Patagonia: «economía de mujeres» y agroecología

Economía de la Mujer y Agroecología: Una breve crónica de una aventura por la Patagonia Andina, para notar huertas y ferias campesinas de la agricultura familiar.

Todavía guiados por Alicia, en la tarde soleada y cálida, nos dirigimos entre cerros y bosques, hacia el Paraje Las Golondrinas, en el ramal de Cushamen, a cinco kilómetros del límite con Río Negro, al norte de Lago Puelo por la Ruta Nacional 40 y por la pendiente del Cerro Piltriquitron.

De camino al mercado rural, pasamos por la escuela especial 522, donde pasta un rebaño de ovejas en un corral y Alicia me cuenta que los escolares venden las prepizzas que hacen, también en el mercado, así como también se abastecen. las huertas de los fabricantes locales con fertilizantes elaborados a través de ellos, dato que no es menor, que nos informa sobre la integración y el tejido social, básicos para el statu quo y la progresión de la Soberanía Alimentaria.

En el amplio y luminoso galpón, presentado a través del municipio, funciona el mercado, donde nos ganan a través de Saida Soto, quien dedica sus horas a la producción de cosméticos a base de hierbas y la elaboración de productos fitomedicinales, Vittoria Bompucci, de 31 años. la anciana italiana, que eligió este rincón de la Patagonia, para hacer conservas y vender mudas, Mariana Maquiavelo, experta en la fabricación de jarabe de saúco, y la fogosa Liliana Sánchez, que a sus 65 años despliega poder y saber hacer en repostería y mermeladas elaborado con la producción de los 76 manzanos cultivados en su finca.

Las mesas y estanterías están repletas de quesos, cervezas artesanas, champiñones secos, harinas, mermeladas, frutos secos y todo lo que se produce en las huertas de los 40 fabricantes que albergan el local, que Saida desgrana con maravilloso orgullo: “El 90% de esta organización son mujeres , porque la economía es de mujeres”, un concepto que escuchamos de vuelta y que se convierte en consigna política.

También señalan que varios miembros de la cooperativa fueron afectados por la chimenea en los bosques a finales de marzo del año pasado, pero con voluntad y firmeza se quedaron y reanudaron la producción. Uno de ellos destaca que la pandemia ha sido un oportunidad de consolidar la venta de producción local y agroecológica, verdad que nos muestra a través de uno de los consumidores que nos dice: “Comprar directamente al fabricante me da más confianza y además fortalece el vínculo”.

Ella misma nos recomienda consumir helado Kuimelú, elaborado a través de fabricantes cercanos a la paralela 42. Lamentablemente no llegamos a la temporada de producción, pero quedamos para apreciar sus sabores y sabores. Liliana Sánchez, antes de irse, anuncia que se están preparando. una actividad en el mercado con la escuela, para una cita muy cercana. Luego de tomar el mate en el estribo, dijimos paso con la certeza de haber conocido a los demás listos del Cerro Piltriquitron.

Detrás del Río Azul que bordea la diversidad montañosa y la Ruta Nacional 16 del otro lado, se encuentra la región del Lago Puelo, que toma su llamado del mencionado nacimiento lacustre, en este paisaje encantado, regado por las aguas torrenciales de los manantiales. y cerros nevados, en los que se destaca El Morrudo, ocurren cosas graciosas con círculo de parientes agrícolas.

Alicia Roldán, una salteña que vive en el dominio desde hace unos 30 años, nos espera en la terminal de ómnibus, sonriendo y desplegando energía a su paso. Hasta no hace mucho, es delegada de la Federación de Organismos Nucleares. de Agricultura Familiar y últimamente es Secretaria de Economía Social del Municipio de Lapass Puelo. Será la consultora de una excursión de los demás puestos, donde se encuentran los espacios productivos y Comercialización de la Agricultura Familiar. El primer puesto que pasamos es el puesto de mercado rural de Paraje Entre Ríos.

En un puesto donde la calidez no falta, nos ganan Virginia Reyes Sandoval y Paula Ramos Orellana, ambas neuquinas pero seleccionadas para realizar sus proyectos de vida en la región. Virginia es fabricante de plantas medicinales y Paula está comprometida con la producción de cosméticos a base de hierbas. En las mesas y estantes se puede ver la producción de dulces, mermeladas, conservas, artesanías y hasta una biblioteca donde se venden los libros del espacio editorial en red El Hoyo. Es Virginie quien nos cuenta que los productos elaborados a través de 80 fabricantes, la gran mayoría de los cuales son mujeres, se venden en el mercadoposición; “La economía es femenina, este posicionamiento en el mercado también surgió en 2020, en medio de la pandemia y resulta contradictorio, ha ayudado mucho a fortalecer lazos y lazos en red”.

Paula refuerza esta apreciación, que se nota a simple vista, cuando alguien entra a comprar harina integral y alguna otra chica a comprar verduras. Entonces Paula nos dice: «No compran a La Anónima, sino al fabricante vecino y así se apropiaron los vecinos del lugar”. Vemos la alegría en su rostro cuando lo dice, aunque especifica: “El trabajo como antes lo conocíamos ya no existe, tendremos que inventarlo”. Y Virginie agrega: “ Es imprescindible para expandir la economía social, para enfrentar el capitalismo».

Una de las dificultades con las que se encuentran, para seguir avanzando en la progresión de esta premisa, es la difusión, un punto al que pueden aportar un granito de arena y decir que, el puesto donde ubican otras harinas integrales, producciones agroecológicas, hongos secos. , confitería y mermeladas, funciona los lunes, miércoles y viernes de 11 a 18 horas. Si están Paula o Virginia, habrá otras mujeres igual de cálidas que frecuentarán el mercado.

La huerta de casi 2 hectáreas en la que producen 7 jóvenes, la mayoría de Buenos Aires, es donde opera el encargo Bioma a poca distancia del dominio urbano de Lago Puelo. Llegamos a media mañana y Martín y Bárbara tienen que tomar un descanso para mover las plántulas de las macetas a las macetas para vender o luego crecer en la tierra donde trabajan.

Es Martín quien lleva la iniciativa a este grupo asociativo, creado por ellos mismos y fundado en una educación educativa fundamentada en técnicas agroecológicas y ciencias ambientales. Si el paisaje de cerros y bosques embriaga la visión de un visitante, viendo los surcos cavados y las plantas apareciendo sus barcas en el suelo, tampoco deja de asombrarnos. Caminando entre los surcos donde crecen hileras de lechugas, podemos practicar alguna que otra hilera cultivada con plantas de calle, una medida para controlar ciertos insectos. La implantación de diversos corredores florales crea una actitud casi pictórica de la huerta.

Una de las premisas del encargo -nos cuenta Martín- es no sólo producir alimentos, sino también un experimento reproducible que permita estructurar una gran agricultura de pequeños modelos escalables. Un final que sólo llega a la ingesta de alimentos sanos y nutritivos, en el mismo lugar donde se producen, es decir: Soberanía Alimentaria. Bárbara también nos cuenta que en la huerta se cultivan 42 tipos de hortalizas, a las que se suma la col rizada, que contiene más hierro que las espinacas; Martín enumera algunas dificultades, que temen a la comercialización y que suelen ser uno de los talones de Aquiles de la agricultura familiar.

En este momento -nos cuenta Martín- vendemos en la Feria de Lago Puelo, cualquier cosa en Bariloche y hemos creado una fórmula de venta anticipada, donde otra gente en vez de hacer una inversión en dólares, invierte en comida sana y saludable: nosotros vendemos ellos las bolsas con antelación y aseguramos el valor de la temporada. Bárbara aclara que el Proyecto Bioma también tiene otros objetivos, como la valorización de ciertas producciones que tienden a tener excedentes y también la fabricación de fertilizantes biológicos.

El agua es otro de los desafíos reportados por Martín. Cuando eligieron el lugar, este desafío no existía porque el río Azul estaba muy cerca y un canal de riego pasaba por un lado de la propiedad. Pero, la adquisición de las fincas aledañas por un los negocios de urbanización cerraron el frente al río y los nuevos propietarios también llenaron el canal de riego con tierra, para lo cual tuvieron que invertir dinero en efectivo que utilizarían en cultivos, perforando un pozo para el agua.

El sometimiento de los recursos herbarios y de las tierras cultivables, a través de sociedades genuinas de latifundio, es un método que reproduce el territorio y que, como en el caso explicado por Martín, es uno de los palos en la rueda de la progresión originaria de las economías regionales. responsabilidades de la huerta, tomamos una decisión con Alicia y Sandra, de no interrumpir las pinturas y después de la última compañera, partimos para la ciudad.

Se acerca el final de mi y tengo que salir para Buenos Aires, aún hay tiempo de llegar a Bariloche en 2 horas, para reunirme con Pedro Naón, delegado de la Subsecretaría de Agricultura Familiar Campesina e Indígena en Río Negro. , no solo el paisaje, también los demás que combaten y esperan, como dice la canción. Apenas me bajaron del bus, escuché la bocina de la camioneta que conducía Pedro. Rápidamente nos dirigimos al pueblo de Bariloche. donde, sobre un patrimonio cedido a través de Parques Nacionales, funcionará en un puesto la sede de la “Subse”, y además en un contenedor acondicionado para esos fines, una cooperativa de mujeres y beneficiarias del Plan Potenciar Trabajo, dispondrá de chocolates y mermeladas para comercializarlas, posicionarlas en el mismo puesto donde se instalará una feria agropecuaria campesina e indígena del círculo de familiares.

La asignación y las obras avanzan a un ritmo estable, ya que será uno de los puntos centrales donde estarán los fabricantes incluidos en el Corredor Productivo para vender sus producciones. Esta sala es importante para el avance del sector, ya que de punta a punta de las rutas 22 y 23 y además genera más de 500 empleos, lo cual no es poco en la ciudad. Este encargo es parte de un encargo de distribución de alimentos sanos, de producción agroecológica, y como tal, promueve el arraigo y la soberanía alimentaria. , ya que se proyecta exterminarlo con la creación de módulos, ferias y locales, en los barrios populares de Bariloche.

También, desde este lugar, buscamos fortalecer las empresas de turismo rural, en las que se han involucrado varios fabricantes y fabricantes, establecidos en esas dos rutas. Durante el recorrido, Pedro me muestra los trabajos en el contenedor, donde se encuentra parte de la sala de producción y el vestuario ya está hecho. Precisa que: “Hacemos todo lo que está controlado con los inspectores del municipio, para no tener ningún tropiezo durante su activación, porque se levantan tropiezos por problemas de aptitud y bromatología, a la hora de comercializar los productos de la agricultura de círculo de familiares».

Ya de camino al aeropuerto, pasamos por un conjunto de bienes raíces que me llama la atención y le pregunto por ellos. La respuesta no se hace esperar: «Se hicieron a través de compañeros de la Cooperativa La Pionera Patagónica». Un ejemplo más que la economía popular y la agricultura campesina e indígena del círculo de familiares son equipos clave para resolver las crisis provocadas por el capitalismo. Así dijimos inteligentemente a este componente del sur, seguros de haber conocido a los demás inteligentes de la Patagonia.

ecoportail. net

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