El presidente del Gobierno, Pedro S?nchez, ha eludido cualquier responsabilidad en la reunión que José Luis Ábalos mantuvo con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Madrid Adolfo Suárez y ha endosado la decisión en exclusiva al ministro de Transportes. En respuesta a una pregunta del senador popular Javier Maroto, Sánchez respaldó a Ábalos y explicó que había «dos maneras» de afrontar el hecho de que la número dos de Nicolás Maduro se dirigiera a España en vuelo privado pese a que sobre ella una sanción que le prohíbe la entrada «en territorio legal europeo»». Una, dijo, «generar una crisis diplomática» con un Gobierno «que ostenta la representación oficial de su país». Y otra, «evitarla». «El señor Ábalos consideró, con muy buen juicio, a mi juicio, que era preferible la segunda. ¿Dónde está el reproche?», se preguntó.
Pese a la dura respuesta de Maroto, que le advirtió de que «la mentira es la peor cualidad de cualquier político», Sánchez eludió en la réplica dar ningún detalle más sobre las circunstancias en las que se produjo la entrevista entre Ábalos y Rodríguez. El senador popular indicó esa cita «no sucedió en el limbo», sino «en suelo español y europeo». Y concluyó que «alguien tuvo que darle la instrucción a Abalos para saltarse a la torera la instrucción de la Unión Europea» respecto a una persona «que ha violado los derechos humanos». «Parece muy claro que fue usted», indicó. Señaló que en cualquier país democrático, Ábalos habría sido destituido, pero añadió que, en ese caso, Sánchez tendría que cesar «al que dio la instrucción, es decir, a usted mismo».
Frente a la recomendación de Sánchez al PP de que «pase pantalla y se dedique a hablar de cuestiones que afectan a los españoles», Maroto le reclamó que no siga diciendo que Venezuela «no le importa a nadie». Recordó que Portugal se ha interesado por el hecho de que «se haya violado su espacio aéreo» y que en Francia también preocupan las presiones del Gobierno español para intentar que el presidente Macron no recibiera al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó. «Fíjese si importa, que hasta la justicia ya le importa y hay un juez detrás del señor Ábalos», dijo Maroto.
El presidente eludió la confrontación en este asunto y, en su turno final, se limitó a descalificar al senador popular recordando que si ocupa un escaño de en la Cámara Alta tras no haberlo logrado en las pasadas elecciones es gracias a que se ha empadronado «en un pequeño municipio segoviano» para ser senador por designación autonómica. Y se preguntó si el hecho de que Maroto viva en la localidad de Sotosalbos, donde hay un negocio «de cría y explotación de búfalos», no estará ejerciendo «mala influencia sobre su carácter». «Si lo único que se les ocurre es preguntar por Venezuela, me lo tomo como un cumplido, porque significa que todo lo demás lo estamos haciendo bien», concluyó.
Las cámaras registraron la entrada en España, el vicepresidente de venezuela, el 20 de enero.
No es una sola grabación, sino varias, que al menos hasta la semana pasada no habían sido destruidas, según han revelado fuentes de la seguridad de Barajas y de la seguridad del Estado, que han visionado esas grabaciones.
Esas imágenes de las cámaras de seguridad de la denominada terminal ejecutiva o FBO (por sus siglas en inglés, Fixed Base Operator) del aeropuerto revelan que Delcy Rodríguez entró en territorio nacional sobre la 1.30 horas de la madrugada del pasado 20 de enero y que lo hizo acompañada por el ministro de Transportes, José Luis Ábalos.
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