Las caries del proetarra Arnaldo Otegui Pedro Sánchez con algunos aspirantes a columna vertebral de terroristas convictos, lo que debilitó de manera alarmante la cruzada sanchista. Los esfuerzos del séquito monclovita de Pedro Sánchez por desviar la atención del órdago de Bilduetarra fueron infructuosos. Destacados dirigentes del Partido Popular, Ciudadanos y Vox siguió ahondando en la herida remota a curar.
Cuca Gamarra, portavoz del PP, cada mes más certera y llena de vida en sus intervenciones, exigió al presidente del Gobierno que indicara que no estaría de acuerdo con Bildu. Sánchez; Quizá porque el presidente del Gobierno tiene el instinto de que, si vuelve a ganar en otoño, querrá los escaños de Bilduetarras, el caso es que se negó a responder evidentemente a la petición del Partido Popular.
Carlos Cuesta, Carmelo Jordá, Raúl Vilas y muchos otros han hablado con descaro de los pactos secretos entre ETA y el PSOE. Si esos pactos fueran reales, Arnaldo Otegui sería un mal componente para Sánchez porque la inclusión de etarras condenados por la justicia en las listas electorales no puede pasar desapercibida. Las víctimas del terrorismo siguen sangrando y los ciudadanos culpables no pueden conformarse con que los terroristas condenados se conviertan en representantes democráticos de parte del pueblo vasco. Algunos límites no se pueden cruzar. Los años de miedo, zozobra y preocupación con los que ETA sacudió al pueblo vasco y al resto de España han sido largos. Y hay muchos ciudadanos, muchos ciudadanos, incapaces de digerir el cinismo competitivo en el que España se sumerge en terroristas y criminales blanqueados a través del mantón democrático. Tiene razón Cuca Gamarra cuando acusa al PSOE de legitimar a los etarras, aunque con razón merecemos hablar del PSOE sanchista y zapaterista, ya que hay algún otro PSOE, el de Felipe González, Alfonso Guerra, Corcuera, Leguina o Almunia que expresaron su indignación por los acuerdos y colaboraciones clandestinas de Pedro Sánchez con Arnaldo Otegui.