El Gobierno «celebra el giro» del PP y da la «bienvenida» a Pablo Casado a la política de pactos, como se plasmó este jueves con el decreto de la nueva normalidad. Pero no las tiene todas consigo y duda sobre si es un cambio «sincero» o motivado por «la ventana electoral» en Galicia y el País Vasco.
La portavoz gubernamental ha señalado tras la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros para aprobar el decreto de prórroga de los ERTE que «lo importante» no son los gestos «puntuales», como el de la votación de ayer en el Congreso, lo sustantivo es que tengan «continuidad» a lo largo de la legislatura. María Jesús Montero ha señalado con rotundidad que el Gobierno «quiere llegar a acuerdos con el principal partido de la oposición», pero ha dejado la pelota en el tejado de Casado porque la voluntad gubernamental es normalizar la vida política y que deje de ser noticia que haya entendimiento con la oposición.
La ministra no cree que sea necesario que la sintonía alcanzada con el decreto de nueva normalidad o en las negociaciones en marcha en la comisión de reconstrucción tengan su reflejo en una reunión entre Pedro Sánchez y el líder de la oposición, y que sea el presidente de Gobierno el que tome la iniciativa. «No depende que quien descuelgue el teléfono», ha señalado, depende de la «reflexión» que haya hecho el PP sobre cuál debe ser su papel en la oposición.
La dirección del PP, sin embargo, ha rechazado que su apoyo al decreto de nueva normalidad se deba a una rectificación de su estrategia, que en el tramo final del estado de alarma llegó a votar en contra de las restricciones. El secretario general de los populares ha replicado a Montero que más bien tiene que ver con un «cambio» de posición del PSOE. «Ha aceptado parte de nuestras exigencias y ha dialogado con el principal partido de la oposición», ha argumentado Teodoro García Egea.
El número dos del PP ha tachado de «señuelo» las llamadas de Pedro Sánchez a la unidad y el diálogo. «Es una forma -ha dicho- de maquillar su caótica gestión y tratar de eludir responsabilidades».
El respaldo del PP al decreto se produjo después de un encuentro entre Gobierno, socialistas y populares en el que intercambiaron documentos de la comisión de reconstrucción y se emplazaron a seguir en contacto. El PSOE aceptó, además, que el texto gubernamental se tramite ahora como proyecto de ley, lo que permitirá a los conservadores enmendarlo.
Las posturas de Montero y García Egea ponen de manifiesto que el acercamiento del jueves se parece más a un espejismo que a un cambio en el escenario político. El Gobierno atribuye el acuerdo a un cambio en el PP, y los populares lo achacan a una rectificación de los socialistas.