El corresponsal de El Mundo Xavi Colás: 24 horas para salir de Rusia tras lo de ‘Putinistán’

«‘El abrigo te inspirará’, me habían dicho mis amigos muchas veces. Y así es, se lo ponen y se lo quitan como por arte de magia, parece una escena hecha por computadora. Pero ahora, Con la actitud de los años, he aprendido que en verdad todas las respuestas están ahí. Porque el usuario cuyo abrigo se pone y se quita así no es alguien que se vaya a reintegrar a la vida civil. Ya hay una fosilización generalizada. con el poder», afirma Xavi Colás, corresponsal en Rusia y Ucrania de El Mundo y Onda Cero. El periodista cuenta lo que fue ver -en vivo y por primera vez- a Vladimir Putin.

Colás lo ha estado observando atentamente durante más de doce años y escribe columnas reveladoras sobre «un país asombroso en manos de un presidente alucinante», como dice el dosel de su libro recientemente publicado, Putinistan (La esfera de los libros). «Soy más aficionado a la historia que a la literatura rusa, he leído mucho sobre el imperio y la URSS. Un día, en mi espacio de Moscú, cambié la disposición de los libros de la biblioteca y puse todos «Había hablado de Putin y del «putinismo», junto con el de los zares y el del imperio. Porque incluso si Vladimir Putin es un hijo de la URSS, necesita ser un padre del imperio. «

La afición de Colás por los países de Europa Central se remonta a su época de estudiante en el COU, «cuando empecé a aprender alemán y fui a una obra de estructura en Alemania. Conocí a otra gente de Polonia, de Rumanía. . . , me hice amigo de lituanos y Dejé a Eramus por Vilnius. Allí comencé a leer ruso por afición, la verdad es que no sabía dónde terminarían mis castillos en el aire. Los castillos se han convertido en pequeñas crónicas que él enviaba al periódico El Mundo. vacaciones y aproveché para terminar algunos reportajes. Seguramente no fueron rentables: los vuelos, la estancia. . . , pero me ayudó a darme a conocer en la sección Internacional del periódico. Y cuando en 2012 hubo un hueco en el corresponsal de Moscú, fui allí. En mayo del mismo año, Putin regresó a la presidencia de la Federación Rusa y pronto comenzaron los excesos: la anexión de la península de Crimea y la región de Donbass en 2014, y la guerra en Ucrania en 2022. ¡Bingo! Allí estuvo Colás para decirlo. “ Nunca pensé”, dijo, “que sería el lugar más brutal”.

En los primeros momentos del regreso de Putin al Kremlin (ya había sido presidente del país entre 2000 y 2008), «la dictadura se reía fingiendo no serlo y todavía tenía un cierto aire de misterio fuera de casa». fronteras. años dorados, no sólo como periodista sino también como persona. Moscú rara vez es precisamente la ciudad más bonita, pero tiene algo que atraer a aquellos a los que les gusta el brutalismo concreto como yo, que están un poco locos. También es una ciudad de restos, sin elementos arqueológicos. Sin embargo, elementos que han desaparecido y aún se descubren por todas partes: es como Egipto, pero para los que amamos la historia de moda más que la historia antigua. Nunca había ido a ver tanto. ballet como yo allí, los rusos adoran a sus bailarines, los reconocen en la calle, para ellos son como nuestros futbolistas.

En los años unos, “también surgió una joven disidencia callejera burguesa, conectada a Internet y surgida de la nada. Y aunque fue efectivamente reprimido e inmovilizado por el régimen, no desapareció por completo. Quedó, como una mancha. Array. » que lavamos una y otra vez pero permanece». Y estaba el joven y desconocido Alexei Navalny, que murió el 16 de febrero de 2024 en un criminal ruso en el Círculo Polar Ártico. «Casos como el suyo son sólo un ejemplo más, pero cada uno de ellos ha despertado a la población rusa, ahora mucho más atenta a lo que sucede en su país. Navalny no era un político típico, nunca lo vi abrazar a nadie. Era un disidente que luchó por lo obvio: “Queremos democracia, limpieza y combatir la corrupción”, dijo, pero no sabía qué fuente de categoría impositiva sobre los ingresos merece tener Rusia. Dejó en claro que tenía No hay opción de tomar la fuerza a corto plazo, a menos que haya un gran asunto. Creo que su esposa Yulia tendrá una influencia desde el punto de vista sentimental entre los partidarios de Navalny y entre otras personas que se sintieron conmovidas por esta pareja. Aunque ella, con buen juicio, dijo que no iba a volver a Rusia y que eso sería un gran obstáculo, pero los tiempos cambiarán y es imaginable que esto desempeñe algún papel.

Hay ciertos momentos en la vida de Vladimir Putin, contados por Colás en Putinistán, que revelan la naturaleza del hombre que ayuda a mantener al planeta en vilo, especialmente después de su última experiencia. Porque a las declaraciones del presidente Macron de que el envío de tropas de la OTAN a Ucrania no puede descartarse, Putin respondió hace unas semanas amenazando con una guerra nuclear: «Tendrán que percibir (en Occidente) – dijo – que ellos también «Tenemos armas que pueden alcanzar objetivos en su territorio. Todo esto en realidad amenaza con conflictos, el uso de armas nucleares y la destrucción de la civilización. ¡¿No lo entiendes?!» Colás relata en su libro electrónico que «Putin fue un hijo muy deseado por unos padres que estuvieron al borde de la muerte debido a la brutal invasión nazi a la URSS. Los dos hermanos mayores murieron antes de su nacimiento, uno en los años 30 y el otro». en los años 1930. el otro, por enfermedad, el asedio de Leningrado. Su padre fue asignado a un batallón de destrucción (. . . ) su misión era desbaratar la retaguardia de Gerguy: volaron puentes e inutilizaron líneas ferroviarias, dando al Ejército Rojo más espacio para Guyeuver (. . «El padre de Putin traería metralla de granadas de Gerguy en sus piernas toda su vida. El niño Vladimir creció escuchando todas esas historias (. . . ). Cuando el padre de Putin logró regresar a casa en medio de la crisis de la guerra, vio cómo los paramédicos se deshacían de los cadáveres de su porche. Entre los cuerpos vio el de su esposa María Ivanovna, la mamá de Putin. Estaba tan pálida y tan desnutrida que incluso la alideó. estaba muerta, sin embargo al acercarse descubrió que aún respiraba y ordenó que la volvieran a acostar, a pesar de que los médicos le dijeron que sería en vano. María sobrevivió. Los Putin de Leningrado eran difíciles de vencer. Concibieron a Vladimir, y cuando él nació (en 1952), su mamá lo bautizó en secreto a través de su padre, miembro de la organización del Partido Comunista en la fábrica donde trabajaba. Vladimir creció en una casa comunal. Los Poutine lo compartieron con otras dos familias. “No había agua caliente, ni bañera. . . El baño era terrible y frío, pero aún así tuvieron su hijo milagroso”.

Años más tarde, en 1996, alguna otra historia espantosa marcaría al presidente. Los Putin (Vladímir ya se había casado con Lyudmila Ocheretnaya y tenía dos hijas) estaban en su espacio a cien kilómetros de San Petersburgo. «Vladímir escuchó un crujido», dijo Colás. Putinistán. Vio humo y luego un destello de llamas. Miró hacia afuera y gritó: «Todos afuera, la sauna está ardiendo» (. . . ) En Karelia, una región rusa arrebatada a Finlandia por Stalin, los Putin vieron su espacio, Con su dinero, se quemaron los restos de la fuerza que habían abrazado durante algunos años. Cuando el personal limpió las ruinas de la dacha, descubrieron intacta entre las cenizas la cruz de aluminio bendecida frente a la tumba de Jesús en Israel. Putin se la había llevado en la sauna, dejándola olvidada en su escape de las llamas. En la última parte de ese complicado verano, consideró este descubrimiento entre las cenizas como una revelación. Y nunca volvió a bajar esa cruz.

Hoy, con Putin en el poder, «Rusia se presenta como padre de esencias devotas y así es», explota Colás angelesins. «El país es campeón en divorcios, abortos, sexo fuera del matrimonio y familias desestructuradas. Cuando surgieron los angeles protestas en 2012, los angeles iglesia ortodoxa dudó porque estaba descontenta con algunas cuestiones del putinismo. Pero Putin los sentó a los angeles mesa y, de alguna manera, I buy ellos».

Putin se nota rodeado de hombres. » Es más, dice Xavi, es un tipo que se va de vacaciones con su ministro de Defensa, Serguéi Shoigu. ¡Imagínense! : dos hombres de 70 años con dos maletines nucleares y 50 guardaespaldas. Shoigu es el escritor intelectual de esas fotografías. Putin a caballo sin camisa, la mariposa nadando a través de un río (lo que le hizo cruzar hasta 8 veces para que las fotografías fueran buenas), etc. Hasta donde sabemos, no hay mujeres en el régimen, aunque Navalny llevó a cabo una investigación, que no tuvo éxito, sobre la estructura de un palacio con habitaciones para chicos y una especie de aquadisco con nivel y barra para bailar. Fue bastante inesperado y los rusos ya hablaban de ello. por meses.

Putin y su primera esposa Lyudmila se casaron en 1983 y se separaron en 2014, cuando surgieron rumores de una imaginable relación entre el presidente y Alina Kabayeva, medallista de oro en gimnasia rítmica en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004. “Nunca. “No sabía absolutamente nada”, asegura Colás, “y al principio no le di ninguna credibilidad. Pero un día vi fotos publicadas en un blog desaliñado en las que aparecía Kabayeva entrando a una franquicia de cafetería rodeada de seis tipos con armas automáticas medio escondidas. Hace unos años, cuando le preguntaron a Putin si estaba enamorado, respondió que sí. De sus años de matrimonio con Lyudmila, Xavi hizo un descubrimiento sorprendente. «Me interesaba mucho saber dónde había ido de luna de miel alguien que no puedo creer, un tema sobre el que se ha escrito muy poco. El descubrimiento fue un shock: ¡estaban en Ucrania! Es curioso, porque llegaron por el mismo camino. campos que su ejército ahora ha devastado, y su vehículo se averió en el mismo terreno donde sus automóviles blindados tenían dificultades para avanzar. Pero no hay fotografías. Las películas que Lyudmila tomó nunca fueron reveladas. De sus hijas María y Katherina no sabemos mucho tampoco, y nada de los imaginables hijos que pudo haber tenido con Kabayeva. María trabaja en estudios en la universidad, por supuesto con proyectos super bien remunerados. Se casó y se divorció: su marido se hizo millonario en esta época y después. descubrió la vivienda inteligente, porque en el putinismo todo está arreglado, y Katerina ganó un campeonato de rock’n’roll acrobático.

Mientras escribo este reportaje, salta la noticia de que Rusia ha intentado asesinar al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky con drones en Odessa, un impedimento imprevisto al que se ha enfrentado Putin en su guerra contra ese país. Resulta que Putin se enteró de sus estilos de vida en 2014. Colás explica a Putinistán que esto ocurrió «a causa de una broma que va demasiado lejos: el cómico ucraniano (Zelensky) actúa en una tira cómica en la que aparece disfrazado de Alina Kabayeva. . . Ella espera en casa al presidente y ve tv que no hay soldados de infantería rusos en Crimea. El actor que interpreta a Putin le dice que no mire esas tonterías en la televisión rusa. . . En el verano de 2014, abrió un juicio en Rusia contra Zelensky, que nunca pondrá un pie en Crimea. Moscú otra vez, pero quién seguirá burlándose de los políticos rusos».

La invasión no fue tan rápida y triunfante como Putin esperaba. “Obtuvo datos muy malos sobre Ucrania”, afirma Colás. «Pensé que no era un país, que los ucranianos no tenían nada de qué responder, que Europa no se iba a involucrar, que Estados Unidos no estaba muy interesado, que algunos ucranianos vendrían a aplaudir, que otros se quedarían en casa y sólo unos pocos lucharían. Además, alentó la inquebrantable de los ucranianos con dinero en efectivo: en los meses previos a la invasión, el secreto intentó «comprar» a los ucranianos. Pero ellos tomaron el dinero en efectivo y no cumplieron y, en cadena de otras personas «Aquellos que fueron culpables de ‘comprarlos’ generaron expectativas de que fluya más efectivo. Fue una pirámide monetaria que terminó siendo un desastre». Supongo que todos los que le proporcionaron datos erróneos están muertos. «Bueno, contrariamente a lo que creemos, Putin es muy tolerante con la ineficiencia, es un jefe muy inteligente, si no matarte, por supuesto. Conozco otras personas que han trabajado con él y dicen que no es el máximo tiránico. «Tiene modales suaves, incluso otras personas que están defenestradas parecen, un tiempo después, ocupar puestos menos honorables, pero bien remunerados. Putin necesita otras personas firmes, no otras personas inteligentes, él castiga la inquebrantable. «

Lo que resulta evidente es que el largo plazo del presidente estará ligado a este nuevo «proyecto»: tomar el control de Ucrania. «Me identifico mucho con este Putin de los últimos años de Brezhnev (presidente de Rusia desde 1964 hasta su muerte en 1982): compitió con la fuerza de Estados Unidos sin entrar en una gran guerra, y justo durante el tiempo que estuvo Ya vieja, esta guerra absurda comenzó en 1979 en Afganistán y que, diez años más tarde, supondría un consuelo para la caída de la URSS, pero que alcanzó su punto máximo con la represión de la Primavera de Praga en 1968. Queda por saber si Kiev «será Kabul o Praga para Putin. Las otras personas que lo rodean son tan mayores o mayores que él, que tiene 71 años. Y la experiencia nos dice que cuando los líderes son mayores, son más dañinos porque están dispuestos a hacerlo». tomar más riesgos. Biden también es muy viejo, pero está rodeado de otras personas de otras edades y sabe que dejará su puesto de trabajo en algún momento. Entiendo un cierto thanatos (pulsión de muerte) en el putinismo existente, un sentimiento seguro de que No hay nada más después. Putin dijo en alguna ocasión: ¿qué inteligente sería el mundo si Rusia no existiera? «Nos resulta difícil todo lo que dice, pero debemos aprender a tomar a Putin de manera más literal».

Los años de la pandemia no han sido muy agradables para el presidente ruso. «Después del túnel del Covid llegó el túnel de la dictadura general. Putin reaccionó de una manera muy diferente, con un agregado de paranoia y negación. No necesitaba usar máscara y en En uno de sus palacios instaló un túnel, que cuesta un millón y que parecía un invento de cómic: hacía una especie de alboroto a los que pasaban. Antes de recibir a los que habían ganado medallas en los Juegos Olímpicos de Tokio para regalarles Los adornó, los hizo aislar por completo en una construcción para dos. Tuvo pocas visitas, se rodeó de radicales y pasó su reclusión leyendo libros electrónicos sobre la historia de Rusia y Ucrania.

Cuando le pregunto a Xavi si cree que Ucrania ganará la guerra, responde: «Los ucranianos tienen que luchar, perciben que el estilo de vida de su país está en juego y no desean perderlo. Pero sobre todo querrán municiones y armas complejas. » Sobre si en España nos tomamos en serio sus amenazas, el corresponsal afirma que «estamos lo suficientemente lejos, pero no lo suficiente como para olvidarnos del desafío. Además, somos parte de la OTAN, algo que deseamos para el futuro, porque también tenemos amenazas a la seguridad, especialmente en el sur. Uno de los planes de Rusia es dividir la Unión Europea, algo muy vital para nuestro progreso. Esta guerra puede destruir a la OTAN y a la Unión Europea, o dejarlas muy dañadas, y no estamos interesados. En todo esto. Es hora de que afrontemos el desafío, y eso en realidad significa ofrecernos armas y municiones y donarlas a los países que últimamente luchan contra esas amenazas. Tendremos que tener en cuenta la peligrosidad de la guerra rusa. «Porque no tiene contrapeso político, mediático o de la sociedad civil. En este ámbito, tiene todo a su favor cuando se trata de lanzar una bomba nuclear. España no es el país que más molesta a Putin porque es muy inflexible con la Unión Europea, poco euroescéptico y poco maleable. Y también es un país que ha tenido pocos desafíos con Rusia en el pasado. Pero al mismo tiempo constituimos una oportunidad, porque somos una fuerza mediterránea y un procedimiento independentista supondría un desafío para España y la Unión Europea. Por eso Rusia desea que nos entretengamos con esas cosas. Los sueños exteriores de Putin se componen de otras personas tontas e inquebrantables como los separatistas. «Rusia nunca estuvo muy interesada en cooperar con ellos, pero tengo la impresión de que esto les dio aliento».

Colás asegura al final de la entrevista que tiene cierta preocupación y cautela hacia sí mismo, pero que valía la pena escribir este libro en el que «no quería plantear el problema del putinismo como una realidad intrínsecamente rusa, sino como algo que puede tendrá lugar en cualquier otro país donde no se respete la democracia. Ahora tendrá que abandonar Rusia en un plazo de 24 horas. Ese es el valor que hay que pagar para oponerse a Vladimir.

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