Tras nueva jornada de protestas, Piñera prometió respetar el resultado del plebiscito

El presidente Sebastián Piñera regresó de sus vacaciones y se encontró con el mismo Chile que dejó para vacacionar en el Lago Ranco: agitado, en llamas y descreído de su clase política.

Buscando dar un nuevo aire, después de que el 23 de febrero estallaran nuevos choques entre manifestantes y la Policía en medio del inicio del Festival Internacional de Viña del Mar, Piñera encabezó una reunión ministerial y envió varios mensajes. 

El mandatario señaló que quiere lograr un «gran acuerdo nacional contra la violencia y en defensa de la democracia» y con ello recuperar el orden público. «Es nuestra prioridad número uno» (…) porque la violencia es un atentado a la democracia, a los DD.HH., a los proyectos de vida de millones y millones de chilenos», dijo el presidente y enfatizó en que este pacto debe materializarse de cara al plebiscito del 26 de abril en el que los chilenos deben decidir si están de acuerdo con iniciar un proceso constituyente para reescribir la Carta Magna que fue instaurada durante la dictadura de Augusto Pinochet.

«Es muy importante tener plena conciencia que necesitamos vivir en paz y asegurar el orden público para poder tener un plebiscito el 26 de abril, que sea democrático, que sea limpio, transparente», argumentó el presidente, que solo goza del 12% de aprobación entre los chilenos, según una nueva encuesta publicada este lunes la firma Cadem.

En este sentido, Piñera orientó su discurso. «Todos queremos mejorar, cambiar, modificar, perfeccionar la Constitución. Y el Gobierno está comprometido con impulsar una gran participación de los chilenos y asegurar un plebiscito democrático, limpio y transparente. Y como es natural, nuestro Gobierno va a garantizar este plebiscito y también va a respetar la decisión que libre y soberanamente tomemos los chilenos».

«Invitamos a la Presidenta de la construcción de un pacto social y económico, para humanizar el modelo de desarrollo»

El presidente hizo por lo menos tres veces énfasis en atacar la violencia en esta primera aparición tras el receso de verano, según el diario ‘La Tercera’. Y aunque mencionó que se necesitaba estabilidad para, además de llevar en paz el proceso electoral de abril, impulsar reformas a las pensiones, salarios y servicios de salud, este no pareció ser un tema central en su discurso.

Por lo menos así lo percibió la oposición, que atenta a sus palabras respondió que coincidía con su visión de reducir los brotes de violencia pero que se necesitaba accionar respuestas frente a los problemas más urgentes del país. 

«Es fundamental que seamos capaces de enfrentar y aislar la violencia. Desde la DC (partido Demócrata Cristiano) siempre vamos a estar disponibles para un acuerdo en ese sentido. Pero al mismo tiempo invitamos al presidente a que de una buena vez construyamos un pacto económico y social para humanizar nuestro modelo de desarrollo; para poder poner la economía y el Estado al servicio de la dignidad de las personas», afirmó el presidente del partido, Fuad Chahin.

Otro de sus colegas, Heraldo Muñoz, que dirige el Partido Por la Democracia, respondió que «primero, la mayoría ciudadana condena la violencia y así también lo han hecho todos los partidos y las fuerzas de oposición. En segundo lugar, me parece que la responsabilidad de mantener el orden público y contener la violencia le corresponde al Gobierno. Y hasta ahora ha sido incapaz de prevenir los hechos violentos o de identificar a los responsables y llevarlos a la Justicia. Una declaración más no sé cuánto ayude», concluyó Muñoz en declaraciones que recogió ‘La Tercera’.

El alto costo de vida y la marcada desigualdad en el país son el motor de un malestar social cocinado a fuego lento durante los últimos 30 años, que estalló en marcadas protestas el pasado octubre y que se sostuvieron hasta diciembre. Pero hace unos días volvieron a relucir, opacadas por algunos disturbios.

Marzo, el mes en que se trata de la protesta social en Chile

Este mes junta varias fechas memorables para la sociedad chilena, que van profundamente arraigadas a la protesta social: el 11 de marzo de 1990 Pinochet entregó la presidencia a Patricio Aylwin, sellando el fin de la dictadura y la apertura a la democracia, pero ahora es un día para homenajear y recordar a las víctimas. Además, el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. 

Y la protesta, que a principio de este 2020 hizo una pausa, se reanudó con intensidad en los últimos días en ciudades regionales como Valparaíso y Antofagasta. Incluso el 21 de febrero la plaza de Santiago, que fue el punto focal de las protestas del año pasado, vio otra gran manifestación. 

Una encuesta realizada por Cadem, publicada la semana pasada, mostró que el 56% de los encuestados apoyó la continuación de las protestas, en comparación con el 72% en octubre, su punto de máxima ebullición.

Sin embargo, «el descontento público sigue siendo considerable a pesar de los anuncios del Gobierno de un mayor gasto público y el proceso para reescribir la Constitución, mientras que la desconfianza hacia la clase política es generalizada», dijeron los analistas del Grupo Eurasia.

Com Reuters

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