El presidente chileno, Sebastián Piñera, se comprometió este miércoles a respetar la decisión del plebiscito que se cumplirá el próximo 26 de abril que preguntará a los chilenos si desean cambiar la Constitución de su país.
“Es muy importante tener plena conciencia que necesitamos vivir en paz y asegurar el orden público para poder tener un plebiscito el 26 de abril, que sea democrático, que sea limpio, transparente”, sostuvo Piñera este lunes, en una rueda de prensa desde el Palacio de la Moneda en Santiago.
Piñera pidió que se rechace cualquier episodio de violencia, sin importar el sector del que provenga, así como “a quienes no condenan la violencia”.
“Estoy seguro que interpreto a la inmensa mayoría de mis compatriotas al afirmar que Chile ya ha tenido demasiada violencia y que llegó el tiempo de un gran acuerdo contra la violencia, por la democracia y por la paz”, manifestó el jefe de Estado.
El mandatario se pronunció luego de los disturbios que se presentaron en el inicio del Festival de Viña del Mar, en inmediaciones del exclusivo Hotel O’Higgins y del anfiteatro de la Quinta Vergara, sede del evento.
Como resultado de los disturbios, la fachada del edificio del hotel quedó destruida y al menos siete autos de periodistas y trabajadores, que estaban en el parqueadero, fueron quemados.
El plebiscito del próximo 26 de abril es considerado como el resultado más contundente de las manifestaciones que se vivieron en octubre y noviembre de 2019 en Chile.
A 30 años del fin de la dictadura, Chile podría cambiar su actual Constitución que, pese a sus múltiples enmiendas, tiene la carga de haber sido creada en 1980, durante los años de la dictadura de Augusto Pinochet.
El plebiscito fue convocado por Piñera, el pasado 23 de diciembre, en medio de la promulgación de una reforma para cambiar la Constitución que fue aprobada con amplio respaldo tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
La reforma, a su vez, había sido el resultado de un acuerdo que fue alcanzado por diversos partidos políticos, a mediados de noviembre, en respuesta a las manifestaciones que se vivieron de forma intensa en Chile a finales de octubre del año pasado, donde fallecieron al menos 29 personas, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).