemia del coronavirus, pero no ahorraron críticas a los «errores» del Gobierno, algunos de ellos «de bulto» como la rectificación de la idea de llevar a los niños al supermercado. El diputado del BNG Néstor Rego expresó su apoyo a la continuidad del estado de alarma, pero al mismo tiempo quiso dejar claro que no apoyan «en absoluto» la gestión que está haciendo el Gobierno de la crisis de la pandemia.
«Ya avisamos que nuestra actitud constructiva y proprositiva no iba a ser ni muda ni acrítica», indicó el nacionalista, que pidió al Gobierno que rectifique sus errores, como ya hicieron con «el despropósito» de los paseos de los niños. «Rectifiquen porque a veces, cuando rectifican aciertan», concluyó.
Por su parte, el líder de Más País, Íñigo Errejón, recordó en el Congreso que su formación viene apoyando las medidas del Gobierno, aunque considera que en estas semanas han ido adelantando propuestas que los socialistas rechazaban y que luego acababan por aplicar. «Espero que el Gobierno aprenda a dejarse apoyar», comentó Errejón.
Tras reiterar sus críticas a «las prisas» por poner fin al parón de las actividades no esenciales, instó a movilizar más recursos, vía impuestos y fondos europeos, y avisó de que «en protección social queda mucho por hacer». «Nos acercamos a una situación muy complicada, de negras tormentas, y es fundamental no dejar a la ciudadanía a la intemperie», comentó.